La de Asuntos Exteriores será la primera viceconsejería del Govern merced a su nueva ley de organización interna. El vicepresidente Josep-Lluís Carod-Rovira (ERC) nombrará en breve a la ahora secretaria sectorial, Roser Clavell, para el cargo.

Pese a que las competencias que el Estatut confiere son pocas Carod las explota hasta donde el PSC, la diplomacia española y la lógica de los estados le dejan y pretende darles máximo rango amparándose en la apuesta del tripartito de que Catalunya actúe 'con voz propia'. La semana pasada visitó Jordania e Israel, donde se reunió con el presidente Simón Peres.

En 2009 Clavell, que hasta 2007 era cónsul británica en Barcelona, gestionará 67 millones de euros que se destinarán tanto a diplomacia como a cooperación al desarrollo. La Generalitat, representada en doce organismos multilaterales de la ONU, tiene ya 50 oficinas sectoriales en el extranjero.

Desde el año pasado abre delegaciones que actúan con lógica de 'embajada'. Ya funcionan las de Londres, Berlín y París. Al frente de esta última está un hermano del vicepresidente, el jurista Apel·les Carod. En diciembre abrirá Nueva York y el próximo año Buenos Aires y México.

La oposición criticó el ascenso de Clavell. Felip Puig, de CiU, que a priori avala la proyección exterior catalana, aseguró que el nombramiento 'es un mal ejemplo en tiempo de crisis' y que con Carod el país 'está muy mal representado'. El PP, cuyos gobiernos autonómicos tienen viceconsejerías, denunció por boca de su presidenta en Catalunya Alicia Sánchez Camacho que todo responde 'a la megalomanía del tripartito' que alimenta 'el país virtual en un momento de crisis'.