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Talibanes suicidas siembran el terror en el centro de Kabul

Una cadena de atentados con explosivos y de tiroteos contra hoteles y locales frecuentados por extranjeros deja 17 muertos y 30 heridos. Entre las víctimas hay un diplomático italiano

ANTONIO PAMPLIEGA

Los talibanes realizaron ayer otra demostración de fuerza en Afganistán. En esta ocasión, el lugar elegido para su ataque fue el corazón de Kabul y el objetivo, los extranjeros que frecuentan esta popular zona, muy próxima a un centro comercial, a la bulliciosa Chicken Street y junto a sucursales bancarias y sedes del Gobierno afgano y de la ONU.

A las 6.30 de la mañana (3 de la madrugada, hora española) una terrible explosión sacudía el barrio de Shar-e-Naw, en el centro de la capital, y acababa con la vida de al menos 17 personas. Entre ellas, un diplomático italiano, un ciudadano francés “que se encontraba de paso”, según ha informado la embajada francesa en Kabul,y nueve médicos indios que se alojaban en los hoteles atacados por los terroristas. Además, el brutal ataque dejó más de 30 heridos, muchos de ellos extranjeros.

A primera hora de la mañana, un comando, formado por cinco talibanes, descendía de un Toyota Corolla frente al hotel Safi Landmark. El conductor continuó su marcha hasta detenerse frente al hotel Aria, propiedad de la embajada de India, donde detonó la carga explosiva que llevaba alojada en el coche arrasando el edificio y los bloques colindantes. La embajada india ya había sido objeto de otros dos ataques en julio de 2008 y octubre de 2009.

La explosión causó un enorme socavón en el suelo, de más de dos metros de profundidad. En el hotel se alojaban 13 médicos indios que trabajan en un hospital de Kabul. Mohamed Salem, un comerciante de la zona, fue testigo del inicio del ataque, ya que acudía a esa hora a una mezquita cercana a rezar. “He escuchado una explosión brutal. Todos los cristales de los edificios se han roto y se han caído al suelo. Cuando me he acercado para ayudar a los heridos de la explosión ha empezado un tiroteo entre los terroristas y la seguridad de los hoteles”, declaró a Público.Uno de los talibanes que descendió del vehículo se dirigió al hotel Park Residence, frecuentado por extranjeros. Tras conseguir reducir a los guardias de seguridad accedió al interior de la casa de huéspedes, donde se inmoló haciendo estallar la carga explosiva que llevaba alojada a su cuerpo.

Otro de los terroristas intentó entrar al hotel Safi Landmark, de cuatro estrellas, donde la inmensa mayoría de la clientela es extranjera. El talibán fue interceptado en la entrada por el personal de seguridad, momento en el que detonó la mochila bomba, acabando con la vida de varios vigilantes y causando graves daños al hall del hotel.

“Estábamos durmiendo cuando sentimos una explosión muy fuerte que desvencijó la puerta de la habitación e hizo añicos los cristales de las ventanas. Salí a la terraza para ver qué estaba ocurriendo y vi una columna de humo a dos calles de donde nos alojamos. Después escuché ráfagas de disparos seguidos de una segunda detonación, y luego una tercera en un edificio cercano donde hay un centro comercial muy importante y un hotel de cuatro estrellas. El tiroteo continuó durante más de dos horas hasta que todo quedó en silencio”, contó a Público Ana Suárez, cooperante española, que se alojaba en el hotel Cedar House, muy próximo al lugar del atentado.

Atrincherados en los hotelesLos asaltantes consiguieron refugiarse en el interior de alguno de los hoteles donde se hicieron fuertes y plantaron cara hasta que fueron abatidos. Tras la refriega, tropas francesas de la ISAF (la misión de la OTAN en Afganistán) y un comando de las fuerzas especiales de EEUU acordonaron la zona, haciéndose cargo de la seguridad y velando para que no se produjeran nuevos atentados.

Un portavoz de los talibanes se atribuyó el ataque y aseguró que su principal objetivo era el Safi Landmark. Además, aclaró que los miembros del comando iban fuertemente armados y pertrechados con chalecos explosivos que debían detonar en el interior de los edificios “para causar el mayor daño posible entre los extranjeros que se alojaban en los hoteles”. Por otra parte, el ministro de Exteriores de Italia, Franco Frattini, confirmó ayer que el diplomático fallecido se vio sorprendido por el fuego cruzado entre los insurgentes y los miembros de seguridad.

Según la policía de Kabul, el diplomático había dado información muy valiosa a los agentes para poder evacuar del lugar a otros cuatro italianos. El diplomático trabajaba como consejero en la embajada de Italia en Kabul. Además, la embajada de España en la capital de Afganistán ha confirmado a Público que “todos los españoles en Kabul están sanos y salvos” y les ha reiterado que permanezcan en sus hoteles sin “salir a la calle”.

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