Los miércoles en el Congreso hay sesión de control al Gobierno. Los martes y los jueves, sesión plenaria con tomas en consideración de leyes, proposiciones no de ley, mociones, interpelaciones y dictámenes. Y son muchos los temas de los que se habla. También en las comisiones que se celebran a lo largo de toda la semana.

Esta semana, por ejemplo, hemos debatido sobre economía, impuestos o transición energética, pero también sobre la Agenda 2030, bienestar animal o salud sexual y reproductiva. Y hemos tenido un acuerdo muy importante para los Presupuestos Generales de 2023.

La cuestión es, ¿qué mensajes llegan a la ciudadanía semanalmente? ¿Con qué profundidad? ¿Qué parte de estos debates conseguimos que traspasen hasta el corazón de las familias?

El hemiciclo o las comisiones se convierten en un espacio de debate pero no siempre es lo que debería ser. Algunas diputadas o diputados lo usan para el teatro. Sobreactuación. Ésa sería la definición más ajustada.

Repiten argumentarios sin ningún dato objetivo. No se ciñen al asunto que se debate. Gritan. Interrumpen a quien está en el uso de la palabra. Manipulan y tergiversan datos. Y en demasiadas ocasiones se utilizan los insultos al presidente del Gobierno o las ministras y ministros y también a los oradores que están en el uso de la palabra. Las redes sociales son una parte de sus objetivos.

Cada vez que estoy presente en uno de estos episodios teatrales, situados entre la tragicomedia y el monólogo, recuerdo la cita que el ministro Bolaños traía a tribuna esta semana. Es de Jardiel Poncela y dice: “Los que no tienen nada importante que decir, hablan a gritos”.

Pero a pesar de todo esto, el país avanza. Nuestro reto es que a nuestras conciudadanas y conciudadanos les llegue la posición de cada grupo político y quien vela por sus intereses.

En el caso de mi grupo parlamentario tenemos claro que sí aportamos al debate público y al Estado de bienestar de este país. Y lo hacemos con datos, argumentos y votos.

Y votamos a favor de medidas políticas que protegen a la ciudadanía y fortalecen los servicios públicos. Votamos a favor de la subida del SMI, de la reforma laboral, de las becas, del transporte gratuito o los ERTES. Trabajamos y votamos a favor de medidas que fortalecen y amplían derechos sociales, como el fin del voto rogado, la ley contra los proxenetas, la de universalización de la sanidad o la Ley de Ciencia.

Es difícil encontrar una española o un español que no haya sido beneficiario de una política pública que el Gobierno haya puesto en marcha y que mi grupo parlamentario haya trabajado y votado a favor.

Así que… Nos gusta mucho el teatro. El puro teatro. Pero no el que se hace en tribuna.

En la tribuna del Congreso hay que decir la verdad, no gritar, ser serios y sobre todo, pensar a quién representas cuando subes ahí. Trabajar, trabajar y trabajar. Con honestidad y con mirada larga. Que para el teatro ya tenemos un maravilloso plantel de artistas en nuestro país.