Armengol acelera para que el Congreso funcione a pleno pulmón tras la investidura de Sánchez
La inactividad de la Cámara ha sido, con permiso de una eventual ley de amnistía, el principal blanco de las críticas del Partido Popular. Las próximas dos semanas serán intensas.
Si habrá investidura se mantiene, todavía, en la parte oculta de la Historia. Parece no superarse, por el momento, ese escollo que impide que PSOE y Junts per Catalunya lleguen a un acuerdo. De todas formas, los planes de Francina Armengol, presidenta del Congreso, son, tal y como ha podido saber Público, acelerar para que la Cámara pueda funcionar a pleno pulmón una vez se haya constituido el Gobierno de Pedro Sánchez, si eso termina ocurriendo. Las próximas dos semanas serán intensas.
El gran acelerón parlamentario de lo que llevamos de legislatura lo dio el Congreso el pasado viernes, día 3 de noviembre, cuando la Mesa acordó la composición de las Comisiones Permanentes Legislativas, es decir, cuando se decidió cuántos diputados las formarán (37) y qué porcentaje de ellos pertenecerá a cada partido. Quedó así: 14, del PP; 12, del PSOE; tres, de Vox; tres, de Sumar y uno del resto de fuerzas políticas que conforman el Congreso. El Grupo Mixto, que componen BNG, Coalición Canaria y UPN, compartirá, también, un diputado por Comisión.
Sin embargo, todavía está por ver cuáles son los diputados concretos que formarán cada Comisión. De hecho, las áreas que incorporan las Comisiones dependerán de los ministerios que compongan un eventual nuevo Gobierno. Todo esto es importante porque, tal y como señala a este medio un letrado de la Cámara, las Comisiones son órganos fundamentales para la función de control al Gobierno. Fuentes parlamentarias aseguran a Público que la intención de la mayoría progresista de la Mesa es que la cuestión se resuelva la semana del 20 de noviembre.
Hay algunas fechas clave. El próximo lunes, 13 de noviembre, se cerrarán los nombres de los miembros de la Comisión del Reglamento, la Comisión Permanente no legislativa que aún quedaba por decidir. Previsiblemente —según ha podido saber Público— la Mesa, en su reunión del martes día 14, pondrá un plazo para que los grupos parlamentarios decidan qué diputados formarán las Comisiones Permanentes Legislativas. La siguiente semana, la del 20 de noviembre, se perfila como la fecha límite. Después, estos órganos ya podrían empezar a funcionar.
Con ese calendario previsto, el Congreso se asegura dos cosas, siempre y cuando haya investidura entre esta semana y la que viene. Por una parte, acelera los trámites para que el despegue de la actividad de las Comisiones no se demore más de la cuenta tras la formación del eventual Gobierno. Por otra, el margen de dos semanas, si se cumplen los pronósticos de investidura, permitirá elegir diputados específicos para las nuevas áreas que puedan incorporar dichas Comisiones.
La principal crítica del Partido Popular
La inactividad del Congreso ha sido uno de los dos grandes focos de las críticas del Partido Popular en las últimas semanas. El otro, claro, es la eventual ley de amnistía. La de Armengol y la del Partido Popular son dos posturas encontradas. Los populares llegaron a espetar que la presidenta del Congreso tenía “secuestrada” la Cámara. El entorno de Armengol, por su parte, ha explicado más de una vez que solo en la tesitura excepcional del Gobierno en funciones de Rajoy de 2016 se activó la función de control a un Ejecutivo interino.
Las relaciones entre conservadores y progresistas en la Mesa del Congreso han ido engrasándose y desengrasándose dependiendo de la semana. La realidad es que no siempre se ha logrado el "consenso", que, según su entorno, persigue Armengol. Otras veces, sí. En la propia composición de las Comisiones, el PP pasó de una posición contraria a la abstención. En la reunión de este martes día 7, que ha durado menos de media hora, ha habido poco contenido político. De ella ha trascendido, eso sí, el gasto de la Cámara en la jura de la Constitución de Leonor: casi 60.000 euros.
Especial atención a Sumar y al Grupo Mixto
Ya cuando, en el seno de Sumar, se distribuyeron las portavocías adjuntas dentro del grupo parlamentario —que recayeron en Compromís, los Comuns y Chunta Aragonesista—, se sacó a colación el reparto de diputados que llevaría a cabo la coalición cuando llegara el momento de conformar las Comisiones. Por aquel entonces, todavía quedaba muy lejano; pero ahora ha llegado el momento. O está por llegar. Dentro de Sumar conviven diversas fuerzas políticas y Yolanda Díaz tendrá que hacer encaje de bolillos para contentar a todos. Más si cabe después de que Podemos e Izquierda Unida se quedaran sin ninguna portavocía adjunta y cargaran duramente contra la dirección del grupo.
Los movimientos del Grupo Mixto también tienen particular interés, fundamentalmente porque dispone solo de un representante para cada Comisión. El hecho de que el BNG, Coalición Canaria y UPN respiren tan distinto tiene una doble lectura. Puede jugar a favor si están interesados en Comisiones distintas; o, en contra, toda vez que sus posicionamientos a veces muy contrapuestos pueden generar tensiones a la hora de distribuirse la representación.
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