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El arte se rebela contra Franco

La primera exposición colectiva centrada en la figura del dictador desde la ironía y la denuncia puede verse en Madrid este fin de semana, días antes del juicio al artista Eugenio Merino, denunciado por exponer una pieza que mostra

PATRICIA CAMPELO

La cabeza de Franco en el cuerpo de un perro de porcelana, en un punching de boxeo y como diana de una flecha, unos periódicos de la Transición colgados en un baño para ser utilizados como papel higiénico y la acuarela que muestra una entrepierna masculina con un dibujo de la figura del dictador cuyo brazo en alto es el miembro de quien hace de lienzo. Así se presentan algunas de las obras que se exponen en una muestra, que arranca este viernes en Madrid, sobre el legado franquista.

La iniciativa surge como reacción a la denuncia de la fundación Francisco Franco contra el artista Eugenio Merino por su obra, expuesta en ARCO en 2012, Always Franco: una cámara frigorífica con el dictador en su interior. La demanda fue admitida y, el próximo jueves 11 de julio, Merino afrontará el juicio en el que se le acusa de presuntos daños al honor de Franco, hechos por los que la fundación que ensalza la vida y obra del dictador le reclama 18.000 euros. Esta entidad privada, que hasta 2004 obtuvo subvenciones del erario público, calificó la obra de Merino como una 'ofensa, que caricaturiza al anterior Jefe del estado y que constituye una provocación en toda regla'.

La plataforma de Artistas Antifascistas ha organizado la exposición, pionera en su género, con la intención de unirse 'contra la censura' y 'el creciente avance del fascismo'. Ante lo que consideran una ofensiva intimidatoria, la veintena de creadores que participa en la muestra articula una visión crítica sobre el legado franquista y su 'innegable continuidad en la sociedad española actual'. Bajo el título Jornadas contra Franco, los organizadores conciben la exposición como una acción colectiva en defensa de la libertad de expresión y en apoyo a Merino ante el juicio del próximo jueves.

'La denuncia contra Merino activó esta exposición colectiva, autogestionada y bajo este concepto tan claro como es la iconoclastia de la imagen de Franco', relatan a Público los organizadores. La iniciativa, además, rompe con un lugar común en el universo de las artes plásticas: la exigua utilización de la efigie de Franco y el escaso impacto público que han tenido las obras que sí han abordado su figura desde la perspectiva crítica o burlona. 'No se ha hecho otra exposición con estas características', aseguran, algo que a su juicio 'llama la atención'.'Es como si resultase incómodo revisitar su papel en nuestra historia reciente, como si su presencia en calles y plazas impidiese pensar su figura desde el ámbito de las prácticas simbólicas y como si fuese imposible cuestionar el relato, cada vez más asentado, que pretende presentarnos al general sanguinario como un hábil político que modernizó el país', denuncian.

El argumento que los artistas esgrimen para concretar el porqué del escaso tratamiento de la iconografía franquista reside en la 'desmemoria' impuesta por las élites económicas desde la Transición. 'Existen lobbies que, velando armas, tratan de salvaguardar el legado de un jefe de estado que reprimió con dureza el ejercicio de las libertades', sentencian. Aún así, se muestran convencidos de que la fundación Francisco Franco 'no puede elegir la forma en que se trata la figura del dictador; en la muestra abordamos la libertad de expresión', defienden.

El escarnio y la denuncia perfilan una exposición en la que los artistas han exteriorizado su visión de la herencia franquista a modo de caricatura en unos casos y de denuncia social en otros. En común tienen el hilo vertebrador: el rechazo hacia este legado. Así, se podrá visionar un montaje en el que la figura de Franco del Museo de Cera se derrite digitalmente. Su autor, Alonso Gil, incluye esta imagen en la serie Los derretidos, junto a los retratos del rey y del papa, entre otros. Por su parte, Daniela Ortiz y Xoxé Quiroga rinden homenaje a las víctimas mediante la contraposición de imágenes: la fotografía del funeral de Franco al lado de un listado de personas asesinadas por motivos políticos a manos de fuerzas del régimen y de organizaciones de extrema derecha.

Junto a ese taco, otro con los nombres y apellidos de los responsables de esos asesinatos. El mismo artista que inspiró esta muestra, Eugenio Merino, también expone una nueva obra, Punching Franco, en la que utiliza la cabeza del dictador como instrumento de boxeo. Juan Pérez Agirregoikoa exhibe su acuarela titulada Arriba España, donde dibuja a Franco en una entrepierna masculina en la que el miembro hace las veces de brazo levantado. Otra de las artistas, Lúa Cordech, rescata la fotografía de Carmen Polo votando en el referéndum de 1976. En la imagen se aprecia el detalle de la cartera de la viuda de Franco donde portaba un retrato de su marido. La artista Nuria Güel rinde homenaje a la guerrilla antifranquista rescatando las identidades de seis maquis catalanes fusilados y creando una asociación registrada con sus nombres. Los organizadores no temen nuevas denuncias y tampoco tuvieron problemas en la selección de los artistas participantes. 'Al contrario, no pudimos dar cabida a todos los que querían participar', concluyen. En la exposición se mostrará el documento notarial de creación de la entidad en cuyo consejo rector figuran los seis guerilleros.

La exposición estará abierta al público desde el viernes 5 de julio a las 19.00 y hasta el domingo 7 a las 21.00 en la calle Encarnación González número 8 (Vallecas).

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