Este artículo se publicó hace 2 años.
Los 'bous al carrer', batalla cultural entre ecologistas y la ultraderecha valenciana
En junio, Paiporta (València) volverá a celebrar festejos taurinos después de casi cuatro años de prohibición. La extrema derecha tiene una de sus banderas en la reivindicación de esta tradición y obtiene una victoria con su retorno en la localidad.
Joan Canela
València-Actualizado a
Si no hay ningún cambio de última hora, en junio, Paiporta (València) volverá a celebrar festejos taurinos después de casi cuatro años de prohibición. La decisión ha sido tomada de forma unilateral por la alcaldesa, Maribel Albalat (PSOE), sin contar con sus socios de gobierno de Compromís, quienes han denunciado que esta supone una rotura del acuerdo de gobierno.
En el pacto se declaraba en Paiporta como "municipio libre de maltrato animal", si bien solo se explicitaba la no concesión de subvenciones, pero no la prohibición, argumento al que se cogen los socialistas para defender su decisión. En el pleno celebrado el jueves, PSOE, PP y Cs unieron sus votos contra una moción de urgencia de los valencianistas para someter a debate la concesión del permiso para realizar 'bous al carrer'.
Paiporta se convierte así en el primer gran municipio a abrir la puerta al retorno de los festejos taurinos
Paiporta se convierte así en el primer gran municipio a abrir la puerta al retorno de los festejos taurinos, después de la oleada de prohibiciones y municipios "libres de maltrato animal" que recorrieron el territorio valenciano entre 2015 y 2017, cuando muchos de estos consistorios pasaron a ser gobernados por coaliciones de izquierdas.
Entonces, la extrema derecha, se sumó al carro de las peñas taurinas, impulsando y en algunos casos liderando las protestas por estas prohibiciones. La mayor manifestación se produciría en 2015 en Castelló, cuando miles de personas de todo el País Valencià y Catalunya llenaron la plaza de toros de la capital de La Plana "en defensa del toro, la cultura y la tradición". La marcha recibió el apoyo de concejales y alcaldes del PP y algunos del PSOE, pero también una importante representación del grupúsculo España 2000, entonces principal formación de extrema derecha valenciana. Este partido, que lleva la defensa de los 'bous al carrer' como una de sus señas de identidad, fue uno de los más activos en la oposición a las prohibiciones o recorte de subvenciones municipales de los espectáculos taurinos.
Precisamente, fue en Paiporta donde esta batalla fue más virulenta. A pesar de que la primera decisión del gobierno de PSOE, Compromís y Podem de dejar de subvencionar las peñas taurinas y destinar este dinero a programas de inclusión escolar, pasó sin relativas protestas. Pero en 2018, tras de la trágica muerte de un joven embestido por un toro, la entonces alcaldesa, la valencianista Isabel Martín, anuncia que no firmará ningún nuevo permiso para celebrar 'bous al carrer'. La decisión provocó una agresiva campaña de amenazas e insultos, tanto en redes sociales como con pintadas callejeras.
Desde el Ayuntamiento de Paiporta alegan que se han limitado a "dar una autorización de ocupación de vía pública
Durante las fiestas locales de aquel año, Martín sufriría una fuerte pitada en uno de los actos centrales, promovida desde España 2000, que desplazaría hasta Paiporta sus máximos dirigentes. El clima de tensión crecería en septiembre, con una manifestación –auspiciada por el mismo grupo ultra- que pasaría ante el domicilio de la alcaldesa. En aquellos momentos, desde la Delegación del Gobierno se ofrecería escolta a Martín, al considerar que peligraba su integridad física.
"Sufrimos un acoso continuado orquestado por la extrema derecha –recuerda el concejal de Compromís, Pep Val- y por eso ahora nos desconcierta la medida del PSOE. No hace ni quince días presentaron una moción de rechazo al pacto entre el PP y Vox en Castilla y León y ahora toman una medida por la cual Vox la felicita".
Val hace referencia a un tuit del coordinador de Vox en Paiporta –que no tiene representación al consistorio- "agradeciendo" a Maribel Albalat el retorno de los festejos taurinos. Desde el perfil de la agrupación local del partido también se ha "felicitado a los paiportinos".
Desde el Ayuntamiento de Paiporta alegan que se han limitado a "dar una autorización de ocupación de vía pública, lo que no se puede hacer mirando el carné o la ideología del demandante. Tan solo es una acción administrativa".
El periodista y experto en extrema derecha, Miquel Ramos, alerta del uso que está haciendo la extrema derecha de las reivindicaciones taurinas: "en pueblos donde estas fiestas son populares y hay cierta transversalidad entre los aficionados, esta bandera les permite romper el esquema izquierda-derecha y posicionarse socialmente. Y no tienen ningún escrúpulo en hacerlo". Según Ramos, "la cobardía de cierta izquierda a la hora de legislar y cerrar definitivamente el tema, se convierte en una rendija que es aprovechada por la extrema derecha para apuntarse victorias". En este caso, Paiporta sería el primer municipio valenciano de importancia donde pueden apuntarse el tanto.
La prohibición de los festejos taurinos congelada
Con los cambios de gobierno –tan autonómico como en centenares de ayuntamientos- del 2015, aumentarían los consistorios que optarían para declararse "libres de maltrato animal", prohibiendo tanto los 'bous al carrer' como otros espectáculos con animales. Desde València, pasando por Gandia, Mislata, Silla (todos en València) o Xàbia (Alacanr). Otros optarían para convocar consultas ciudadanas como Paterna, Xirivella o Canals (todas en València) que indefectiblemente ganarían los contrarios a los festejos.
Pero este impulso inicial pronto se encalló, en buena medida por las dudas de la Generalitat a la hora de establecer una nueva normativa más clara de carácter autonómico. Otros consistorios, como Aldaia o Tavernes de la Valldigna nunca llegaron a prohibir totalmente los ‘bous al carrer’, a pesar de los resultados de las consultas convocadas. Así, 2017 se convertiría en un año récord en celebración de festejos taurinos, con 9.512. En buena medida por la multiplicación de eventos en los municipios que no los habían prohibido. Con la pandemia, los actos se suspendieron de forma generalizada, pero con el fin de las restricciones es previsible que vuelva a activarse este frente de la batalla cultural
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