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La tragedia de Haití alcanza los 200.000 muertos

Se trata de la última cifra oficial que aumenta al incluir los cadáveres que quedan bajo los escombros y los enterrados por sus propias familias

EFE

El primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive, dijo hoy que se han contabilizado ya más de 200.000 muertos por el terremoto que asoló Puerto Príncipe y precisó que esta cifra no incluye los cadáveres que han quedado bajo los escombros ni las víctimas enterradas por sus propias familias.

Bellerive dio estos datos durante una comparecencia en el Senado, en la que planteó a la Cámara la necesidad de cambiar la estructura del Gobierno para poder afrontar la crisis derivada del seísmo.

En un balance global de la gestión del Gobierno, explicó que tras el terremoto fue necesario tomar medidas urgentes para conseguir el restablecimiento de las comunicaciones, la retirada de los cadáveres de las calles y la reordenación del tránsito en la devastada capital.

Bellerive mencionó también la urgencia en lograr de nuevo la disponibilidad de carburante y la gestión de la atención a los heridos en los hospitales, así como relanzar las actividades comerciales y organizar la coordinación de la ayuda internacional. Todo ello se consiguió con cierta normalidad menos la coordinación de la ayuda, que se ha convertido en la 'cuestión caliente' de esta crisis, señaló.

Bellerive se refirió a los problemas de infraestructura que hubo en el aeropuerto de la capital, lo que impidió en los primeros momentos la llegada de aviones, y dijo que en la distribución de la ayuda hay 'una frustración de la población y también una frustración del Gobierno'.

Según él, el problema principal es que la ayuda pasa por las organizaciones no gubernamentales (ONG) en vez de pasar por el Gobierno, cuando 'muchas de las ONG no estaban listas para ello'.

Además, explicó que hay otra complicación en la distribución de la ayuda porque los damnificados del terremoto se confunden con otras personas que ya vivían en una situación de precariedad y pobreza antes de la catástrofe, lo que dificulta el reparto y crea 'tensiones'.

El primer ministro afirmó que las ONG 'se peleaban entre ellas mismas' por la gestión de la ayuda y dijo que ahora hay 'discusiones extremadamente difíciles' entre el Gobierno, los proveedores de fondos y las citadas organizaciones, por lo que expresó su deseo de llegar a un acuerdo entre las partes.

En su opinión, la cuestión no es reconstruir lo que fue destruido, ya que la situación antes del 12 de enero no era buena, y subrayó que el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) de Haití quedó destruido en 35 segundos.

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