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Análisis del barómetro de abril Las estimaciones del CIS suavizan el desplome del PP y el PSOE en intención directa de voto

Los cálculos de Jaime Miquel y Asociados (JM&A) con las tablas utilizadas por el CIS para su barómetro de abril son por vez primera muy distintas de los que ha hecho la 'cocina' del Centro de Investigaciones Sociológicas. El PP ya no está por delante de Ciudadanos en votos válidos, porque se infravalora el peso de C's en medio millón de electores. Al mismo tiempo que se sobrevalora el del PSOE en un cuarto de millón. El 'efecto Sánchez-2017' entre las mujeres se ha esfumado.

Comparativa de las estimaciones de resultados en unas elecciones generales del barómetro de abril del CIS y los cálculos de JM&A con las propias tablas del Centro de Investigaciones Sociológicas.

"Se está produciendo una transformación profunda del comportamiento electoral con un incremento significativo de la indecisión. Esto obliga a revisar los procedimientos de estimación" empleados para interpretar los datos crudos de las encuestas de intención de voto.

Así explica el analista electoral Jaime Miquel la inédita disparidad que ha encontrado entre los cálculos que ha obtenido partiendo de las tablas completas del barómetro de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas, y las estimaciones difundidas por el CIS, que suavizan el desplome de PP y PSOE en intención directa de voto. Así se mantiene al Partido Popular en primer lugar, cuando ya ha sido superado por Ciudadanos en votos válidos según sus propios datos crudos, y se mantiene una irreal ventaja socialista sobre Unidos Podemos, cuando ya hay menos de dos puntos de diferencia entre ambos.

Esta realidad no se acaba de apreciar del todo en la distribución de porcentajes de votos válidos que se presenta, en forma de hemiciclo, al principio de este artículo, pero queda más clara con el estudio de las tablas comparativas de estimaciones de JM&A y del CIS –centradas sólo en los cuatro grandes partidos para facilitar su comprensión– que mostramos a continuación:

Tabla de datos comparativos entre JM&A y el CIS, en el barómetro de abril de 2018.

La disparidad se debe a que las técnicas tradicionales de estimación sobre los datos sin trabajar "sobre-corrigen los datos a partir del momento en que los que no contestan superan el 15% de la muestra", explica Miquel. "Y luego está la simpatía, que no es voto y estropea la estructura de la información cierta. Lo único cierto es a quién voté y a quién votaré, todo lo demás son conjeturas".

Por tanto, el CIS está pasando por alto que "Ciudadanos está reemplazando al PP en un proceso que aún no ha terminado, mientras que en el lado izquierdo Unidos Podemos y las confluencias resisten en los 4,5 millones de votos, ya a sólo un punto y medio del PSOE, e incluso remontan en intención directa de voto", subraya Miquel. Esa evolución queda patente en el siguiente gráfico, que muestra las variaciones en porcentaje de los cuatro grandes partidos desde enero de 2017, en intención directa de voto:

Evolución de los datos directos del CIS enero17-abril18.

Estas tendencias son muy importantes porque muestran el hundimiento continuado del PP (en azul) y la caída del PSOE (en rojo) posterior a la notable subida del verano de 2017, gracias al "efecto Sánchez".

"El 'efecto Sánchez' se ha terminado: la intención de voto al PSOE ha caído del 19% en julio de 2017 al 13,5% de este abril"

"Pedro Sánchez y su militancia derrotaron al sistema en su conjunto, un concepto que es un diamante en bruto que nadie quiere tallar" argumenta Miquel. "Desde entonces, éste no ha hecho otra cosa que acompañar al PP en lo de Catalunya, cuando todo el mundo sabe que desde lo de Alemania ese asunto es intemporal. Pues fin de la historia, porque aquí no estamos para esperar a nadie: los datos directos de intención de voto al PSOE nos dicen que el efecto Sánchez (19,0% en julio de 2017, 16,2% en octubre y 15,9% en enero de 2018), se ha terminado. El PSOE ha caído al 13,5% en este barómetro, un valor que supera cualquier variación atribuible a la calidad de las muestras".

En cuanto a las reacciones de los políticos del PP, aduciendo que continúa como primer partido, el analista de JM&A las desestima de plano: "Rafael Hernando dice que el PP trabaja para los españoles y que estos lo sabrán valorar. Efectivamente, sabrán hacerlo: por eso se encamina hacia el 20% de los votos válidos y ya veremos si termina cuarto, con sólo el 15%, cuando llegue el momento de votar. Lo que tienen por delante es continuidad y desgaste, nada más".

Otro fenómeno al que ahora todos los sociólogos prestan especial atención es el del voto femenino, y del análisis de los datos del CIS queda patente que "hay más indecisión entre las mujeres", igual que "confirma una mayor desmovilización en el lado izquierdo del sistema, que en el derecho", prosigue Miquel.

Muchas de las interpretaciones que se hacen del voto femenino son erróneas

Pero la interpretación precipitada que hacen muchos de la evolución del voto femenino a la luz del 8M atribuye erróneamente efectos "inventados" al electorado, sobre todo al de Ciudadanos. Lo relevante es que "el voto a Rivera siempre fue más masculino que femenino y, en ambos casos, Ciudadanos ha doblado en un año su posición en los datos directos del CIS".

En concreto, la intención directa del voto femenino a Ciudadanos pasó del 6,7% en el barómetro del CIS de enero de 2017, al 14,2% en el de enero de este año, un aumento de 7,5 puntos. Y en este barómetro de abril el voto femenino de C's es del 14,1%, prácticamente el mismo dato a pesar de las grandes movilizaciones del 8M que muchos interpretaron como perjudiciales para la formación de Albert Rivera.

Entre tanto, la intención de voto a Ciudadanos entre los hombres pasó del 9,3% en enero de 2017 al 18,2% en este de abril, casi también duplicando su apoyo masculino.

En cambio, en el PSOE, tras el estratosférico ascenso del apoyo a Sánchez entre las mujeres en la primavera-verano de hace un año –pasando del 13% al 21,1% en intención directa de voto de un barómetro al siguiente–, se está registrando desde entonces un agudo e imparable descenso del voto socialista femenino.

Todo esto queda de manifiesto en el siguiente gráfico de la evolución de la intención directa de voto, según sexos, para los cuatro grandes partidos según los sucesivos barómetros del CIS:

CIS: evolución de la intención directa de voto según sexos (en trazo grueso, las mujeres.

CIS: evolución de la intención directa de voto según sexos (en trazo grueso, las mujeres.

En este último gráfico se hace también más que aparente el fenómeno de indecisión entre las electoras, ya que destaca el elevadísimo porcentaje de las que una y otra vez no contestan sobre sus intenciones de voto (en trazo grueso negro discontinuo), muy superior al que se registra entre los hombres (en trazo fino). Una demostración más de que ninguno de los partidos –por mucho que Unidos Podemos empiece a remontar tímidamente entre las votantes– convencen a las mujeres, quienes sin duda decidirán el futuro político y harán posible la ruptura definitiva con el postfranquismo, como explicamos recientemente en un detallado análisis demoscópico.

En cualquier caso, las izquierdas siguen sin sobreponerse a las mayorías de votantes de las grandes extensiones de la España vacía, rural y anclada en el pasado, por mucho que las nuevas tendencias progresistas empiecen a afianzarse en las ciudades –como demuestran los últimos resultados de las elecciones municipales– y el panorama electoral sigue decantándose claramente en favor del voto decididamente derechista:

Comparativa de las estimaciones de resultados en unas elecciones generales entre los cálculos de JM&A con las tablas del barómetro del CIS de abril y los resultados de las elecciones generales de 2016.

Comparativa de las estimaciones de resultados en unas elecciones generales entre los cálculos de JM&A con las tablas del barómetro del CIS de abril y los resultados de las elecciones generales de 2016.

Este último gráfico plantea un panorama político aún más escorado a la derecha que hace dos años escasos, puesto que PP y C's han pasado de sumar un 46,1% de los votos a casi alcanzar la mitad de los sufragios, reuniendo un 49% del total según las tablas del barómetro del CIS recalculadas por Jaime Miquel.

Aunque más importante todavía es la evolución de esos votantes, que apunta inexorablemente hacia el fin de la preeminencia del PP en el campo conservador y del cuasimonopolio del PSOE entre las izquierdas. Se aproxima otra era.

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