Tres personas mueren cada día por la violencia policial en Estados Unidos
Los asesinatos del joven negro de 29 años Tyre Nichols en Memphis y de Anthony Lowe, de 36 años, el jueves en California vuelven a poner sobre la mesa la violencia policial en Estados Unidos, ejercida sobre todo contra las minorías raciales.
Manuel Ruiz Rico
Washington-Actualizado a
El sábado 7 de enero, poco antes de las 20.30 horas, cinco policías de Memphis, sin motivo aparente, le dan el alto en un control de tráfico al coche que conduce Tyre Nichols, de 29 años. Tanto el policía como Nichols son negros. El joven, que simplemente se dirige a su casa, sale del coche. Los policías le dan una paliza. Un servicio de ambulancias llega a la zona, pero apenas lo atienden. Nichols ingresa en un hospital, donde muere tres días más tarde. Tras publicar el pasado lunes la Policía de Memphis el vídeo de la agresión, los cinco agentes han sido acusados de asesinato. En el parte que habían redactado, describían a un Nichols agresivo y retador, pero el vídeo desbarató esta versión. En total, siete policías de Memphis han sido ya despedidos, junto a los tres técnicos de emergencias de la ambulancia.
El caso de Nichols no es una excepción, pocos días después, el pasado jueves, Anthony Lowe, de 36 años y con ambas piernas amputadas, falleció a las 16.00 horas tras recibir diez disparos de la Policía. Estos casos se producen en un contexto de fondo: tres personas mueren cada día en Estados Unidos a manos de la Policía. Más de la mitad son negros. Una persona de esta minoría tiene el triple de probabilidades de morir por violencia policial que un blanco.
"Estamos ante un problema sistémico", dice a Público el profesor de Derecho de la Universidad George Washington, en Washington DC, Robert Cottrol. "Se han ido aprobando medidas legales en diversos ámbitos, desde el local hasta el estatal y el federal, para atajar estos casos, pero hay una historia arraigada de impunidad policial y se siguen produciendo episodios como el de Nichols", lamenta Cottrol.
"La norma en casos así siempre había sido otorgar a los policías implicados en una agresión el beneficio de la duda, al fin y al cabo, los policías se relacionan a diario con los jueces y las autoridades cuando trabajan en sus casos. Desde luego, si no hay imágenes, es la palabra de un ciudadano contra la de los policías", añade.
"Hay una historia arraigada de impunidad policial y se siguen produciendo episodios como el de Nichols"
Y sobre esto se ha construido toda una cultura de la impunidad. Pero existe en los últimos años, argumenta Cottrel, un elemento que ha cambiado las cosas: "Los móviles, las cámaras. Las imágenes han echado por tierra la versión de los policías en el caso de Nichols. Las imágenes y su circulación por las redes ayudan mucho a exponer este problema, a desmontar las coartadas policiales y a la concienciación social, a la visualización de este grave problema".
"Pero, dicho esto, hay dos elementos en este episodio de Memphis que me llaman mucho la atención. El primero es que los policías eran también negros. El segundo elemento, que es absolutamente perturbador, es que las imágenes que hemos visto provienen de las cámaras que llevan los propios agentes, hicieron todo eso a sabiendas de que su actuación quedaría grabada, ¡y les dio igual! Ese es el elemento que revela el sentimiento de impunidad", agrega.
Más de 30.800 fallecidos desde 1980
La organización Mapping Police Violence realiza desde 2013 un registro oficioso de las muertes de ciudadanos a manos de la Policía, a falta de un registro oficial federal sobre esta cuestión. El año pasado, 1.176 personas, más de la mitad de ellas negras, murieron por este motivo, esto es, una media de tres cada día.
Estos datos concuerdan con los resultados de un estudio de la Universidad de Washington, en Seattle, de 2019 publicado en la revista The Lancet . Según los cálculos realizados por esta investigación, entre 1980 y 2019 habrían fallecido víctimas de la violencia policial un total de 30.800 personas: a una media de 810 cada año y la mayoría de ellas negras. El 55% de estas muertes, denuncia la investigación, no habría sido reportado. En Estados Unidos no existe un registro oficial a nivel nacional de dichos episodios.
El caso de Tyre Nichols en Memphis, por lo tanto, no es una excepcionalidad, si bien su impacto nacional ha sido de envergadura debido a la brutalidad policial del caso y a las imágenes, que se han extendido rápidamente por todo Estados Unidos. Sin embargo, la muerte de Nichols llega apenas dos años y medio después del asesinato de George Floyd en mayo de 2020 en Mineápolis, otro caso que agitó las conciencias y provocó las mayores protestas en EEUU en varias décadas.
"Estas cosas pasan a menudo y no parece que las reformas aprobadas estén surtiendo mucho efecto", critica Cottrol. "A nivel local y estatal se han hecho progresos en los últimos años en cuanto a la legislación aprobada y a los requerimientos para ser policía. Sin embargo, las medidas no son muy efectivas. Habría que poner requisitos más fuertes para que una persona se convierta en policía y dotar de mejores salarios a la profesión, estos dos elementos son también parte del problema", añade.
Según informe The New York Times, el mismo ayuntamiento de Memphis aprobó en 2020, precisamente tras la muerte de George Floyd, algunas medidas para reformar su departamento policial. Entre otras cosas, se eliminó el uso de órdenes de detención sin previa autorización, se hizo obligatorio que los agentes utilizaran estrategias de desescalada e intervinieran si veían que otros agentes hacían un uso excesivo de la fuerza, se aprobó que sólo pueden disparar a un sospechoso como último recurso y siempre que antes hubieran emitido una advertencia verbal, y, por último, la obligación de que, cada vez que usen o amenazaran con usar la fuerza contra civiles, tienen que informar sobre dicho episodio.
"Habría que poner requisitos más fuertes para que una persona se convierta en policía"
Sin embargo, la aprobación de estas medidas no ha servido para evitar la muerte de Tyre Nichols a mano de cinco agentes, cuatro de los cuales, según ha revelado la cadena de radios públicas NPR, tenían antecedentes por infracciones previas en el ejercicio de sus funciones.
Violencia social de fondo: la unidad Escorpión
Memphis es una de las ciudades más violentas de Estados Unidos, una violencia que se recrudeció durante la pandemia de covid19. En 2021, la ciudad registró su récord histórico de personas fallecidas por armas de fuego: 346 ese año, un ritmo prácticamente de una diaria. Por este motivo, el ayuntamiento destinó más recursos en seguridad y reforzó la policía local. Una de las medidas tomadas fue la creación de una nueva unidad para luchar contra el crimen. La llamaron Scorpion, las siglas en inglés de: Operación contra la delincuencia callejera para restablecer la paz en nuestros barrios.
La unidad Escorpión, informa The New York Times, desplegó a unos 40 agentes como equipos de asalto en algunos de los rincones considerados más peligrosos de Memphis. Según el rotativo neoyorkino, "al poco tiempo, algunos residentes se quejaron de las tácticas de mano dura de los agentes del nuevo equipo, que empleaban medidas policiales punitivas en respuesta a infracciones relativamente menores". Los cinco policías responsables de la muerte de Tyre Nichols pertenecían a esta unidad. El sábado pasado, el ayuntamiento anunció que la desmantelaba.
En el ámbito federal, también se han intentado aprobar medidas de calado, pero sin éxito. Tras el asesinato de George Floyd en mayo de 2020, con Donald Trump en la Casa Blanca, tanto el Partido Republicano como el Demócrata llevaron al Congreso sus protestas para afrontar el fenómeno de la brutalidad y la impunidad policial. Ambos partidos necesitaban el apoyo de cierto sector del otro para sacar adelante las medidas y este acuerdo nunca llegó.
El principal escollo para llegar a un acuerdo es que el Partido Republicano quiere proteger a los policías de que puedan ser demandados. Esta semana, el senador republicano Lindsey Graham, uno de los principales miembros de la Comisión Judicial del Senado, ha planteado una propuesta que podría hacer avanzar las negociaciones con los demócratas: se seguiría protegiendo a los agentes de policía a título individual de las demandas judiciales, pero se responsabilizaría a los departamentos de policía por mala conducta. "Me opongo a las demandas civiles contra agentes individuales", publicó Graham en Twitter, "pero responsabilizar a los departamentos de policía tiene sentido y deben afrontar la responsabilidad por la mala conducta de sus agentes".
Una oportunidad política para Tim Scott
El congresista republicano Tim Scott, el único representante negro de ese partido en la Cámara de los Representantes, es el que lidera por ese partido las negociaciones sobre la reforma policial a nivel federal. Aunque llegar a un acuerdo con los demócratas puede ser incómodo para cualquier republicano, máxime cuando en las pasadas elecciones legislativas, este partido recuperó el control de la Cámara de los Representantes, Scott podría querer impulsar su perfil nacional a menos de dos años para las elecciones presidenciales. Sería una medalla que ponerse ante el gran público.
Por otro lado, tiene que hilar fino puesto que no puede arriesgarse a firmar un proyecto de reforma de envergadura que lo ponga en desacuerdo con la base republicana, algo que le sucedió al senador republicano Marco Rubio después de que apoyara un proyecto de ley de reforma migratoria integral en 2013. Y esta norma no fue ninguna revolución: Rubio simplemente transigió en crear una vía para que unos diez millones de inmigrantes pudieran convertirse en ciudadanos a cambio, sobre todo, de destinar más fondos y recursos en reforzar la seguridad de la frontera con México.
El pasado mes de septiembre la Cámara de los Representantes, cuando aún estaba en control del Partido Demócrata, sacó adelante cuatro proyectos de leyes federales, cuya aprobación final depende ahora del Senado, donde los demócratas necesitarán de al menos nueve votos republicanos para poder hacer realidad dichas normas. Se trata de la Ley de Inversión en Protección, para conceder subvenciones federales a los pequeños organismos encargados de hacer cumplir la ley; la Ley Romper el Ciclo de la Violencia, para conceder subvenciones a iniciativas contra la violencia en la comunidad; la Ley de Justicia de Salud Mental, para formar y asignar profesionales de la salud mental a situaciones con personas con estos problemas; y la llamada Ley VICTIM, para dar a los investigadores y policías locales más acceso a la tecnología de resolución de delitos. La única propuesta de legislación reciente que sí ha salido adelante, ha sido la llamada Ley de Formación de Desescalada Policial, que, tras pasar por ambas cámaras del Congreso, el presidente Joe Biden la firmó para convertirla en ley a finales de diciembre.
El pasado lunes, el pasado lunes el congresista negro Steven Horsford, del Partido Demócrata, dijo: "Nadie en nuestra nación debería temer relacionarse con los agentes de policía que sirven a nuestras diversas comunidades, grandes y pequeñas, sin embargo, muchos negros y latinos, y muchos jóvenes en general, tienen un miedo justificado. La brutal paliza a Tyre Nichols fue un asesinato y es un sombrío recordatorio de que aún nos queda mucho camino por recorrer para resolver la violencia policial sistémica en Estados Unidos".
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