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"Fue un trauma colectivo más devastador que el de Pearl Harbor"

Philip D. Zelikow. Director ejecutivo de la Comisión Nacional del 11-S. Con anterioridad formó parte del equipo de transición de George Bush, por lo que su contribución a la investigación fue duramente criticada

BEATRIZ JUEZ

iez años después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos es una nación más segura, pero no inmune a los atentados, según el profesor de Historia Philip D. Zelikow, director ejecutivo de la Comisión Nacional del 11-S, creada por el Congreso de Estados Unidos en 2002 para esclarecer lo ocurrido.

'¿Estamos más seguros? Sí. A salvo, no del todo. Pero más seguros, sí', opina Zelikow, actual decano de Historia de la Universidad de Virginia en Charlottesville (Virginia). 'Tenemos suerte de no haber sido atacados recientemente, pero podemos sufrir otro ataque mañana', advierte.

«Estados Unidos es hoy una nación más segura, pero no inmune a los atentados terroristas»

La Comisión del 11-S revisó más de 2,5 millones de páginas de documentos, entrevistó a 1.200 personas en diez países y durante 19 días realizó audiencias públicas en las que participaron más de 160 testigos.

El informe final de la Comisión, escrito de forma clara y amena, se publicó en 2004 y se convirtió en un superventas. Es un recuento detallado de la preparación del 11-S, de cómo sucedieron los atentados y de la descoordinación inicial y la respuesta posterior del Gobierno de George W. Bush.

'En nuestro informe expusimos los hechos tan bien como pudimos. Dijimos: esto es lo que pasó. Esto es lo que nos dijeron. Esto es lo que pudimos averiguar. Tratamos de exponerlo de manera que fuera comprensible para que la población estadounidense sacara sus propias conclusiones', explica Zelikow.

Muchos consideraron que la Comisión fue muy condescendiente con la Administración Bush

Dudas

El informe también recibió críticas. Muchos consideraron que la Comisión del 11-S había sido demasiado condescendiente en su informe con la Administración Bush. Muchos dedos acusaron directamente a Zelikow, dados sus estrechos lazos con el Gobierno republicano. Formó parte del equipo de transición presidencial de George W. Bush y fue entre 2005 y 2007 consejero de su vieja amiga, la secretaria de Estado Condoleezza Rice.

El periodista de The New York Times Philip Shenon acusó a Zelikow de minimizar la responsabilidad de la Administración Bush a la hora de evitar los atentados. Shenon también acusó a Zelikow de hablar a menudo por teléfono con Karl Rove, consejero político del expresidente, durante la redacción del informe. Algo que él niega.

Las sociedades actuales se enfrentan al problema de «la democratización de la violencia»

'Cualquiera que trabaje en una investigación sobre un evento tan trágico, que afecta a millones de personas, debe esperar críticas', porque 'mucha gente tiene una concepción previa de cómo funciona el mundo' y 'vamos a decir cosas que no todos quieren oír', dice Zelikow, tratando de quitar hierro a las críticas dirigidas contra la Comisión y contra su persona. 'A veces señalan a un individuo. Él es el villano. Él es quien ha cometido los errores. Él es la razón por la que no dice lo que queríamos que dijera. Pero si la gente lee el informe, va a ver los hechos tal y como pasaron', añade.

Zelikow explica que los atentados del 11-S supusieron 'un trauma colectivo para el país, incluso más devastador que el de Pearl Harbor', porque en vez de atacar a una base americana a miles de kilómetros de distancia, los atentados ocurrieron en el corazón del país y en ellos murieron miles de civiles. 'Todo país pasa por momentos de shock ocasionales que afectan a un gran número de personas. Toda familia sufre la muerte de un familiar que todos recuerdan. Cuando una nación, como una gran familia, sufre un shock colectivo es más raro', añade.

La Comisión del 11-S concluyó que Estados Unidos no estaba preparado, ni psicológica ni defensivamente, para un ataque de esa escala. 'La defensa esa mañana fue completamente improvisada', según Zelikow.

Durante todo el verano, los servicios de inteligencia habían advertido de que podrían producirse atentados contra intereses americanos, pero todo parecía indicar que el ataque iba a producirse en el extranjero. 'El sistema estaba parpadeando en rojo', según el informe de la Comisión, pero nadie supo atar cabos para evitar que los terroristas utilizaran aviones comerciales como proyectiles en los atentados.

El ataque terrorista sorprendió a la Administración Bush, a la CIA, al FBI y al Pentágono. La mayoría de las agencias federales se enteraron de los atentados contra las Torres Gemelas por la CNN.

La sorpresa táctica de Al Qaeda

'No entendieron que había un grupo de personas en Afganistán que estaban en guerra contra Estados Unidos. Pensaron que era un problema ordinario de terrorismo', dice Zelikow. Al Qaeda logró el 11 de septiembre de 2001 'una sorpresa táctica sobre la hora, el lugar y la forma del ataque', añade.

El director ejecutivo de la Comisión del 11-S, que se distanció de la Administración Bush a raíz de la justificación por parte de esta del uso de la tortura, explica que antes los países estaban amenazados por otros con una capacidad militar similar, que podían constituir una amenaza. Las sociedades actuales se enfrentan al problema de, lo que él denomina, 'la democratización de la violencia', pues tienen sistemas abiertos que son 'vulnerables a los actos de violencia de un grupo de fanáticos'.

La amenaza del terrorismo supone un dilema, según Zelikow, para las sociedades modernas y sus gobiernos: 'El reto para nosotros es ajustarnos a este tipo de amenaza como parte de nuestra vida sin perder las cosas que valoramos, nuestras libertades, nuestra confianza en unos y otros y nuestra habilidad para seguir adelante con nuestra vida diaria', añade el director ejecutivo de la Comisión del 11-S.

'A menudo la gente dice que se tiene que elegir entre seguridad y libertad. Esta es una elección falsa. Si desaparece la seguridad la libertad no perdurará. La única manera de mantener tu libertad es mantener una buena dosis de seguridad y una cultura en la que la gente tenga confianza en que se está haciendo frente al problema', concluye Zelikow.

 

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