Opinión
Embarazos gestados por un robot

Periodista
-Actualizado a
¿No se queda embarazada y quiere ser madre? ¿Sabe que un robot podría gestar por usted, sin que un embarazo afecte a su carrera profesional? ¿Le gustaría ser madre pero sin las molestias gestacionales ni los riesgos del parto? Estas preguntas las lanzaba hace un tiempo la película Generación Cápsula, donde una empresa ofrecía úteros artificiales y una cápsula, en forma de huevo, que simulaba el vientre materno. Quizás pensemos que todo es ficción, pero desde hace tiempo es cierto que hay experimentos para intentar conseguirlo.
Hace días conocimos a una empresa china que trabaja en un robot humanoide que geste y que logre parir un bebé. Dicen que tendrá un prototipo para 2026 y que lo venderá a unos 13.000 euros. Consideran que es mejor que la inseminación artificial, porque esta falla en ocasiones y el robot es garantía de éxito. La verdad es que el proyecto aún está lejos de ser realidad. Hay cuestiones médicas, biológicas y éticas que la frenan. Pero el negocio está ahí.
Venden el robot como en la peli: es la solución para las mujeres. Esto crea dos clases: las pobres que paren, que ven perjudicadas sus carreras o que sufren riesgos en su salud; y las ricas, con sus trabajos y que no se ven afectadas por nada. Pero ojo, esto no es nuevo. Hemos visto granjas de óvulos o granjas de mujeres en diversos países, pagadas como vientres de alquiler. Mujeres a las que les compran su capacidad reproductiva y, no es casualidad, que siempre estén en situaciones vulnerables. Por supuesto, en este negocio del robot madre tampoco se habla de las consecuencias que tendría una generación de bebés privada de la conexión materna. De todas formas, la propaganda ya está conseguida con los vientres de alquiler, donde ya intentaron convencer de que no existe conexión entre el bebé y la madre que lo ha gestado y parido.
Pero la idea del robot va más allá. Va de un sueño que siempre ha querido el patriarcado: quedar embarazados y parir. Habrá quien diga que es cosa de las feministas, que le buscan la punta a todo, pero no. Ese sueño ha existido desde hace miles de años. En la antigua Grecia, el mismo dios Zeus había parido. Sócrates defendía que él "paría ideas". Y Eurípides dejó escrito, en boca de Jasón, un deseo compartido por aquella sociedad: "Los hombres deberían engendrar hijos de alguna otra manera y no tendría que existir la raza femenina: así no habría mal alguno para los hombres". Los griegos decían que las mujeres eran hornos donde se cocía el feto. Tiempo después, hay documentación de la covada, cuando el padre imitaba a la madre. Es decir, ella, recién parida, se ponía a hacer sus tareas y ellos se metían en la cama, simulaban dolores de parto y recibían los cuidados que ella merecía. Y de aquello, la actualidad. Que conste que antes ya estaban investigando la creación de úteros o placentas artificiales con otros fines, sobre todo para que bebés prematuros puedan sobrevivir.

Pero vayamos a una lectura más allá. ¿Saben dónde están locos de contentos con esta noticia del robot? En los foros de la manosfera. Esos tipos que odian a las mujeres, en espacios llenos de incels. Dicen que por fin ya la mujer no serviría para nada (no sé de dónde se van a sacar los óvulos, claro), pero insisten en que sería el fin para ellas. Que se acabaría con el discurso de las que no quieren tener hijos. Y apuntan que, además, quitarían de encima la inmigración como excusa para aumentar la natalidad. Unos simples robots podrían solucionar los problemas del futuro para los que quieran ser padres y para los propios Estados. Insisto, quedan aún muchas lagunas para que esto sea verdad. Quizás nunca llegue a serlo. O quizás, nuestra generación no lo vea, pero sí sus nietas o bisnietas. La pregunta es ¿qué será de ese futuro para ellas y para sus maternidades? O, un paso más, sin la opción de ser madres, algunos hombres… ¿qué harán con las mujeres?
Comentarios de nuestros socias/os
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros socias y socios, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.