Este artículo se publicó hace 12 años.
Los talibanes negociarán la paz con EEUU en Qatar
Washington ofrece transferir varios presos de Guantánamo a Afganistán
Los talibanes dieron ayer pasos cruciales para acercarse a una negociación que acabe con una década de guerra civil en Afganistán, al anunciar la próxima apertura de una oficina política en Qatar y solicitar públicamente la liberación de sus prisioneros en la base estadounidense de Guantánamo. A través de un comunicado difundido por correo electrónico, el portavoz de los insurgentes afganos, Zabihulá Muyahid, manifestó su disposición a contar con una representación fuera de suelo afgano con el objetivo de "llegar a un entendimiento con la comunidad internacional".
El Gobierno afgano, presidido por Hamid Karzai, recibió la noticia como un "gesto de buena fe", en palabras de un negociador gubernamental de alto nivel, en un día en que un suicida mató a cuatro niños y a un policía al hacerse explosionar en Kandahar.
Su portavoz dice que buscan un acuerdo con la comunidad internacional
Arsala Rahmani, miembro del Consejo por la Paz formado por las autoridades en octubre de 2010 para entablar negociaciones con los talibanes, subrayó el hecho de que este paso procede de un grupo que, hasta la fecha, había exigido condiciones estrictas previas a cualquier conversación de paz; entre otras, la retirada de todas las fuerzas extranjeras que desde 2001 controlan militarmente el país.
Fuentes diplomáticas de EEUU explicaron que el pasado diciembre, tras diez meses de diálogo, las conversaciones con los talibanes alcanzaron un punto de inflexión, hasta el extremo de que Washington está considerando seriamente transferir a las autoridades afganas la custodia de varios destacados presos talibanes que se encuentran en Guantánamo. El cambio de postura talibán aparece como el primer fruto de más de un año de esfuerzos fracasados, liderados por los aliados occidentales del Gobierno afgano, que se vinieron abajo en septiembre de 2011 con el asesinato del enviado de paz del presidente Karzai, el expresidente afgano Burhanudin Rabani.
La elección de Qatar como base para avanzar hacia un acuerdo de paz supone un guiño a las preocupaciones del Ejecutivo afgano, temeroso de la influencia que el vecino Pakistán ejerce sobre el grupo insurgente, a cuyos miembros da alojamiento y cobertura en su territorio.
Tras meses de parálisis, Kabul perderá el control de las conversaciones
Sin embargo, el alejamiento geográfico del núcleo de las negociaciones puede desembocar en una marginalización de facto de las autoridades afganas en el proceso de paz.
A pesar de que los diplomáticos norteamericanos implicados insisten en que la dirección permanece en manos afganas, con la internacionalización formal de las conversaciones Kabul perdería totalmente el control de las mismas. El comunicado talibán confirma este extremo, ya que explícitamente declara que su guerra es únicamente contra la ocupación extranjera. "Las dos partes principales implicadas en esto son, por un lado, el Emirato Islámico de Afganistán [como los talibanes denominan a su propio movimiento] y EEUU y sus aliados extranjeros, por otro", dijo Muyahid.
Los avances hacia la mesa de negociaciones pueden obedecer también a la situación de debilidad en que están dejando a los talibanes afganos las luchas intestinas que están librando los dos principales líderes talibanes paquistaníes. Fuentes internas han revelado que Al Qaeda, los propios talibanes afganos y militantes paquistaníes han celebrado varias reuniones para evitar que los enfrentamientos entre Hakimulá Mehsud, líder del movimiento de los llamados "estudiantes" (taliban) paquistaníes (Tehrik-i-Taliban Pakistán, TTP), y su lugarteniente, Wali-ur-Rehman, acaben con la eliminación física de uno de los dos.
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