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Aborto Más de medio millón de mujeres abortan cada año de forma clandestina en Brasil

El país debate el problema desde que la brasileña Rebeca Mendes se viera obligada a ir a Colombia para interrumpir su embarazo legalmente.

Manifestación a favor de la legalización del aborto en Brasil - EFE

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El aborto clandestino se ha convertido en el drama de más medio millón de mujeres en Brasil. Este país que debate el problema después de que la brasileña Rebeca Mendes se viera obligada a ir a Colombia para interrumpir su embarazo legalmente.

Madre soltera de dos hijos, Mendes, de 31 años, se ha convertido en la cara pública de la lucha a favor de la despenalización del aborto en Brasil, hoy permitido solamente en casos de violación, si está en peligro la vida de la madre o por anencefalia del feto.

"Me quedé embarazada en noviembre y cuando lo descubrí me perturbó. Busqué a mi ginecólogo para cambiar mi método anticonceptivo y si el sistema público de salud me hubiera atendido a tiempo, no hubiera pasado por esto. Esa fue la primera vez que el Estado me falló", cuenta Mendes.

Tras descubrir que estaba embarazada, la brasileña solicitó ante el Tribunal Supremo poder abortar de forma legal en Brasil, pero la demanda no fue analizada y fue entonces cuando decidió viajar a Colombia, donde interrumpió su embarazo de manera "segura, legal y digna" al argumentar riesgo para su salud mental.

Desde 2006 la Corte Constitucional de Colombia permite el aborto en tres situaciones: cuando pone en riesgo la salud física y mental de la mujer, en caso de violación o incesto o cuando hay una malformación incompatible con la vida fuera del útero.

"Puedo contar que fui tratada con dignidad y contar que puede que un aborto no sea traumatizante para la mujer. Lo que es traumático no es el procedimiento 'per se', sino la ilegalidad", sostiene.

Este caso llevó al Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y al Instituto Anis a presentar una solicitud ante el Supremo brasileño, que este mes convocó a expertos y organizaciones para un debate público en pleno año electoral sobre la despenalización del aborto hasta la décimo segunda semana de gestación.

Alrededor de 503.000 mujeres entre 18 y 40 años interrumpieron forzosamente sus embarazos en 2015, de acuerdo con las estadísticas del Instituto Anis, referencia global en el estudio de los derechos reproductivos femeninos, aunque algunas organizaciones estiman que las cifras podrían sobrepasar el millón.

El 59 % de los brasileños se opone a cambios en la legislación y el 58 % considera que la mujer tiene que ser sancionada y hasta encarcelada si aborta, según una encuesta publicada este miércoles.

Alrededor de 503.000 mujeres interrumpieron forzosamente sus embarazos en 2015

"Si todas las mujeres que abortaron estuvieran encarceladas, Brasil tendría 4.700.000 mujeres prisioneras", afirma la antropóloga y coordinadora del Instituto Anis, Débora Diniz, quien presentó argumentos a favor de la despenalización del aborto ante el Supremo.

Según Diniz, la mitad de las mujeres que se ha sometido un aborto ilegal lo hace con medicamentos adquiridos en internet o en el mercado negro, como es el caso de la enfermera Lucía L., de 32 años. 

Moradora de una desfavorecida comunidad en el litoral de Sao Paulo, Lucía, cuya identidad fue preservada, revela que compró por 500 reales (unos 125 dólares) dos pastillas abortivas de un vendedor no autorizado, que le provocaron una fuerte hemorragia y tuvo que ser ingresada 24 horas en un centro sanitario. 

Fue una de las 250.000 mujeres ingresadas en hospitales tras practicar un aborto clandestino en 2015.

Convencida de que "podría haber muerto", la mujer subraya que el "Estado y la sociedad tienen que entender que no es porque existe una ley en contra que las mujeres dejarán de abortar".

En su discurso ante la Corte Suprema, Diniz destacó que las más vulnerables en este tipo de abortos son las mujeres "más jóvenes, más pobres, negras y oriundas de zonas menos favorecidas" del país.

No obstante, a pesar de su prohibición, las principales ciudades brasileñas cuentan con clínicas que practican abortos por entre 5.000 y 10.000 reales (entre 1.250 y 2.500 dólares).

Otro ejemplo es el caso de Sonia B., investigadora de una prestigiada universidad del país que abortó en un centró ilegal. La operación le costó el sueldo de un mes.

"Fue una angustia primero por el embarazo, después por la dificultad del proceso. Para mí, el acceso no fue tan simple pero yo no era absolutamente pobre y pude pagarlo", recalca Sonia.

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