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Las tropas de EEUU se van de un país devastado

Tras la larga invasión, Irak está sin Gobierno y al borde de una nueva guerra civil

ÓSCAR ABOU-KASSEM

'Dejadme que os lo diga de la forma más clara que pueda: el 31 de agosto de 2010, nuestra misión de combate en Irak habrá terminado'. Así lo anunció el presidente Barack Obama el 27 de febrero del año pasado durante su visita a una base de marines en Carolina del Norte. Cuando Obama llegó a la Casa Blanca había 144.000 soldados estadounidenses en Irak; a partir de ahora quedarán 50.000 militares dedicados a apoyar y entrenar el ejército iraquí.

Si se cumple el acuerdo firmado entre George Bush y el Gobierno de Bagdad, todas las tropas saldrán de Irak a finales de 2011. La Administración Obama, que ha fijado su prioridad militar en Afganistán, ha reiterado que piensa cumplir con el calendario de retirada pactado con los iraquíes.

El 23% de los iraquíes está por debajo del umbral de la pobreza

El general Babaker Zebari, máximo responsable de las fuerzas de Irak, afirmó la semana pasada: 'Si los políticos me hubieran preguntado, les habría dicho que EEUU se debería quedar hasta que el ejército iraquí esté listo en 2020'.

La principal incógnita es saber cómo resolverán los partidos iraquíes la parálisis política en la que se encuentra el país desde las elecciones de marzo. Sin un ganador claro, suníes, chiíes y kurdos no se han puesto de acuerdo en quién debe ser el primer ministro, alentando el temor del regreso a la violencia sectaria.

El peor escenario posible sería que chiíes y suníes retomaran la guerra civil que remitió en 2008. Lo que todos dan por hecho es que la violencia seguirá en lo relativo a coches bomba, suicidas y tiroteos.

El jefe del ejército de Irak afirma que no estará listo para el relevo hasta 2020

'La victoria chií en la guerra civil provocó que los suníes aceptaran su destino como minoría débil en Irak. Las últimas dos elecciones han demostrado que los iraquíes no tienen ganas de volver a la violencia sectaria', afirma el periodista estadounidense Nir Rosen desde Bagdad. La opinión de Rosen es tan valorada en Washington que llegó a hablar sobre la situación de Irak ante el Comité de Asuntos Exteriores del Senado en 2008.

'Las prioridades para los iraquíes son recuperar la seguridad, los servicios básicos como la electricidad, el agua, la sanidad y salir de la terrible pobreza. Después tendrán que superar el trauma causado por la ocupación y la guerra civil', resume Rosen.

Algunos datos resumen el Irak que deja EEUU. Según Naciones Unidas, el 23% de la población está por debajo del umbral de la pobreza y el suministro eléctrico no alcanza las 18 horas de media diaria.

El 52% de los hogares en las zonas rurales no cuenta con agua potable. En la capital, muchos barrios sólo tienen agua corriente por la tarde.

El 43% de los puestos de trabajo los ofrece el Estado. El paro se estima entre el 30 y el 60%, mientras únicamente el 17% de las mujeres en Irak tiene un puesto de trabajo.

Irak ha apostado el futuro del país en la industria petrolera. Tras la firma de contratos con BP y Lukoil, espera cuadruplicar la producción actual (2,41 millones de barriles) en los próximos siete años. Las empresas ajenas al petróleo no han mostrado ningún interés por invertir en Irak.

Una parte importante del fracaso de EEUU es el desprestigio internacional. Joe Klein lo resumió en la revista Time: 'Los actos honorables puede que nunca superen a las imágenes de la última década, especialmente a las fotografías de la prisión de Abu Ghraib'.

El 2 de agosto, Obama confirmó la fecha de retirada y añadió: 'La cruda realidad es que no hemos visto el final del sacrificio estadounidense en Irak'. La elección del lugar fue muy significativa: un centro de veteranos de guerra minusválidos. Nada que ver con el portaviones USS AbrahamLincoln en el que Bush anunció en mayo de 2003 el fin de las operaciones militares con un cartel de 'Misión cumplida'.

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