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"Para Túnez, es vital que las elecciones sean un éxito"

Ministro de Turismo de Túnez. Sostiene que las manifestaciones y críticas a su Gobierno son un síntoma de democracia

TRINIDAD DEIROS

Mehdi Houas (Marsella, 1959) parece tener una fe sin límites en el producto que vende: Túnez, el país que tras liberarse de la dictadura de Ben Alí, se convirtió en el pionero de la Primavera Árabe. Pero la libertad ha tenido un precio para esta pequeña nación que, como España, tiene en el turismo una de sus principales fuentes de ingresos. Según este hombre de negocios recon-vertido en ministro en el Gobierno de transición de su país, la llegada de turistas este año ha caído un 38% con respecto a 2010. Houas ha estado en España para convencer a los turistas españoles de que vuelvan a Túnez.

Usted dice que pese a las pérdidas, este año no ha sido el desastre anunciado.

Sí, los turistas que vienen a Túnez son sobre todo familias que reservan muy pronto sus vacaciones de verano y que anularon en febrero o marzo, justo después de la revolución. Nos habíamos fijado como objetivo perder el 50% de nuestro turismo y hoy, cuando la temporada no ha acabado, hemos perdido sólo el 38%. En Túnez, 350.000 empleos directos y otros tantos indirectos dependen de este sector, y sólo se han perdido 40.000. No es que esté bien, pero nos esperábamos algo mucho peor.

¿Cómo ha respondido el turista español?

Españoles e italianos nos han decepcionado. Las llegadas procedentes de estos dos países han caído el 80%, cuando no hay razón para ello.

¿Su país está pagando un alto precio por la libertad?

Nosotros hemos ganado una revolución y aceptamos con gusto pagar el precio. La revolución ha sido una inversión. Las razones del levantamiento fueron la búsqueda de libertad, de justicia social y de trabajo, por ese orden. Esta revolución nos ha traído ya libertad y justicia social. El problema es que lemas como 'Dégage' [el 'lárgate' que gritaban los manifestantes a Ben Alí] y también la bandera tunecina se convirtieron en símbolos que se exportaron. En televisión los europeos veían nuestra bandera en Egipto o en Libia y eso nos ha perjudicado de cara al turismo.

En Túnez persiste una gran desconfianza hacia su Gobierno de transición y siguen las manifestaciones.

¡Como es natural en una democracia! Después de 23 años de dictadura, los tunecinos tienen derecho a desconfiar. Las críticas son a veces injustas pero las aceptamos porque es cierto que persisten problemas sociales.

Pero sólo la mitad de los electores se ha inscrito en las listas electorales.

'La revolución ha sido una inversión para el pueblo tunecino'

Sólo los tunecinos que quieren votar en una circunscripción diferente de la suya tenían que inscribirse. Ahora mismo todo tunecino en edad de votar es titular de una tarjeta de elector. Si sobre 7,5 millones de electores potenciales, cinco millones votan [el 23 de octubre, cuando se elegirá a los miembros de la Asamblea Constituyente], entonces las elecciones serán un éxito. Esto es importante para evitar los extremismos.

¿Piensa en el islamismo?

En valores absolutos, puede que los islamistas sean un millón sobre una población de diez millones y medio. Si todo el mundo va a votar, obtendrán un 10 o un 12% de apoyo, que es casi lo mismo que obtienen las corrientes de extrema derecha en muchos países europeos. Por eso es importante que la gente vaya a votar, porque los islamistas están muy movilizados.

¿Cómo resumiría la acción de su Gobierno?

Tras Ben Alí, la primera respuesta debía ser política por la vía de instaurar una democracia en la que el pueblo pueda elegir, y para ello es fundamental que las primeras elecciones libres y democráticas sean un éxito; esa es la prioridad del Gobierno. Con respecto a la economía, nuestra principal preocupación son los 700.000 tunecinos que no tienen trabajo, aunque lo primero que tuvo que hacer el Gobierno fue evitar el colapso de la economía. Con todo lo que ha sucedido en Túnez, la inflación no ha superado el 3% y ni un solo día ha habido cortes de agua y electricidad. La tercera respuesta del Gobierno ha sido avanzar hacia un modelo social de repartición equilibrada de la riqueza.

'Puedo garantizar que mi país ha roto con los métodos de la época de Ben Alí'

¿Han hecho algo para acabar con la marginación del interior del país, donde surgió la revolución?

En la época de Ben Alí, se destinaba el 80% de la inversión a la costa y el 20% al interior del país; ahora esos porcentajes se han invertido. Hemos lanzado varios proyectos de infraestructuras y el ministro de Empleo ha hecho un trabajo de titán para que el acceso a los puestos en la Administración sea transparente e igualitario.

La Federación Internacional de Derechos Humanos aseguró en junio que en Túnez persisten prácticas represivas del pasado.

Los policías antes ejecutaban órdenes para reprimir; ahora, no. De todas maneras incluso en Madrid se han visto escenas de brutalidad policial. Le garantizo que se ha roto con los métodos de Ben Alí.

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