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Aniversario Una crisis sin estar Rubalcaba

Hoy se cumple un año del fallecimiento del ex secretario general del PSOE y ex vicepresidente del Gobierno, al que ahora muchos añoran, el PP utiliza y otros lo usan como arma arrojadiza contra el Gobierno de Sánchez. Los homenajes previstos por el PSOE y la Fundación Felipe González se han suspendido por la situación sanitaria y las restricciones.

Alfredo Pérez Rubalcaba en rueda de prensa tras una reunión de la Comisión Delegada del Gobierno para situaciones de crisis. 2010.
Alfredo Pérez Rubalcaba en rueda de prensa tras una reunión de la Comisión Delegada del Gobierno para situaciones de crisis. 2010. EFE

"¿Un año ya? Se han equivocado. eso no es posible". "¿Cómo va hacer un año ya, si hace nada estuve en la capilla ardiente en el Congreso? "No puede hacer un año, es imposible".  Con esas frases respondieron distintos dirigentes del PSOE cuando se les recordó que este domingo, 10 de mayo, se cumple un año del fallecimiento del ex secretario general del PSOE y ex vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Y es que, aún sin estar, su nombre si estando muy presente en la memoria de los socialistas. Como decía el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ya no puede llamarle para hablar con él, pero muchos veces antes de tomar una decisión se plantea qué haría Alfredo ante determinadas situaciones.

Lo que muchos constatan es que es la primera gran crisis en la que no está Rubalcaba, el hombre de Estado que siempre estuvo al frente o detrás en los momentos más críticos de ese país en las últimas tres décadas, protagonizando los papeles más complicados. 

Sólo basta recordar que tuvo que ser la cara de un Gobierno acosado por las evidencias de la guerra sucia contra ETA a través de los GAL; que fue quien gestionó la situación tras los atentados del 11-M -aún retumba aquella frase escrita de su puño y letra cuando dijo: "Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta"; su trabajó entre bambalinas para llegar al fin de ETA, cómo afrontó la crisis de los controladores aéreos donde se decretó por primera vez el estado de alarma; sus intentos de sostener a un PSOE en descomposición y desunido tras la derrota de 2011 o la forma que buscó para solucionar sin ruido la sucesión del rey emérito sin que se abriera el debate entre Monarquía o República.

Ahora, en esta grave crisis sanitaria y social muchos son los que mencionan en las redes sociales. Para bien y para mal. Unos le llaman "fontanero siniestro" y cosas mucho peores, otros destacan su "capacidad de saber dialogar" y algunos no olvidan la hipocresía de quienes ahora elogian su figura cuando en la vida política lo denostaron. Rubalcaba sigue sin dejar indiferente a nadie.

Desde el PP hasta se está utilizando habitualmente la frase del 11M para dedicársela ahora al Gobierno de Pedro Sánchez, tal y como hizo el propio Pablo Casado en su intervención en el pleno del pasado 9 de abril.

¿Cómo hubiera gestionado la crisis?

Y la pregunta que queda en el aire es saber cómo hubiera gestionado la crisis del coronavirus estando en el Gobierno. ¿Hubiera conseguido pactar con el PP? ¿Cómo sería la política de comunicación? Quienes lo conocieron bien apuestan porque, con toda seguridad, hubiera sido todo muy distinto en la gestión de la crisis.

En cuanto a la comunicación desde el Gobierno, tan cuestionada por la oposición, es más que probable que el líder del PSOE hubiera actuado bajo tres principios que fueron su guía en las situaciones complicadas: síntesis, claridad en los mensajes y buscar la empatía. Así lo hizo el 11-M en una intervención de apenas cuatro minutos ante la prensa o cuando anunció el fin de ETA, donde apenas tomó la palabra seis minutos. Las diferencias sobre cómo está actuando el Gobierno de Pedro Sánchez son evidentes.

También hubiera sido su máxima prioridad pactar con el PP. "Pero no intentarlo, sino hacerlo", afirmó una persona que conoció bien la líder socialista. Y aquí Rubalcaba también tenía una metodología muy diferente a la de Sánchez, porque su forma de buscar acuerdos era hablar, hablar y hablar, de forma incansable, a todas horas y la veces que hiciera falta, hasta buscar un resquicio por donde pactar. Y sí lo hizo en su etapa de portavoz del Grupo Socialista en el Congreso manejando la geometría variable cada martes para sacar las propuestas de un Gobierno en minoría. Al presidente del Gobierno, por el contrario, la oposición le acusa de lo mucho que le cuesta llamar.

La forma de Rubalcaba de buscar los acuerdos era hablar, hablar y hablar

El PSOE y la Fundación Felipe González tenían previsto realizar un homenaje este domingo a su figura, pero la situación actual de confinamiento ha desbaratado los planes. Ferraz emitirá hoy un vídeo en su recuerdo, moverá GIF por las redes sociales con sus mejores frases y ha dedicado buena parte de “El Socialista” a su persona.

Pero aunque el homenaje quede deslucido por la situación de la crisis sanitaria, lo que es seguro es que la figura de Rubalcaba sigue estando muy presente en el PSOE, y son muchos, como Fernández Vara, que antes de decantarse por una posición sigue pensando: "¿Cómo hubiera actuado Rubalcaba?".

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