Beatriz Escudero, la diputada popular que está mañana ha protagonizado un tenso rifirrafe con Gabriel Rufián, el portavoz adjunto de ERC, en la comisión de investigación de la presunta financiación ilegal del PP en el Congreso, ha convocado a los medios  y se ha presentado rodeada de buena parte de las mujeres de su grupo parlamentario y de algunos diputados para declarar que se ha sentido "humillada" por Rufián porque le llamó "palmera" y le guiñó un ojo.  “Con ese gesto, Rufián me ha humillado a mí y a todas las mujeres”, ha llegado a afirmar y ha informado de ha pedido amparo  a la Mesa de la Cámara  por el comportamiento “machista” del diputado republicano.

“Quiero denunciar unos hechos con los que se han traspasado muchas líneas rojas. Rufián me ha llamado palmera: Ninguna mujer es ni palmera ni florero. A una mujer no se le contesta con un guiño mientras está trabajando. Así es como muchos señores tratan a las mujeres en el trabajo”, se ha lamentado la vicepresidenta de la comisión en la que se han producido los hechos. 

Escudero ha denunciado además haberse sentido "desamparada"  por el presidente de la comisión, Pedro Quevedo, y por las diputadas de PSOE, Cs y Podemos porque no le han apoyado y  ha afirmado que la representante de la formación morada incluso ha llegado a decir “no me metas en estos líos”. “¿Somos las mujeres del PP de peor categoría?”, se ha preguntado ante los periodistas.

Beatriz Escudero ha contado también que, sin embargo, una empleada de la limpieza del Congreso y dos mujeres policías la han respaldado, cuando ha abandonada la sala, visiblemente enfadada.  La han parado para darle “las gracias por defender a las mujeres”, según ha explicado.

Gabriel Rufián esta mañana retiró  la palabra “palmera” al término de la comparecencia, pero Escudero ha protestado porque “no se ha disculpado”. Ella reconoce que por su parte no le ha pedido perdón por llamarlo “imbécil”, pero se ha mostrado dispuesta a “disculparse por ese insulto si hace falta”.
Beatriz Escudero ha reiterado que cree que Gabriel Rufián merece mayor reproche y ha pedido a sus jefes que le “llamen al orden porque no se puede ir por el mundo de perdonavidas”.

La reacción de Gabriel Rufián

Apenas una hora y media después de la declaración ante los medios de Escudero, Rufián también ha hecho declaraciones. El portavoz de ERC ha negado el guiño: "Yo no he guiñado a nadie, si lo hubiera hecho, lo diría", ha afirmado contundente.  "He cerrado los ojos porque no me podía creer que una representante política en el año 2018 defendiera una bandera fascista", en alusión a la bandera "del pollo" (la franquista) a la que él hizo mención  y que ella salió a defender. A la pregunta de si cree que ella se ha inventado el guiño, no ha contestado. Sobre porqué no lo había aclarado antes, tampoco ha querido dar explicaciones. Solo ha reiterado varias veces que "mientras estamos hablando de esto no estamos hablando de lo que ha dicho Cascos", que era quién comparecía en la comisión cuando se ha producido el incidente. "Igual para según quién es peor guiñar que robar", ha añadido. Acerca de haberla llamado "palmera" y de que ella se ha sentido "humillada" ha dicho que se lo ha llamado a mucha gente, hombres y mujeres, y que nunca ha habido este lío y  que ella a cambio "me ha llamado imbécil".  "¿Palmera es más que imbécil?", se ha preguntado. Para terminar ha negado que haya retirado lo de "palmera". Según su versión ha vuelto a contar todo el episodio para que quedara constancia completa, incluido "lo de imbécil" en el diario de sesiones.