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Artur Mas defiende la viabilidad económica de un Estado catalán

Un informe apunta que una Catalunya tendría un peso en la UE similar a Dinamarca o Finlandia 

El presidente catalán, Artur Mas, y el número 7 por Barcelona, Oriol Amat, durante la rueda de prensa para explicar la viabilidad económica de una Catalunya independiente. EFE/Andreu Dalmau

EUROPA PRESS

BARCELONA.- El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha reiterado este lunes la viabilidad de un Estado catalán, y ha defendido que España también es viable económicamente sin Catalunya siempre que ambas partes negocien después del 27S con voluntad de entendimiento y sin ganas de "lesionarse".

"Hablo de negociación win-win. Si en Cataluña hay una mayoría para constituir un Estado, la mentalidad de la negociación en Cataluña y Madrid debe ser no lesionarnos. Si lo hacemos, ganaríamos todos", ha dicho al presentar el estudio de Junts pel Sí La viabilidad económica del nuevo Estado, junto a Germà Bel y Oriol Amat. Según Mas, si se produce esta negociación de común acuerdo, Catalunya deberá adoptar una actitud de buena vecindad y asumir las cargas y la deuda que corresponda, porque no pretende dar la espalda a España.

Así, ha recalcado que España no debe sufrir si pierde a los catalanes porque tiene energía, talento y población para salir adelante, además de advertir de que la UE se juega mucho en ello y "no dejará que un proceso así se haga mal".

También ha considerado que el debate de si una Catalunya independiente formaría parte o no de la UE es una "arma dialéctica" que se utiliza para que los que dudan qué votar el 27-S se decanten por el no y no haya una mayoría soberanista, como el mensaje que lanzó el primer ministro británico, David Cameron, de que tendría que ponerse en la cola para entrar.

A su juicio, la pregunta a hacerse es cómo se saca de la UE contra su voluntad a un territorio que forma parte de la UE desde 1986 (cuando accedió España), además de exponer que los tratados europeos no recogen esta posibilidad, lo que ha ratificado Bel. "No estaremos ni una milésima de segundo fuera de la UE", ha sentenciado Amat desde el punto de vista operativo, garantizando así la circulación de personas y mercaderías y asegurando que, en el peor de los casos, todo se puede solventar con tratados bilaterales que nadie puede vetar.

En el ámbito económico, Mas ha acusado al Estado de incumplir hasta el Estatut de 1979, que rezaba que la financiación de los servicios públicos que presta Cataluña debe responder a una media entre la población y la creación de riqueza, pero también los acuerdos de financiación posteriores, lo que ha llevado a tener que implementar recortes que una Cataluña independiente se podría haber "ahorrado". "Esto ha perjudicado a todos los catalanes, también a los que votarán las opciones del 'no'. Algunos se llenan la boca de las incertidumbres de la independencia, pero lo que tenemos son las certezas de las macrodependencias económicas del Estado", ha lamentado.

Bel ha repasado en su intervención que una Catalunya independiente sería la económica número 12 de la UE, con un peso similar a Dinamarca o Finlandia en PIB por habitante; tendría una calificación de A+ de su deuda (la de España es BBB); podría acelerar el intercambio de exportaciones hacia el mercado español y otros Estados, y ha apostado por mantener el euro como moneda, entre otras cuestiones.

Balanza fisal

Para Amat, un Estado catalán será "más próspero, rico y justo", por lo que ha renegado de los mensajes catastrofistas que llegan desde diversos ámbitos, y ha avisado de que el déficit fiscal de 16.000 millones de euros que arrastran los catalanes hace perder competitividad y afecta a su vida.

Por eso, ha sostenido que la independencia llevaría a tener un superávit de 16.000 millones, lo que permitiría eliminar la deuda de la Generalitat, bajar algún impuesto y aumentar las partidas sociales Para Amat, la ganancia fiscal definitiva de un Estado catalán sería de 11.594 millones de euros, resultado de descontar el coste de las estructuras de Estado que, en su opinión, permitirían crear entre 50.000 y 70.000 puestos de trabajo.

En relación a las pensiones, ha contemplado la posibilidad de subirlas teniendo en cuenta que, comparando las cifras de 1995 a 2011 de la Seguridad Social, resulta que Catalunya tiene un saldo acumulado positivo y el resto de España no: "Esto explica que España ya haya empezado a recortarlas".

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