Este artículo se publicó hace 2 años.
Aragonès reclama a Junts que tienda la mano en la nueva etapa del Govern en solitario
El president explica en sede parlamentaria los cambios en el Ejecutivo tras la salida de los exsocios y defiende trabajar "medida a medida" para conseguir los apoyos necesarios en la Cámara, donde sólo cuenta con el apoyo de 33 diputados de 135.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha defendido la nueva etapa que inicia el Govern en solitario de ERC y ha reclamado a Junts que no bloquee unas mayorías parlamentarias que "existen" y que deben permitir la aprobación de los presupuestos y el avance en otras medidas del Ejecutivo. En una intervención en el Parlament para explicar los cambios en el Govern, Aragonès ha criticado la salida de su exsocio del Ejecutivo, un movimiento que considera que sitúa al partido en una "oposición cómoda". "Los viajes relámpago del gobierno a la oposición son difíciles de entender pero no deberían dificultar el entendimiento", ha zanjado.
Aragonès considera que Junts se sitúa en una "oposición cómoda"
Aragonès ha hecho una intervención de poco más de 30 minutos en el hemiciclo en la que ha defendido la obra de gobierno llevada a cabo hasta ahora y ha reivindicado el cumplimiento de cerca de un 40% de las medidas propuestas hace un año y medio. En un discurso con críticas abiertas y también veladas a Junts, el president ha dicho que "las evaluaciones se hacen a finales de legislatura" -en referencia a la auditoría que acabó precipitando la ruptura- y que no comparte la decisión de los exsocios de abandonar el Govern de forma "precipitada y con el trabajo a medias".
La presidenta de la formación, Laura Borràs, lo miraba desde la grada de invitados -desde finales de julio está suspendida como presidenta de la Cámara y como diputada- mientras negaba con la cabeza. También el portavoz del grupo, Albert Batet. Aragonès les ha reclamado "preservar a las instituciones", en una referencia al discurso que han hecho algunos de los líderes de la formación, como la propia Borràs, afirmando que el Govern había perdido la legitimidad.
Los presupuestos, en el horizonte
El principal reto que afronta ahora el nuevo gobierno de Aragonès es la aprobación de unos presupuestos con tan sólo el apoyo asegurado de los 33 diputados que tiene ERC en el hemiciclo. El president lleva días presionando a Junts para que apoye unas cuentas que, sostiene, ha hecho un miembro de su partido, el ya exconseller Jaume Giró. Este miércoles ha vuelto a defender que el proyecto que presentarán no contiene cambios sustanciales y lo único que ha cambiado es la situación de Junts del Govern a la oposición. "Si atendemos al interés de la ciudadanía, esto no debería impedir acuerdos", ha dicho, y ha llamado a dejar de lado los "intereses de partido".
Las cuentas incluyen unos 3.000 millones de euros más que las de 2022
Las cuentas incluyen unos 3.000 millones de euros de gasto más que las de 2022, y el objetivo del Govern es aprobarlas con el apoyo de Junts, Comuns y CUP, aunque los grupos, por ahora, se han posicionado más bien en su contra a la espera de conocer la propuesta en detalle. El PSC ha tendido la mano a Aragonès, pero ERC no quiere aceptar el apoyo de los socialistas, aunque tampoco lo ha rechazado tajantemente. En última instancia, podría haber una prórroga presupuestaria.
En cuanto a las mayorías en el hemiciclo, Aragonès ha defendido que las hay respecto a las principales medidas del Govern, como el impulso de un escudo social por los más vulnerables, políticas feministas, el fin de la represión y el ejercicio del derecho a decidir. "Estas mayorías existen y nuestra obligación es ponernos de acuerdo", ha resuelto.
A priori ningún grupo externo ha ofrecido su apoyo a Aragonès, que defiende construir "medida a medida" las mayorías necesarias para seguir implementando el plan de gobierno. El president rechaza caer en el "falso debate" de tener que escoger entre "políticas sociales" y avanzar hacia una "Catalunya independiente". Por eso Aragonès también ha dedicado parte de la intervención a defender el acuerdo de claridad que propuso para fijar las reglas de un nuevo referéndum aceptado por todas las partes, así como los avances hacia la amnistía. "Soy consciente de que no será fácil, pero es un camino transitable", ha concluido.
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