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Wikileaks filtra ahora nombres y apellidos

La web cuelga 134.000 cables diplomáticos

ISABEL PIQUER

El Departamento de Estado de EEUU ha denunciado con vehemencia las nuevas filtraciones de Wikileaks en las que esta vez aparecen los nombres y apellidos de sus fuentes diplomáticas, que según Washington podrían ser objeto de represalias.

El nuevo mano a mano entre la página web fundada por el australiano Julian Assange y el Gobierno de Barack Obama se hace sin la intermediación de diarios como The New York Times o The Guardian, que, en filtraciones anteriores, habían cuidadosamente protegido la identidad de las personas mencionadas.

El portal ha colgado 134.000 telegramas diplomáticos en los últimos días, seis veces más de lo que ha publicado desde el pasado noviembre. En ellos figuran las identidades de las personas que hablaron con diplomáticos estadounidenses y que figuran con la mención 'estrictamente protegidas'.

'EEUU condena firmemente la filtración ilegal de información confidencial', dijo el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.

Washington y grupos proderechos humanos temen que la revelación de fuentes pueda poner a estas personas en peligro y que los activistas, periodistas o académicos puedan ser perseguidos o perder sus trabajos. Por ahora, sólo se ha descubierto el nombre de un funcionario de la ONU en África occidental y un activista de derechos humanos en Camboya.

The New York Times, que en su momento colaboró con Assange, reveló las nuevas filtraciones y los temores de Washington, que prometen reavivar el debate que ya generó la publicación de 250.000 telegramas diplomáticos en los que EEUU revelaba detalles embarazosos, y ocasionalmente novedosos, sobre sus tratos con aliados y enemigos.

Hay un caso abierto en un tribunal de Virginia contra Wikileaks sobre estas filtraciones, pero de momento no ha tomado ninguna acción legal contra Assange.

Wikileaks justificó su decisión al reiterar el 'compromiso de la página de facilitar toda la información disponible' y corregir la impresión de que la web había dejado de ser tan activa. La publicación de los documentos, argumentó Wikileaks, permitirá que personas con distintos puntos de vista puedan interpretarlos.

Brad Manning, el soldados estadounidense que presuntamente filtró los documentos a la página web, sigue mientras tanto encarcelado en total aislamiento en una cárcel de máxima seguridad en Virginia desde hace más de un año.

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