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El caso de las mascarillas, el espionaje a Ayuso o la dependencia de Vox: la tumultuosa alcaldía de Almeida

El mandato del 'popular' ha estado trufado de controversias. Las comisiones de dos empresarios y el supuesto espionaje a la presidenta madrileña son los más graves pero no los únicos. Almeida ha tumbado Madrid Central, ha recuperado nombres franquistas en el callejero y ha cedido al chantaje de la ultraderecha en igualdad y derechos sociales. 

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante la rueda de prensa celebrada este jueves 7 de abril de 2022 en la Junta Municipal de Vallecas en Madrid.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante la rueda de prensa celebrada este jueves 7 de abril de 2022 en la Junta Municipal de Vallecas en Madrid. Víctor Lerena / EFE

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, vive el momento más delicado de todo su mandato. El escándalo con mayúsculas que ha supuesto el destape de las comisiones millonarias de dos empresarios en la adquisición por parte del Ayuntamiento de Madrid de mascarillas en el peor momento de la pandemia ha golpeado los cimientos del Gobierno municipal del PP. 

Un nuevo terremoto que podría suponer el final de Almeida al frente de la alcaldía. Los tambores de una moción de censura vuelven a resonar en Cibeles. La presión política es para Begoña Villacís, a la que le piden que rompa su coalición con Almeida para apoyarse en otras formaciones y hacerse con el bastón de mando de la capital. Y es que el mandato de José Luis Martínez-Almeida se ha caracterizado por encadenar polémica tras polémica. 

La última es de las que causan especial indignación. La Fiscalía Anticorrupción ha destapado, a través de una querella, que dos empresarios, Luis Abascal (hijo del duque de Feria) y Alberto Luceñocobraron más de seis millones de euros en comisiones por tres contratos con el Ayuntamiento de Madrid en plena pandemia para la adquisición de mascarillas, guantes y test para la covid-19. Les acusa concretamente de estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales.

Con todo ese dinero los empresarios adquirieron todo tipo de bienes de lujo, entre los que se encuentran un yate, estancias en hoteles, coches de alta gama, relojes y una vivienda en Pozuelo de Alarcón. Fue Luis Medina el que contactó, según consta en la querella, con el Ayuntamiento aprovechando su condición de personaje conocido en la vida pública y su amistad con un primo del alcalde de Madrid. Inmediatamente se le facilitó el nombre de la Coordinadora General de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid, como persona a la que se debía dirigir para concretar los términos de las operaciones. La querella de Anticorrupción ha sido admitida a trámite este jueves por Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que seguramente citará  declarar a Medina y Luceño después de Seman Santa.

Almeida: "Solo contratamos con esa empresa, en ningún caso con Medina o Luceño. En ningún caso el Ayuntamiento hizo un pago a esas personas"

Almeida ha intentado defender el papel del Ayuntamiento en el caso de esos contratos pero sus explicaciones no han resultado nada convicentes. Almeida, ha destacado que durante aquellas fechas, en lo peor de la pandemia, "era conseguir material en una jungla". "Solo contratamos con esa empresa, en ningún caso con Medina o Luceño. En ningún caso el Ayuntamiento hizo un pago a esas personas", ha añadido. "Les pido que se pongan en aquella situación, que piensen en los servicios técnicos del Ayuntamiento que se dejaron la piel para conseguir material", ha apuntado.

El supuesto espionaje a Ayuso

El escándalo se produce apenas mes y medio después de que otro contrato relacionado con mascarillas también colocara al Ayuntamiento de Madrid en el epicentro de la polémica. Se trata del famoso caso del supuesto espionaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para averiguar detalles del contrato que el Gobierno regional concedió a una empresa vinculada a su hermano y por el que éste recibió importantes contraprestaciones, cifradas en un argumentario interno del PP en 283.000 euros.

Almeida siempre ha negado cualquier implicación del Consistorio en el caso de los espías

Las informaciones surgidas aquella noche del 16 de febrero apuntaban a la contratación de detectives por parte del Ayuntamiento de Madrid, a través de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo, para espionar a Ayuso por orden de Génova para intentar esclarecer el asunto de los contratos de su hermano. Almeida siempre ha negado cualquier implicación del Consistorio pero se vio obligado a renunciar a su cargo como portavoz nacional del PP y el director de Coordinación de la Alcaldía, Ángel Carromero, dimitió. En estos días, se están llevando a cabo las sesiones de la comisión de investigación en el Consistorio para intentar arrojar algo de luz sobre este turbio asunto.

Sin duda, estos dos asuntos de las comisiones de los dos empresarios y del supuesto espionaje a Ayuso son los más graves de la era Almeida. Pero su trayectoria cuenta con otros muchos episodios nada ejemplificantes

Pese a gobernar en coalición con Ciudadanos, Almeida necesitó también de los votos de Vox para lograr arrebatar la Alcaldía a Manuela Carmena. Una dependencia de la ultraderecha que ha marcado una legislatura basada en el retroceso de los derechos sociales en la capital y en la negación constante de la lucha feminista, la violencia de género o la discriminación que sufren los colectivos de migrantes o el de LGTBI. 

Una dependencia de la ultraderecha que ha marcado una legislatura basada en el retroceso de los derechos sociales en la capital

Las cesiones del PP a los postulados de Vox, encarnados en Javier Ortega Smith en el Ayuntamiento, han sido constantes. El partido de ultraderecha ha boicoteado constantemente declaraciones institucionales contra la violencia machista. Hasta tal punto que en una ocasión fue tan obscensa su postura que Almeida protagonizó una discusión con Ortega Smith. Un espejismo ante todos los ejemplos en los que el Gobierno de coalición se ha plegado a los ultras. Es lo que ha sido con los casos de los murales feministas. En Ciudad Lineal se borró uno en el polideportivo municipal de La Concepción. Otro en Vallecas también sufrió el acoso pero finalmente resistió.

La igualdad también se ha visto reducida en las instituciones, ya que durante este mandato se ha eliminado la Dirección General de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid. El colectivo LGTBI también ha salido mal parado por las cesiones de Almeida a Vox. Sin ir más lejos, en el Orgullo de 2021, el Ayuntamiento escondió la bandera arcoiris, símbolo de la lucha del colectivo.

La memoria histórica también ha sufrido duros reveses con Almeida. Los nombres de varias calles de la ciudad que fueron cambiados por el anterior gobierno de Carmena para cumplir con la ley han sido recuperados. Así, cambió la calle Barco Sinaia para recuperar el nombre de Crucero Baleares. Y la de la maestra Justa Freire se retiró para sustituirse por la del general Millán Astray, reconocido franquista. 

Almeida también decidió la destrucción del Memorial del cementerio de la Almudena y posteriormente de las placas en memoria de los históricos socialistas Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero.

Sin embargo, su animadversión por hacer cumplir la ley en materia de memoria ha contrastado por un exacerbado sentimiento patriótico, que le ha llevado a colocar banderas de España por todos los rincones de la capital. Un dispendio de telas rojigualdas cifrado en más de medio millón de euros en dos años y medio.

Todas estas concesiones a Vox tampoco le han servido para granjearse su apoyo incondicional. Es más, en los Presupuestos municipales de 2022, los ultraderechistas votaron en contra y obligaron a Almeida a recabar el 'sí' de los concejales excarmenistas para poder sacar adelante las cuentas. 

Madrid Central y Filomena

Otra rémora de Almeida ha sido su empeño por querer dinamitar cualquier gran decisión del anterior equipo de gobierno. Por eso, una de sus primeras decisiones fue tumbar el proyecto de Madrid Central, que había creado en la ciudad una zona de bajas emisiones contaminantes restringiendo la circulación de vehículos. Su periplo judicial para tumbar la iniciativa de Carmena culminó con éxito en el Tribunal Supremo. Y su gran propuesta fue implantar un modelo prácticamente igual, que ha entrado en vigor hace escasos días. 

Una de sus primeras decisiones fue tumbar el proyecto de Madrid Central

El alcalde también ha tenido que luchar contra los elementos climatológicos pero su capacidad de gestión dejó mucho que desear cuando enero de 2021 Madrid fue sorprendida por la gran nevada de la borrasca Filomena. Toda la ciudad se cubrió de un metro de nieve. Pero las primeras estampas de gente lanzándose bolas, ciudadanos esquiando calles céntricas y niños tirándose con trineos, dieron paso al caos.

La ciudad pasó varios días sin que los equipos retiraran toda la nieve acumulada, el hielo complicó mucho la recuperación de la vida cotidiana y todavía en la actualidad se pueden observar ramas caídas de árboles. Este jueves hemos sabido que una de las empresas contratadas para limpiar la ciudad de la nieve y que se dedicaba a bebidas de lujo, utilizó una máquina desguazada en 1992.

Desprecio a Almudena Grandes

Almeida ha dejado claro que tampoco le importa mucho el fomento de la cultura. Cuando a finales del año pasado falleció Almudena Grandes, demostró su desprecio hacia la figura de la escritora al rechazar nombrarla hija predilecta de la ciudad. Sin embargo, tuvo que tragarse el sapo para poder cerrar el acuerdo de Presupuestos con el grupo mixto. 

Los madrileños no encontrarán nuevas bibliotecas donde disfrutar de las novelas de Grandes, ya que el Ayuntamiento ha reducido en un 80% el espacio que estaba destinado en los proyectos que dejó el anterior gobierno a bibliotecas y los va a sustituir por centros culturales para privatizar parte de sus servicios.

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