Este artículo se publicó hace 3 años.
14FERC, JxCat, CUP y Comuns perfilan sus primeras condiciones para la negociación del nuevo Govern
Esquerra ya ha formado su equipo negociador y dará prioridad a la CUP para iniciar las conversaciones. Los anticapitalistas propondrán un referéndum para 2025 o un plan de choque social. Junts plantea un acuerdo conjunto sobre las votaciones en el Congreso y En Comú Podem demanda a ERC que forme un Govern de izquierdas con ellos y el apoyo externo del PSC.
Barcelona-
Pere Aragonès ha puesto rumbo a la presidencia y ERC ha activado toda su maquinaria negociadora. Bien es cierto que el candidato del PSC, Salvador Illa, continúa verbalizando su intención de presentarse a la investidura y que ya ha mantenido contactos con todos los líderes del resto de partidos, con la excepción de Vox. Pero la única negociación que marca ahora la política catalana y puede desembocar en un acuerdo de investidura e incluso en una mayoría parlamentaria de legislatura es la que lidera Esquerra, que continúa firme en la defensa de un Govern que llaman de "vía amplia". De momento, los republicanos han dado prioridad en las conversaciones a la CUP en su intento de llegar a un acuerdo cuadripartito que también incluya Junts per Catalunya y En Comú Podem.
Con todo, una cosa son los objetivos de Esquerra de aglutinar en el Ejecutivo catalán fuerzas tan dispares ideológicamente a pesar de que tengan la amnistía y el referéndum como mínimo común denominador, y otra que sean posibles. Los Comuns no quieren ni oír hablar de gobernar con Junts y la CUP no ha rechazado totalmente participar, pero siempre se ha mostrado reacia a asumir las contradicciones que puede suponer para su espacio la entrada en el Ejecutivo. Por eso, aunque es pronto para hacer aseveraciones, todo apunta que el Govern estará formado, si hay acuerdo, por las dos grandes formaciones independentistas, que suman 65 diputados y se quedarían a solo 3 de la mayoría absoluta. Con presidencia del coordinador nacional de Esquerra, Pere Aragonès.
Ahora bien, una cosa es no entrar en el Ejecutivo y otra bien diferente formar parte de la mayoría parlamentaria del Govern. Y eso es lo que buscará ERC en las negociaciones a punto de comenzar. Que CUP y los Comuns se comprometan con un acuerdo presupuestario a pesar de que se queden fuera. Unos apoyos que decantarían decididamente hacia la izquierda las políticas de la Generalitat a pesar de la presencia en su interior de Junts, con posicionamientos más liberales. Así, la investidura se podría conseguir con el voto favorable, o incluso con la abstención en segunda vuelta de uno de los dos socios externos, CUP o Comuns. Pero además, Aragonès quiere tener encarrilados -si le toca gobernar con Junts y en minoría- los votos para sus cuentas del 2021, que serán fundamentales para hacer frente a la reconstrucción de Catalunya gravemente afectada por la crisis de la pandemia.
Las condiciones de la CUP
Por todo ello, la primera reunión de la potente delegación negociadora creada por ERC, con los pesos pesados del partido, será con la CUP. ERC considera que los resultados han dejado muy claro que "la nueva etapa debe ser liderada por el independentismo de izquierdas, que ha quedado por delante y es mayoritario". No hay una fecha fijada pero contrastan las prisas de los republicanos con los tempos asamblearios de los anticapitalistas, siempre más pausados. De entrada, la CUP ya ha decidido que abordará en el próximo consejo político ordinario, previsto para el 27 de febrero, cuál debe ser la estrategia y los principales elementos de diálogo con el resto de fuerzas políticas en la negociación para formar un nuevo Govern. La candidata Dolors Sabater y el diputado Carles Riera han explicado que persiguen "un cambio que dé un giro de 180 grados en las políticas del país" y que la posición sobre la gobernabilidad "vendrá condicionada por los avances" que se puedan determinar en este sentido. Por su parte, la CUP-Guanyem iniciará una ronda de contactos con los movimientos sociales para concretar las exigencias a plantear.
Los partidos son bastante herméticos en sus posiciones respecto a los pactos y las negociaciones. Pero la CUP plantea en privado algunas condiciones en grandes ejes que después se tendrán que concretar en la negociación con ERC: un referéndum, el fin de la represión, un plan de choque social para hacer frente a la pandemia y a las crisis que se derivan, y una transición ecológica "profunda".
Equipo negociador de ERC con pesos pesados
La CUP no ha elegido aún quién será su equipo negociador, mientras Esquerra ha puesto ya toda la maquinaria en marcha para abrir "de forma inmediata el proceso de negociaciones". Los republicanos quieren que el proceso pueda ser "ágil" para poder tener un Govern lo antes posible. "El país necesita un Govern fuerte con una mayoría estable para dar respuesta a la crisis actual, reconstruir el país desde la justicia social y caminar hacia la República catalana en base a los consensos de amnistía y autodeterminación", aseguran. En este sentido, una de las primeras decisiones ha sido designar a las personas que formarán parte del equipo negociador del partido durante los próximos días. Serán la secretaria general adjunta, Marta Vilalta, el presidente del Consell Nacional del partido, Josep Maria Jové, el presidente del grupo parlamentario de ERC y responsable de comunicación del partido, Sergi Sabrià, y la número dos de los republicanos, Laura Vilagrà. Este grupo negociador estará complementado por diferentes equipos de trabajo divididos por ámbitos temáticos que trabajarán en paralelo.
La CUP no ha elegido aún quién será su equipo negociador
La decisión de Esquerra de iniciar las conversaciones con la CUP puede tener diversas motivaciones: es el hueso más duro de roer ya que es conocida la aversión de los cupaires a facilitar la gobernabilidad si no se asumen sus propuestas maximalistas, tanto en el terreno de la independencia como en materia económica y social. Pero también puede tener que ver con el hecho que, según diversas fuentes consultadas de ERC y Junts, algunos puntos ya fueron tratados antes de las elecciones entre los dos partidos. Se conoce por lo menos una reunión "secreta" o como prefieren llamarla ellos, "discreta", entre los dos presidenciables de ERC i Junts, Pere Aragonès y Laura Borràs. Un encuentro que se desarrolló antes de las Navidades en la nueva sede del Govern construida en el apartado y poco transitado barrio industrial de la Zona Franca de Barcelona. En ella se limaron asperezas después de los duros enfrentamientos entre los dos socios durante toda la legislatura, y probablemente se discutieron temas para el caso de una reedición del Govern con cualquiera de los dos de president o presidenta.
Junts reclama un acuerdo para el Congreso
En todo caso, la primera condición de JxCat que ha fijado su secretario general, Jordi Sánchez, para el acuerdo de Govern con ERC es que incluya una "estrategia compartida" en el Congreso. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Sánchez ha apuntado que si se quiere un ejecutivo "fuerte" no se puede pretender que las acciones de los partidos que lo integran sean "disonantes" en la cámara baja española: "Sería muy positivo que fuéramos leales a la presidencia y el Govern ", ha argumentado. Lo que Sánchez no ha concretado es si lo que está exigiendo es que ERC deje de aprobar políticas del Gobierno español de PSOE y UP, o serán ellos los que cambiarán de rumbo y abandonarán el no a todo que han planteado hasta ahora. Por su parte, ERC ya ha dejado muy claro que continuaran aprobando en el Congreso "todas aquellas cuestiones que sirvan para mejorar la vida de los catalanes y las catalanas", afirma Raül Romeva.
Junts insiste también en formar un ejecutivo sólo con independentistas
Junts insiste también en formar un ejecutivo sólo con independentistas. Y cómo hacer avanzar el procés será uno de los nudos gordianos de la negociación. Fuentes de Jxcat, lo sitúan como la prioridad principal. Jordi Sánchez, ha indicado en rueda de prensa que el horizonte de la legislatura es el ejercicio "real" de la autodeterminación. ERC ha hecho bandera en campaña de la "vía amplia" -referéndum pactado y amnistía-, y también de la negociación con Madrid. En este sentido, las discrepancias sobre cómo enfocar la mesa de diálogo, que Esquerra exige reactivar a Pedro Sánchez, y que Aragonès lideraría en la parte catalana como president serán también un contratiempo a superar.
En cuanto a la formación de Govern más allá de la negociación sobre carteras y atribuciones, en que los dos socios ya tienen experiencia, esta vez puede haber tensiones sobre el veto a determinados nombres de Junts para ocupar los principales cargos. Sobre todo, hay uno compartido tanto por ERC como por la CUP, y también por los Comuns: Joan Canadell, número tres de Junts, figura polémica por las afirmaciones sobre los orígenes de los catalanes nacidos en otros territorios del Estado, Donald Trump o la pseudohistoria. Pero también porque posiciones de derechas coom las de Canadell en materia económica podrían generar problemas con los acuerdos que ERC persigue con la CUP y/o los Comuns, por ejemplo, en política fiscal. En campaña Canadell defendía suprimir tan pronto como fuera posible el impuesto de sucesiones, posición que el programa de Junts no incluyó y que es anatema para los socios de Podemos o para los independentistas anticapitalistas.
En Comú Podem quiere un Govern con ERC
Finalmente, la negociación con En Comú Podem será un difícil reto para ERC. Los de Jéssica Albiach no entrarán en un Govern con Junts y su objetivo es formar el Ejecutivo con ERC, los dos en solitario sumando un exiguo número de 41 diputados. Pero con el apoyo externo del PSC. Los Comuns consideran que en el Parlament hay una gran mayoría de izquierdas que podría hacer viable un Govern con esta orientación que la presencia de Junts imposibilita. La opción de un Govern entre ERC y Comuns tiene muy pocas opciones y Esquerra buscará que como mínimo los Comuns se comprometan en blindar aspectos clave de la legislatura como los presupuestos, de la misma forma que Esquerra hace en el Congreso con las cuentas del Gobierno español con Pablo Iglesias como vicepresidente. Solo podría llegar a estudiar el Govern con los Comuns en caso de que fracasen de lleno las negociaciones con Junts y la CUP. Así lo apuntan fuentes republicanas consultadas que rechazan esta fórmula, pero recuerdan que sería la única alternativa a un bloqueo total de la política catalana y a una indeseada repetición electoral. Un escenario que desde ERC se descarta confiando en poder sacar adelante, con las diversas opciones aritméticas de que disponen, la investidura de Aragonès como president.
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