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Caso ERE / Análisis Una lectura política de una rueda de prensa: Marín se reivindica como vicepresidente de la Junta de Andalucía

El líder de Ciudadanos en la comunidad, desdibujado hasta ahora, trata de ondear la bandera de la regeneración tras la sentencia de los ERE  

Juan Marín, presidente de Ciudadanos en Andalucía. Por Laura León..

raúl bocanegra

El modo de presentarse en sociedad, por así decirlo, revela cosas del reparto de poder en el interior, en este caso, del Palacio de San Telmo, donde conviven en el mismo Gobierno dos partidos, Ciudadanos y PP.

Además de la información sobre las consecuencias que para la Junta de Andalucía tiene la sentencia del caso ERE que aportaron Juan Marín (Ciudadanos) y Elías Bendodo (PP) en la rueda de prensa posterior al consejo de Gobierno de este martes, de ella emerge también un relato en clave política, que se podría titular así: El vicepresidente soy yo.

Tras la debacle de Ciudadanos en las pasadas elecciones generales y la posterior dimisión de Albert Rivera, Marín, de hecho el vicepresidente de la Junta, ha cambiado de tercio y, de un perfil bajo, ha pasado a un plano político diferente, más activo, y a reivindicar la gestión y el trabajo que su partido hace en el Gobierno andaluz.

En la rueda de prensa de este martes, Marín se reivindicó como lo que es: vicepresidente de la Junta. Tomó las riendas desde el inicio. Fue él quien asumió el peso de las preguntas y el que hizo los anuncios pertinentes aunque también quedaran claras dos cosas.

Una: el control de la información sobre los ERE lo va a tener –o al menos compartir– Bendodo, a quien el Consejo de Gobierno ha encargado coordinar la gestión del asunto. Dos: Bendodo es un excelente comunicador: Colocó los mensajes que había ido a colocar. Potentes, duros, dirigidos al corazón del rival, el PSOE de Andalucía y Susana Díaz.

Marín arrancó la legislatura compareciendo junto al presidente Juanma Moreno. Lo hicieron en varias ocasiones. Pero con el tiempo, Moreno fue ocupando el espacio que le pertenece de manera natural como cabeza del Gobierno, y Marín desapareció de las convocatorias del presidente.

Desdibujado

El PP, un partido con mucha más experiencia institucional que Ciudadanos, conjuró poco a poco el peligro de bicefalia que existía al inicio, habida cuenta de lo ajustado del resultado en las autonómicas –26 escaños del PP por 21 de Ciudadanos– y se fue comiendo el terreno de Ciudadanos.

La jugada de Moreno, que empezó a volar solo, unida al protagonismo de Bendodo en las ruedas de prensa de los martes, y al papel decisivo que ha jugado Vox a la hora de consolidar a Moreno en la presidencia, han sido factores que han desdibujado el papel de Ciudadanos y del propio Marín en el Ejecutivo, el primero no socialista en Andalucía.

Incluso, el propio Marín cometió hace un mes, a finales de octubre, un desliz, un lapsus, que se quiso ver como revelador de la posición preeminente de Bendodo en el organigrama del Gobierno. Marín llamó a este “vicepresidente”, a lo que Bendodo le replicó con rapidez que no, que el vicepresidente era él.

Con el acto de este martes, Marín sacó los galones, se reivindicó como vicepresidente, y trató de que la bandera de Ciudadanos ondease en un asunto estratégico para el partido liberal: la regeneración en Andalucía.

Por esa bandera Marín va a pelear frente al PP y el PSOE.

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