MADRID.- La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha afirmado este domingo que no pone "la mano en el fuego por nadie", incluido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de quien ha dicho: "Tampoco la pondrá por mí, que paro en el carril-bus".

"Yo no pongo mano en fuego por nadie, oiga, por nadie. Por mí sí, claro", ha respondido tajante Aguirre en una entrevista en el programa de la Sexta Salvados, cuando le han preguntado si tendría este gesto con el presidente del Gobierno, de quien ha cuestionado si "en toda su vida no ha hecho alguna incorrección", como ha añadido, sucede con ella misma.

La presidenta del PP de Madrid ha puesto punto final a la entrevista de manera brusca y unilateral ya que al darse cuenta de que pasaban diez minutos del tiempo acordado para la conversación, se ha levantado indignada y ha abandonado el set de grabación.

Antes de ese momento, y en cuanto a los casos de corrupción en el PP y en su etapa de Gobierno en la Comunidad de Madrid, Aguirre ha recordado que en los "30 años" que lleva en distintos cargos políticos ha nombrado "a más de 400 altos cargos" y que de todos ellos le han "salido rana dos" —en referencia a los exconsejeros Alberto López Viejo y Francisco Granados—. "¡Qué quiere que le diga!", ha espetado.

Ha asegurado que ella es "la más indignada de todos" en lo que se refiere a la corrupción y que corruptos "hay en todas partes": "Íñigo Errejón (dirigente de Podemos) tiene una beca black", ha afirmado con ironía.

En su opinión, lo importante es "lo que se hace" cuando se descubre a los corruptos, que la justicia les juzgue y "que devuelvan lo que han robado".

Aguirre ha admitido que tenía que haberse "dado cuenta" de las actuaciones ilegales que estaban llevando a cabo Granados y López Viejo porque, ha dicho, "aquello era algo parecido" a actuaciones mafiosas y ha asegurado que así lo reconoció cuando lo comparó con "la cabeza de caballo cortada en la película El Padrino".

Ha negado "absolutamente" que el PP de Madrid se haya financiado de manera irregular y sobre las tarjetas black, ha afirmado que la Comunidad ejercía una "tutela muy pequeña" sobre Caja Madrid porque era "el Banco de España el que tenía que vigilar" y que el problema surgió cuando la ley "equiparó a las beneméritas Cajas de Ahorros con los bancos, y los banqueros ganaban más".