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La UE acelera la unión de su espacio aéreo

Bruselas quiere imponer más coordinación y más competencias comunitarias

DANIEL BASTEIRO

Si la crisis económica azuzó los vientos europeístas en Islandia, un país hoy en bancarrota, la total descoordinación de los 27 ante la ceniza del volcán Eyjafjalla logrará la creación de un cielo único europeo. El proyecto, bloqueado desde 2008, fue relanzado ayer por la Comisión Europea, que reconoció sin tapujos 'fallos graves que no se pueden permitir más' en el cerrojazo injustificado de buena parte del espacio aéreo europeo.

Los técnicos de Bruselas admiten que lo único positivo que se puede concluir de la gestión de la crisis es la voluntad política para que no se produzca de nuevo cuando otro volcán entre en erupción. 'Contar con un cielo único europeo habría supuesto una gran diferencia', aseguró la portavoz de Transportes, Helen Kearns, quien pidió 'más coordinación europea y más competencias comunitarias'.

'Contar con un cielo único europeo habría supuesto una gran diferencia'

El proyecto, que data de 2008, incluye 'crear un gestor europeo centralizado y fuerte de la red [de controladores]', lo que hubiera podido 'minimizar' los efectos económicos para las compañías y para los pasajeros, muchos aún atrapados en aeropuertos de todo el mundo. Según la Comisión, las autoridades europeas hubieran podido acordar una postura común el pasado viernes, tan sólo dos días después de la erupción, y no el lunes, cuando los ministros de Transporte se reunieron por teleconferencia.

Sin embargo, el cielo único europeo continúa varado por el extremado celo de los socios de la UE, que hasta ahora han defendido que esas competencias permanezcan lejos de Bruselas. Los 27 también debatirán en los próximos meses si es necesario otorgar más responsabilidad en la toma de decisiones a las propias aerolíneas, que recuerdan que durante días hicieron vuelos de prueba sin encontrar rastro de ceniza volcánica.

Eurocontrol, el organismo que coordina mínimamente a 38 países, aseguró que un 80% de los vuelos pudo despegar ayer. La agencia no espera ya más complicaciones en el tráfico aéreo que las ocasionadas por los aviones que se encuentran lejos de sus rutas habituales como consecuencia de la crisis. Mientras la actividad sísmica del volcán amaina, la nube se desplaza ahora sobre el océano Atlántico hacia el este. Los últimos contratiempos se localizaron ayer en el norte de Escocia y en Finlandia, donde el aeropuerto de Helsinki permaneció cerrado.

Eurocontrol dice que el 80% de los vuelos pudo despegar ayer

Con el tráfico aéreo normalizado, las compañías comenzaron ayer a hacer balance de sus pérdidas. Según la Asociación Internacional del Tráfico Aéreo (IATA), las compañías han perdido 1.270 millones de euros en una crisis de la que responsabilizan directamente a las autoridades aéreas. 'La crisis llegó a afectar al 29% del tráfico aéreo y a 1.200.000 pasajeros al día', aseguró Giovanni Bisignani, director general de la asociación. 'Para una industria que perdió 9.400 millones de dólares (7.000 millones de euros) esta crisis ha sido devastadora', aseguró.

La Comisión Europea se ha mostrado dispuesta a autorizar con rapidez ayudas públicas al sector y ayer adelantó su intención de tener en cuenta los gastos extra de las compañías como hoteles y comidas para los pasajeros, a pesar de ser obligatorios por ley. Según Willie Walsh, director general de British Airways, 'volver a los niveles de operaciones normales desde el punto de vista de la industria llevará semanas'. Tanto la UE como IATA coinciden en señalar que la crisis económica derivada del cierre de los cielos supera con mucho a la ocasionada por los atentados del 11-S.

Pero no hay acuerdo sobre la exigencia de responsabilidades políticas por un caos organizativo que se ha prolongado durante días. Pese a reconocer errores, la Comisión Europea y la presidencia española de la UE defienden frente a las aerolíneas la precaución con la que actuaron en los primeros momentos.

La ONU salió ayer en defensa de las instituciones comunitarias. Según Henri Goudru, asesor científico especializado y presidente de la Sociedad Europea de Vulcanología, 'en la ausencia de hechos fiables, lo único que se puede hacer es detener los vuelos para prevenir que sufran daños en sus motores o incluso un accidente'. Para él, 'no hubo una reacción exagerada', ya que, pese a que las erupciones de volcanes son tan antiguas como la historia de la humanidad, 'todavía no sabemos lo suficiente sobre las nubes y lo que puede pasar a los aviones que se adentren en ellas'.

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