La UE evita pedir un alto el fuego o sancionar a Israel después de más de 10.000 muertos en Gaza
Los 27 ministros de Asuntos Exteriores europeos se reúnen el lunes en Bruselas con la crisis en Oriente Próximo como gran prioridad, pero sin ninguna medida en el horizonte.
María G. Zornoza
Ucrania e Israel, los desafíos geopolíticos más importantes de estos momentos en Bruselas vuelven a monopolizar el Consejo de Asuntos Exteriores de este lunes. Los diplomáticos europeos pasarán revista a las crisis que incendian su vecindad, pero no tienen previsto impulsar nuevas decisiones. Sobre la guerra en Ucrania, los Veintisiete continúan atando los últimos flecos del 12º paquete de sanciones a Rusia. En torno a la guerra en Gaza ni siquiera se espera un comunicado conjunto.
Superado el primer mes de guerra, la Franja de Gaza se ha convertido en un infierno sobre la tierra. En cuatro semanas, Israel ha pulverizado las listas globales como Estado que carga a sus espaldas la muerte de más menores, periodistas y trabajadores humanitarios.
No obstante, y a raíz de las diferentes posturas que emanan de los Estados miembros, la UE no se sale de la línea oficial, que ha encontrado en unos principios de mínimos su denominador común: pedir pausas humanitarias —aunque no un alto el fuego—, instar a Israel a que actúe con “proporcionalidad” y a Hamás a que libere a los rehenes. “Algunos Estados miembros consideran que no ha llegado el momento de pedir el alto el fuego”, reconocen fuentes diplomáticas. Especialmente resistentes a este escenario se muestran Austria, Hungría o Alemania.
El grupo de la izquierda en el Parlamento Europeo, en el que los alemanes Die Linke se han mostrado más tibios en la condena a Israel, pidió celebrar un debate para pedir un alto el fuego inmediato, pero no salió adelante.
Con el transcurso de la guerra, está siendo más difícil para el ultranacionalista Benjamín Netanyahu su respuesta de fuego y sangre a los atentados cometidos por Hamás el 7 de octubre. El Ministerio de Sanidad gazatí revela que desde el 7 de octubre han muerto en la Franja más de 11.000 personas.
Tampoco está previsto que se abra el debate sobre imponer sanciones a Israel o congelar el acuerdo de asociación. Imponer medidas punitivas a miembros de Hamás no está sobre la mesa en estos momentos. El grueso de la organización islamista ya es considerada como terrorista por la Unión Europea desde 2003. Incluir a sus miembros a nivel individual en la lista negra sería otro paso más allá. Pero para cualquiera de estas medidas, al menos un Estado miembro debe proponerlo, y hasta la fecha no es el caso. Después, los 27 deberían acordarlo por unanimidad.
Hasta la fecha, el líder del Likud ha contado con más oposición en su propio país que en el resto del mundo, donde desde Estados Unidos hasta 19 Estados miembros votaron en Naciones Unidas en contra de pedir un alto el fuego.
Sin embargo, hay voces en los gobiernos nacionales que cuestionan ya la tibieza de Occidente. La vice primera ministra belga, Petra De Sutter, pidió recientemente que la UE adoptase sanciones a Israel en respuesta a su operación militar en la Franja de Gaza, la congelación del Acuerdo de Asociación con el Estado hebrero y el fin de las importaciones de productos ‘Made in Israel’ procedentes de los territorios ocupados.
La política de Los Verdes calificó, además, de “inhumana” la “lluvia de bombas” sobre Gaza y abogó por prohibir la entrada a la UE de los colonos, políticos y militares “responsables de crímenes de guerra”.
Dramática situación humanitaria
Con este contexto y con “el alivio” de la tímida apertura del paso de Rafah durante cuatro horas, los 27 ministros de Asuntos Exteriores se limitarán el lunes a hacer un llamamiento sobre la necesidad de aliviar la dramática situación humanitaria del enclave.
La UE ha impulsado un puente aéreo para agilizar la entrada de material esencial, especialmente medicinas, desde Egipto. Sobre la mesa comienza a flotar la iniciativa de establecer corredores marítimos, pero es una opción muy poca madura por varias razones: los puertos de Gaza están destruidos, debería contar con el apoyo de Israel —que controla las fronteras por aire, mar y tierra de la considerada como mayor cárcel del mundo— y la situación sobre el terreno para los trabajadores humanitarios entraña mucho riesgo.
Aunque la coyuntura sobre el terreno es muy volátil e imprevisible, los europeos comienzan ya a preparar el terreno diplomático y político para el día de después. A pesar de la desconfianza que existe sobre la falta de estrategia de Netanyahu una vez se depositen las armas, la UE quiere aprovechar este momento para revitalizar la solución de los dos Estados.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, impulsó en la última cumbre europea una iniciativa para celebrar tan pronto como se pueda una conferencia mundial para la paz.
Donde sí se muestran tajantes, tanto en los pasillos de Bruselas como de Washington, es en que Israel no puede volver a ocupar la Franja y en que los gazatíes no pueden ser expulsados de su casa. Para la UE “no hay alternativa” y la única solución pasa por que Gaza esté gobernada por la Autoridad Palestina, que con la crisis desatada tras el 7 de octubre ha quedado todavía más debilitada.
Pero el futuro es muy incierto asumiendo, además, que el día de mañana Gaza estará destrozada. “Es muy difícil, no sabemos hasta qué punto Hamás estará erradicado, cuál será el grado de devastación o cómo lidiará con todo ello Egipto, o si los palestinos reaccionarán. Ahora mismo hay más preguntas que repuestas”, reconocen altas fuentes europeas.
Es muy difícil, no sabemos hasta qué punto Hamás estará erradicado, cuál será el grado de devastación
Junto al escenario del día de después, el de evitar la escalada del conflicto será el otro gran debate de la cita del lunes. No solo a nivel regional, sino en torno a la violencia que está repuntando por parte de los colonos en los asentamientos ilegales.
“Para nosotros. la escalada empieza en Cisjordania. La actitud de los colonos es irresponsable y peligrosa. El nivel de violencia es extremo. Es un gran riesgo. Estamos diciendo a los israelíes continuamente que esto debe frenar”, explican en Bruselas.
Sobre la guerra de Ucrania tampoco se espera ninguna decisión de peso. Los 27 países están ultimando los flecos pendientes sobre el paquete de sanciones número 12 contra Rusia, que en línea como el anterior estará centrado en reforzar los mecanismos para que no sean sorteados.
La prioridad es que las sanciones se cumplan, porque la UE ha agotado la capacidad para incorporar más elementos a la ristra punitiva. El debate llega empañado por la reciente oposición de Víctor Orbán, primer ministro húngaro, a la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania, su bloqueo desde hace meses a los 500 millones adicionales para enviar armas a Kiev bajo el Fondo Europeo para la Paz y a su resistencia a aprobar la partida de 50.000 millones de euros para Ucrania en la revisión del presupuesto comunitario para el próximo año.
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