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La Academia de la Historia deja atrás los homenajes de los franquistas con la llegada de la nueva Historia Hispánica

Esta enciclopedia interactiva de la Historia de España sustituye al Diccionario Biográfico Español, que fue publicado en 2011 y costó 6.4 millones de los fondos públicos. En él, se definía a Franco como "un gobernante católico, no un dictador".

Franco en Plaza de Oriente
El dictador Francisco Franco saluda a los manifestantes en Plaza de Oriente durante el acto del 17 de diciembre de 1970. EFE

La Real Academia de la Historia (RAH) ha presentado Historia Hispánica, una evolución en digital por la historia de nuestro país con geolocalizaciones de más de 20.000 acontecimientos y 50.000 personajes. Se trata del mayor banco de información sobre la Historia hispánica hasta la fecha, convirtiéndose España en el primer país en contar con una enciclopedia digital de estas características. Esta obra sustituye al antiguo Diccionario Biográfico que elogiaba a Franco y otros dirigentes franquistas. 

El nuevo portal es un mapa interactivo en el que se puede acceder a acontecimientos de la historia de España o a personajes, o bien pinchando sobre alguna entrada en el mapa, o bien usando el buscador. Incluye 150.000 referencias geográficas a través de las cuales vincula a las distintas personalidades de la historia con los hechos históricos, épocas, lugares y temas.

El pasado martes, los reyes Felipe VI y Leticia fueron quienes presentaron la obra en un acto en el Palacio Real de Madrid, como lo hicieron en su momento los reyes Juan Carlos I y Sofía en el año 2011 con su antecesora. Desde la Academia aseguran que el texto ha sido revisado, modificado y actualizado por los académicos Juan Pablo Fusi, Octavio Ruiz-Manjón y Enrique Moradiellos.

Este mismo medio fue quien en 2011 destapó el carácter hagiográfico que el Diccionario Biográfico Español ofrecía del dictador Franco. Público se hizo eco de la alarma suscitada entre muchos historiadores por una publicación que desvirtualizaba los acontecimientos de la Guerra Civil. Este diccionario estaba formado por 50 tomos y costó 6,4 millones de euros a las arcas públicas. En él, se incluían citas tan polémicas como que el caudillo "montó un régimen autoritario, pero no totalitario". Asimismo, no se hace una sola mención a la represión franquista durante y después del conflicto.

Algunos historiadores como Ángel Viñas, Paul Preston o Julián Casanova crearon un "contradiccionario" titulado En el combate por la Historia con el objetivo de convertirse en la obra de referencia del periodo de la II República, la Guerra Civil y el franquismo. 

La entrada del diccionario que estaba dedicada a Francisco Franco Bahamonde fue escrita por Luis Suárez, historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco y presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos. Definía al caudillo como un gobernante católico, no un dictador o como "creador de un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha, quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado". 

En el año 1998 José María Aznar impulsó el diccionario

Tras una visita del entonces presidente, José María Aznar, a la Real Academia, presidida en ese momento por Gonzalo Anes, ambos manifestaron la idea de crear este diccionario con el fin de divulgar la Historia de España. Anes llegó a declarar que "somos deudores de Aznar". Hay quienes adelantan su origen a 1996, cuando el Partido Popular gana las elecciones y Esperanza Aguirre es nombrada ministra de Educación y Cultura.

Según un artículo publicado por Público en el año 2011, Andreu Mayayo, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, expresó: "Cuando Aguirre llega al poder, dice que se está manipulando la Historia y anima a la Real Academia a poner orden. La voz de mando la da ella. De ahí surge la idea de este diccionario y la de realizar una investigación sobre los libros de Historia que se estudiaban en las escuelas, porque la Real Academia decía que tergiversaban la Historia". Aznar fue quien aprobó la subvención gestionada por el Ministerio de Educación y Cultura que encabezaba Esperanza Aguirre.

No obstante, tanto Aznar, a nivel nacional, como Aguirre, en el ámbito de la Comunidad de Madrid, alzaron sus políticas neoliberales a través del diccionario. Ambas entradas las escribió Manuel Jesús González González, secretario de Universidades en la época en que Aznar era presidente del Gobierno y Aguirre ministra de Educación. Sobre el primero, dice lo siguiente: "Aznar emprendió, además, un vigoroso proceso de privatización de importantes empresas públicas (Telefónica, Repsol, Enagas, Endesa, Corporación Siderúrgica Integral, Santa Bárbara, Argentaria e Iberia). Mediante tan ambicioso programa de privatizaciones, consiguió [...] que el Gobierno redujera la participación del Estado en Bolsa desde un 10,87 por ciento en 1996 a tan sólo un 0,52 por ciento en el año 2004".

Sobre Aguirre, el escritor calificó de "vigorosos" los "procesos de privatización en materias de recogida de basuras" de Esperanza Aguirre cuando dirigía la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid.

El Ministerio de Cultura en 2011 aclaró a este medio que la responsabilidad con su gabinete no tenía nada que ver ni con la subvención, ni con la supervisión del diccionario. El Ministerio de Educación, el responsable del diccionario, se limitó a confirmar que su relación con la academia era simplemente administrativa y que se trataba de una institución independiente de su dirección.

El Congreso de los Diputados decidió bloquear el diccionario hasta que no se examinaran las biografías que no correspondían con la realidad o se limitaban a ensalzar la figura de Franco. Gonzale Anes asumió que los acontecimientos de Historia contemporánea habían sufrido modificaciones. Según publicó el ElDiario.es, el historiador Juan Pablo Fusi fue quien realizó los cambios en las biografías. Con la llegada del PP al Gobierno con Mariano Rajoy, se volvió a retomar el proyecto.

Nuevos calificativos para Franco

La entrada de Francisco Franco, que el antiguo Diccionario Biográfico Español  calificaba como "gobernador católico", da paso a un Franco escrito por Fusi:  "Anticomunista y conservador, progresivamente religioso (algo que no había sido en su juventud) y cada vez más obsesionado por la masonería, Franco pensaba en 1936 en una dictadura militar más o menos larga basada en su jefatura personal, en un régimen autoritario y unitario, sin autonomías regionales ni partidos políticos ni sindicatos de clase, en un régimen militar, "español y católico".

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