Este artículo se publicó hace 2 años.
Vox agua la fiesta a Mañueco al impedirle tomar posesión antes de la proclamación de Feijóo como líder del PP
Comienza el mes de abril y Castilla y León continúa sin Gobierno. La falta de acuerdo entre los nuevos "socios" al mando de la comunidad convierte en un verdadero "sainete" la investidura del popular salmantino.
Isabel de la Calle Fernández
Salamanca-
La nueva legislatura en Castilla y León aún no ha comenzado y todo apunta ya a que las Cortes serán un auténtico "polvorín" los próximos cuatro años. Las elecciones a la presidencia regional tuvieron lugar el ya lejano 13 de febrero y, metidos como estamos ya en abril, el presidente aún no ha sido investido. Con un acuerdo "sobre la bocina" entre PP y Vox el pasado 10 de marzo, parecía que el entendimiento entre populares y ultraderechistas era evidente.
Pero no. Los de Abascal se han empeñado en tensar la cuerda y nada parece suficiente como pago al "sí" de sus 13 procuradores: presidencia de las Cortes, vicepresidencia, tres consejerías... Lo cierto es que la sesión de investidura continúa sin convocarse ante un nuevo órdago de Vox, que quiere dotar de "contenido" el cargo de García-Gallardo con, por ejemplo, la Dirección General de Medios (que tan buen resultado daba a Mañueco).
Carlos Pollán, presidente de las Cortes, ya reconoció esta semana ante los medios que, desde la constitución de éstas el pasado 10 de marzo, una vez propuesto un candidato con los portavoces, ya no existe un plazo máximo para la convocatoria de la sesión de investidura.
Hay que recordar que, hasta el momento, eran 35 días de media lo que se solía alargar la investidura de un presidente en Castilla y León desde los comicios, superados ya de largo por el tándem Mañueco-Gallardo.
De momento, lo único claro que ha trascendido son los nombres de los tres consejeros de Vox: Gerardo Dueñas a la cabeza de Agricultura, Mariano Veganzones en Industria y Empleo y Gonzalo Santoja en Cultura.
Este evidente retraso ha sido un verdadero dolor de cabeza para Mañueco, que se ve en manos de Vox cuando convocó las elecciones precisamente para no tener que seguir dando explicaciones a su anterior "socio" de Gobierno, el Ciudadanos de Igea. Ahora, el salmantino ya sabe que acudirá a Sevilla al Congreso Extraordinario del PP sin lograr quitarse de encima la coletilla de presidente "en funciones" puesto antes de su investidura, Pollán debe convocar primero a la Mesa y Junta de Portavoces de la cámara autonómica, encargadas de determinar la fecha de la sesión. Luego, tras este primer paso, tienen que trascurrir al menos 48 horas hasta el día del pleno.
Todo apunta, por tanto, a que Abascal ha conseguido ya una de sus metas, que no es otra más que aparecer junto a Feijóo en la toma de posesión del presidente de Castilla y León. Esta foto representa mucho para la ultraderecha en España, ya que se forma así el primer gobierno de coalición con Vox en una comunidad autónoma, hecho que poco ayuda, por otra parte, para afianzar el mensaje del regreso al centro del ‘nuevo’ PP. Hasta esta mano se la ha llevado Abascal a su regazo en la partida que sigue jugando con el PP en la comunidad castellano y leonesa.
Este peligroso juego de tensa negociación entre Vox y PP es vox populi incluso entre la oposición. El propio Luis Tudanca, líder de los socialistas en Castilla y León, confirmaba a Público que "la ultraderecha ya tiene a Mañueco al son de su música, pero el mensaje real es para Génova y para tratar de condicionar a Feijóo en un momento de debilidad del PP".
Y mientras en Sevilla se tratará de dar una imagen de igualdad en torno a la figura del nuevo líder gallego, las calles de Valladolid se llenarán de mujeres en la primera gran manifestación de la legislatura. La ideología de Vox contraria al reconocimiento de la violencia de género, ha provocado la primera protesta al nuevo Gobierno de la comunidad.
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