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Túnez Un jurista ultraconservador sin experiencia política será el nuevo presidente de Túnez

Kaïes Said, favorable a la pena de muerte, contrario a la homosexualidad y a cuestiones sobre igualdad, arrasa en la segunda vuelta de las presidenciales con más del 70% de los votos, según los sondeos a pie de urna.

Kaïes Said celebra su victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Túnez. - EFE

PÚBLICO / EFE

El jurista ultraconservador Kaïes Said ha conseguido una aplastante victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Túnez, según los sondeos a pie de urna. De acuerdo a la encuesta de la empresa Emrhod difundido por la emisora MosaïqueFM, el candidato independiente habría obtenido un 72,53% de los votos, casi 50 puntos más que su rival, el magnate populista de la televisión Nabil Karoui, que acumularía un 27,47%.

Una victoria que, a falta de los resultados definitivos, no tendría si quiera paliativos ya que la de acuerdo con la Instancia Superior Independiente Electoral (ISIE) la participación habría superado el 60%, cerca de 16 puntos más que la primera vuelta, celebrada el pasado 15 de septiembre. Se trata de las segundas elecciones presidenciales que Túnez celebra en democracia desde la caída en 2011 de la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Alí

En un mensaje difundido a través de las redes sociales poco después de conocerse el sondeo, Said, que carece de experiencia política, dio las "gracias desde las profundidades a aquellos que nos apoyaron y nos dieron confianza, una confianza que no se desperdiciará. El señor está complacido y ayuda", dijo. Posteriormente, aseguró, en un discurso desde su cuartel general, que su victoria supone una segunda "revolución en el marco de la Constitución".

"Esta es una revolución que los filósofos, los expertos en sociología y política ni se habían planteado. Quiero tranquilizar a todos. He recibido vuestros mensajes. Los usaré de buena fe y con toda responsabilidad para tratar de construir con nuestros medios un Túnez nuevo", dijo antes de besar, como suele hacer, la enseña nacional. "Gracias a Dios, hoy conseguiremos de lo que la gente quería "entre diciembre de 2010 y enero de 2011", recalcó en alusión a la revuelta popular que derrocó la dictadura de Ben Alí y que hizo estallar las ahora marchitadas "primaveras árabes".

Cientos de personas se lanzaron a las calles para celebrar la victoria de un hombre favorable a la pena de muerte, contrario a la homosexualidad, que se declara nacionalista y proteccionista en el terreno económico, defensor de las empresas públicas y que ha expresado sus dudas sobre cuestiones de igualdad como la ley que equipara a hombres y mujeres en temas de herencia.

"Kaïes era la opción menos mala. Estamos felices porque hemos pateado a la corrupción, a la mafia de siempre. Yo le he votado porque creo que en el fondo sus ideas son otras", explicaba Hasan Ismail, un pequeño empresario en el norte de Túnez. "De verdad que creo que va a cambiar muchas cosas y que va a hacer salir a todos esos políticos corruptos que no dejan avanzar la revolución. Eso era lo más importante", afirmaba, por su parte, Samira, una joven empelada en una empresa extranjera de cooperación.

Seguidores de Kaïes Said celebran la victoria en las presidenciales del jurista ultraconservador. - EFE

Seguidores de Kaïes Said celebran la victoria en las presidenciales del jurista ultraconservador. - EFE

Los analistas han expresado durante la campaña sus dudas sobre la viabilidad de promesas estrella de Said como la descentralización del país, ya que las atribuciones de la residencia están limitadas. Además recuerdan que sin partido político detrás y sin representación en el Parlamento, en el que la mayoría corresponde al partido religioso conservador de tendencia islamista "Ennahda", su capacidad de maniobra es escasa.

En este sentido, los pronósticos ya apuntaban al eventual triunfo de Said, quien sorprendentemente se impuso en la primera vuelta con un 18,7% de los sufragios y que en las últimas semanas había recibido el apoyo de varios de los candidatos a los que derrotó, en particular del aspirante de "Ennahda", que quedó tercero.

También del primer ministro Yousef Chahed, quien el viernes aseguró que votaría "contra la corrupción", en una clara alusión a Karoui, quien ha pasado toda la campaña electoral en prisión preventiva tras ser acusado de evasión de capitales y blanqueo de dinero, y que solo fue puesto en libertad condicional el miércoles tras anunciar que impugnaría la consulta por "desigualdad de oportunidades".

"La elección ha sido fácil: entre un hombre de Estado, culto, contra un representante de la mafia internacional, un sionista, hace negocios con Berlusconi y con muchos litigios en los tribunales. Tiene un viejo coche como nosotros, vive en un barrio como nosotros, paga sus préstamos como nosotros y defiende los Derechos Humanos. Todo lo demás es una campaña de manipulación", explicaba tras votar Jalil, empelado en un aseguradora de 29 años y antiguo pupilo de Said.

En una posición contraria, Malika afirmaba que "hace falta un presidente fuerte, que frene al partido islamista. Es verdad que dicen que Karoui han robado, pero todos los presidentes y los ministros lo han hecho a excepción del (padre de la independencia, Habib) Bourguiba. Si el otro gana, Ennahda se le echará encima", advertía

De confirmarse la victoria de Said, la presidencia, la jefatura del Gobierno, el Parlamento y la mayoría de las alcaldías quedarían en manos de la corriente conservadora religiosa ocho años después del triunfo de la revolución que desató las "primaveras árabes". La derrota dejaría, además, a Karoui, propietario de la televisión con más audiencia del país, en una difícil tesitura, sin acceso a la presidencia, con su partido sin opciones de entrar en el gobierno y con la justicia aún pendiente de su caso y el de su hermano, que se encuentra en paradero desconocido desde que el pasado 23 de agosto se dictara la orden de prisión preventiva contra los dos.

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