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El acuerdo presupuestario de ERC y En Comú Podem amenaza con romper la unidad independentista

Los presupuestos del Govern para el 2022 superan el muro de las enmiendas a la totalidad, pero dejan un fuerte coste en tensiones internas. Las desatadas críticas de Junts provocan malestar en ERC y agrietan un poco más las maltrechas relaciones entre los socios del Govern. Los republicanos quieren evitar a toda costa que el veto de la CUP suponga la quiebra definitiva del bloque independentista de la investidura.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante un pleno sobre la totalidad de los Presupuestos, en el Parlament, a 22 de noviembre de 2021, en Barcelona, Cataluña (España).
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante un pleno sobre la totalidad de los Presupuestos, en el Parlament, a 22 de noviembre de 2021, en Barcelona, Cataluña (España). David Zorrakino / EuropaPress

Si los plazos se cumplieran –que nunca o casi nunca se han cumplido- los presupuestos de la Generalitat hace ya algunas semanas que deberían haber pasado el filtro de las enmiendas a la totalidad, coincidiendo más o menos con la festividad de Todos los Santos. Y con la fuerza con que nos llega Halloween, se le podría haber aplicado aquello de truco o trato al decisivo procedimiento parlamentario. Y es que la política catalana tiene en estos momentos mucho más de truco que de trato.

El único acuerdo –o trato- que ha conseguido salvar in extremis los presupuestos para el 2022 -"uno de los más expansivos de la historia" según el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y su conseller de Economia, Jaume Giró,- ha comportado un susto de muerte que de poco se lleva el Govern por delante. La táctica política –el truco- se ha impuesto entre los grupos parlamentarios con el objetivo más de desgastar al adversario que de negociar unos presupuestos clave para el país.

El acuerdo entre Aragonès y En Comú Podem ha salvado las cuentas para el 2022

La realidad es que el acuerdo entre Aragonès y En Comú Podem ha salvado las cuentas para el 2022. Y no es poca cosa. El voto contrario de las fuerzas del Govern, ERC y JxCat, y la abstención de los 8 diputados de los comuns a las enmiendas a la totalidad presentadas por el PSC, CUP, Vox, Ciudadanos y PP han neutralizado este lunes en el Parlament la peligrosa ofensiva parlamentaria de la oposición contra los presupuestos de Aragonès-Giró.

Pero también es cierto que a su vez el pacto ha desatado una nueva crisis entre ERC y Junts, que ha puesto una vez más al Govern al borde del abismo. Y el veto de la CUP a los presupuestos -a pesar de ser el socio prioritario y formar parte de la mayoría de la investidura- se suma y también pone en peligro la cohesión de la mayoría independentista en el Parlament. Aragonès ha puesto en valor que los presupuestos continúen su andadura, pero habrá que ver si ahora el president puede controlar las fuertes tensiones internas y cicatrices que deja este crucial trámite presupuestario.

ERC se conjura para evitar la ruptura del bloque independentista

Aunque algunas voces en Esquerra alertan de las dificultades que supone gobernar en estas condiciones y con aliados "poco fiables" en términos de estabilidad, la dirección nacional de los republicanos cerró filas este sábado -en una reunión de urgencia- sobre la necesidad de evitar a toda costa la ruptura del bloque independentista de la investidura después del veto de la CUP a los presupuestos y de la dura posición de Junts respecto a la negociación con los Comuns. Con lo que el president del a Generalitat, Pere Aragonès, por un lado, se propone mantener la unidad interna del Govern transmitiendo una imagen de cohesión en las próximas semanas que permita mantener la alianza con los socios de Junts. Y destacados miembros de Esquerra desplegarán contactos con la CUP para mirar de revertir el actual enfriamiento de las relaciones e incluso intentar que se sumen en alguna medida al proyecto de presupuestos a través del acuerdo en algunas de las enmiendas parciales.

Fuentes de la dirección de ERC apuntan "la importancia de mantener en vigor la mayoría independentista de la investidura", por ejemplo, en lo que llaman el frente antirepresivo y para poder materializar el embate por la autodeterminación que aseguran mantener si la mesa de negociación sobre el conflicto político con el Gobierno español no da resultados. Un aspecto en que tendrá gran relevancia la próxima puesta en marcha de la plataforma por el Acord Nacional per l’Autodeterminació, que tiene como uno de los principales impulsores al exdiputado de la CUP, David Fernàndez. En resumen, el acuerdo presupuestario entre ERC y En Comú Podem salva los presupuestos, pero amenaza con romper la unidad independentista con JxCat y la CUP. Ahora bien, Aragonès y Esquerra se han conjurado para evitarlo.

Semana de infarto con los presupuestos cerca del abismo

Las grietas en el independentismo que ha provocado el debate presupuestario se han acrecentado en los últimos días y horas. Los presupuestos iniciaron una última semana decisiva antes de la cita de este lunes en el Parlament con la CUP presentando su enmienda a la totalidad después de la celebración de su consulta asamblearia. Y según explican fuentes de En Comú Podem, sin que desde el Govern se hubiera levantado el teléfono para negociar con ellos.

Tras algunas precipitadas contrapropuestas del Govern a los anticapitalistas, las reticencias que se observan en la CUP disparan las alarmas en el Palau de la Generalitat y Aragonès ordena intentar encarrilar un posible acuerdo con los comuns. Es la segunda opción y el dique de contención de la vía que Aragonès no quería ni plantearse, que los presupuestos quedaran en manos del PSC. Los socialistas han intentado hasta la extenuación conseguir ser la fuerza decisiva que habría debilitado la capacidad negociadora de Esquerra en Madrid, habría reventado la unidad independentista sin margen de maniobra y situaría al PSC como fuerza de Govern.

La división independentista generada en la negociación presupuestaria da munición al PSC que focalizará su relato a partir de ahora en dar por rota la mayoría de la investidura y por fracturado el Govern. Por otra parte y paradójicamente, una opción, la de los socialistas, que sectores de Junts han alentado soterradamente en una nueva muestra de lo que la CUP llama la "antigua sociovergencia". Seguramente no en términos del Procés independentista, pero sí en aspectos de modelo económico, social y de infraestructuras como demostró el principio de acuerdo establecido entre la parte del gobierno del PSOE y la parte del Govern de Junts para la ampliación del aeropuerto, a costa de zonas protegidas del Delta del Llobregat. Aunque Giró se lo haya negado este lunes a los anticapitalistas, asegurando que "la sociovergencia no existe", ya que "implosionó con el Procés".

Los contactos preliminares con los comuns desde el Govern se oficializan después de la oferta de Aragonès de interlocución a la líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach, en la sesión de control en el Parlament del miércoles pasado. Y se da paso a las primeras reuniones, en que por cierto han participado miembros del Govern de Junts, a pesar de que desde este partido se rechaza el acuerdo con los comuns de lleno. Consta según ha podido saber Público como mínimo una conversación entre el conseller de Economia, Jaume Giró, con Albiach y una reunión el jueves pasado entre miembros de esta conselleria de Junts y los de Ada Colau.

Domingo de todo o nada

Finalmente y después del no definitivo de la CUP a los presupuestos de este sábado, se convoca de urgencia la reunión entre el Govern y los comuns para rematar la negociación. Y es la ausencia de Giró y del resto de miembros del Govern de Junts lo que desata el enfado y la preocupación de Aragonès por lo que considera "una grave deslealtad" de su socio en el Consell Executiu. A pesar de que la reunión, según fuentes del Govern, fuera organizada por el propio departament d’Economia. Junts impone la táctica, prohíbe la asistencia de ninguno de sus miembros a la reunión dominical y deja solo a Aragonès con los comuns, en un intento de responsabilizarlo de la ruptura del bloque independentista. El secretario general de Junts, Jordi Sànchez realiza una contundente rueda de prensa y la portavoz del partido, Elsa Artadi, remata este lunes: "ERC ha roto la mayoría independentista y tendrá consecuencias".

Albiach y la delegación de los comuns salen el domingo con un preacuerdo prácticamente listo que Aragonès remata con una llamada a la líder parlamentaria de los morados esta misma mañana después de conseguir que los consellers y conselleras de Junts asuman el acuerdo presupuestario en un Consell Executiu extraordinario celebrado prácticamente al alba. Un acuerdo basado a grandes trazos en el incremento de la partida de vivienda hasta los mil millones de euros, el impulso de distintos proyectos ferroviarios, remunicipalizaciones del agua o más recursos para la reindustrialización.

Los presupuestos superan así por un suspiro un paso que no es cualquier trámite. De haber prosperado alguna enmienda a la totalidad los presupuestos hubieran sido devueltos al Govern. Lo cual hubiera comportado una crisis de proporciones insospechadas que fuentes del Govern admiten podría haber abocado incluso a elecciones anticipadas. "Hay que recordar que estos no son unos presupuestos cualquiera, sino que son vitales para la recuperación de una Catalunya exhausta por la pandemia y la crisis económica", apuntan estas mismas fuentes. Se prevé un incremento de gasto de cerca de 4.000 millones respecto a los presupuestos anteriores.

Legislatura incierta

La sangre no ha llegado al río y los presupuestos han pasado un corte importante aunque aún no se los pueda dar por aprobados. Pero eso no quiere decir que el proceso presupuestario no haya dejado fuertes tensiones y no pocas heridas por el camino. Junts considera rota la mayoría parlamentaria independentista de la investidura. Y las tensiones internas dentro del partido también han existido especialmente entre la dirección y los miembros del Govern que han visto como los presupuestos se acercaban al precipicio. Empezando por el conseller Giró.

Junts considera rota la mayoría parlamentaria independentista de la investidura

El malestar en ERC también ha cundido con sus socios de Junts por la posición de presión y rechazo al acuerdo con los comuns. Y no han faltado opiniones de destacados dirigentes republicanos que han planteado la imposibilidad de gobernar juntos, después de episodios como el rechazo a la mesa de negociación, el desacuerdo en la ampliación del aeropuerto y ahora la discrepancia manifestada en la ley más importante para un gobierno como son los presupuestos. Por no hablar del encendido debate que ha generado entre la dirección nacional de los republicanos y el grupo municipal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona el hecho de haber tenido que cambiar a disgusto su posición contraria a los presupuestos de Ada Colau para salvar los de la Generalitat. Un gesto que Ernest Maragall, jefe de filas municipal de ERC, ha asumido "por responsabilidad para con el país y con Barcelona".

Y a las tensiones internas entre ERC y Junts que sacuden el Govern, hay que sumar la ruptura de la mayoría independentista, que pude suponer la dureza de la CUP respecto a los presupuestos de Aragonès y Giró. La diputada Eulàlia Reguant lo expresaba así en el Parlament: "No son unos presupuestos ni transformadores ni sociales". Y alertaba este lunes en el debate de las enmiendas que ERC y Junts no cuenten con la CUP "para el continuismo", únicamente si hay una voluntad real para "ejercer la autodeterminación" y trabajar para "la mayoría social" de Catalunya. Una olla a presión que está por ver si permite a Aragonès gobernar con una mínima estabilidad, una vez aprobados los presupuestos. Los primeros y quizás los últimos, apuntan algunas fuentes próximas al president, que no descartan que, vistas las dificultades, el 2023 sea año de presupuestos prorrogados y quién sabe si también de elecciones anticipadas en Catalunya.

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