Se fue nuestra presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso de safari por Perú, reunió a unos indiecitos (así los llaman en el barrio de Salamanca) y les dijo, demostrando gran conocimiento de su idioma: "No hay nada más que ver este lugar, donde hay población que está sumida en la pobreza y sin embargo es alegre, es amable, es humilde". Le faltó agregar que también sumisa y temerosa de dios, y ofrendarles una hucha del domund llena de monedas de cinco céntimos de dólar solo a cambio de oro, plata y molibdeno.

Pero hasta nuestra Ida es superable, y la medalla de oro a la fascistada racista de la semana se la lleva el inefable Carlos Ventorro Mazón, que cual deidad efervescente y echando danas por la boca se marcó esta diatriba: "Le doy la enhorabuena al pueblo de Gaza, que ayer nos enteramos de que va a recibir más de 24 millones de euros en ayudas directas. Me alegro mucho por el pueblo de Gaza, de verdad que me alegro, [pero] la Generalitat Valenciana va a recibir cero ayudas directas de Pedro Sánchez".

A pesar de que servidor es fervoroso ayusero, como todos sabréis, hay que reconocer que nuestra ronaldinha madrileña ha sido superada en juego y eficacia por la agresividad destructora del ninot valenciano. Qué pegada tiene el chaval. No solo alardea de racismo, sino que lo hace mintiendo descaradamente, ajeno a la razón y a la evidencia científica, cargando con un lastre de más de doscientos muertos y aun así corriendo la banda derecha de la ultraderecha con velocidad endiablada. Es el Vinicius del racismo, querida Ida, aunque Mazón juega a banda cambiada con respecto al brasileiro. Si el entrenador Miguel Ángel Rodríguez no empieza a preocuparse menos por sus noctívagos romances de togas, y más por recuperar el estado de forma de Ida, este año nuestra killer madrileña no revalidará el Melón de Oro del PP.

La afición está triste. Yo hablo mucho con gente de derechas y parece que echan de menos a aquella Ida de 2020 que se marcaba 7.291 muertos en unos pocos meses (muchos más que Mazón), se echaba por las mismas calendas al mejor novio comisionista de la covid, que además ponía el piso, y gritaba a diestro y siniestro (oxímoron terrible: vienen a ser lo mismo: esta diestra es siniestra) que la competencia en residencias de ancianos en la pandemia era del entonces vicepresidente Pablo Iglesias. Puestos así, ahora Mazón podría decir que la culpa de la gestión necroinsultante en la Dana es del rey Felipe VI, jefe del Estado, de los ejércitos y además impune, lo que para perpetrar crímenes, negocios y fascistadas da mucha tranquilidad.

Está claro que el cuerpo técnico y la directiva del Partido Popular apoyan las mentiras y racistadas de Mazón más que las de Ida, que desde el "que te vote Txapote" no ha vuelto a hacer gol ante la cruz gamada. La prensa rosa lo achaca al mal judicial de amores. Tras las palabras gazatíes y racistas de Mazón, el PP lo refrendó con este tuit, que pudieron ver los 500 millones de usuarios de X: "Si pides la ayuda en árabe llega antes". Sin la coma ni nada. Solo con dos cojones cristianos e imperiales.

Las mentiras de Mazón son múltiples. Lo único que dijo en verdadero es que el Gobierno de Pedro Sánchez ha destinado 25 millones de euros a la reconstrucción de Gaza, dinero que, en mi modesto parecer de mileurista, he de considerar ridículo. Es la mitad de lo que había robado el convicto y confeso tesorero del PP, Luis Bárcenas, en una sola cuenta en Suiza. Para esquiar.

Todo lo demás que dijo Mazón era falso. El Gobierno no ha dedicado cero euros en ayudas directas a la reconstrucción tras la Dana: ya tienen los ciudadanos valencianos en sus cuentas 1.400 millones, y están a su disposición otros 13.500 que a veces, según el PSOE, no se piden porque la gente cree las mentiras del PP, y no solicita las ayudas pensando que no existen o que les van a costar pasta al final. Que son un timo. El valenciano nos lo ha puesto muy difícil. Tiene que pasar algo muy grave en Madrid para que Ida supere a Mazón. Y no sospechéis que he querido frivolizar vidas y viviendas con este nada humilde escrito. Es así como creo que piensan. Y así lo he tenido que escribir.