Este artículo se publicó hace 3 años.
La bicefalia Aragonés-Junqueras en ERC y nuevas tensiones internas en Junts, los efectos colaterales de los indultos
La excarcelación de los dirigentes independentistas comportará cambios en las estructuras organizativas de ERC y Junts. Junqueras se centrará en la dirección de Esquerra con Aragonès como president de la Generalitat. Jordi Sànchez cogerá las riendas de Junts en plena tormenta por sus declaraciones sobre el referéndum del 1-O.
Barcelona-
Los cada vez más inminentes indultos a los presos del Procés han generado un cierto debate en el independentismo. Aunque muy limitado. Algunos sectores como la ANC consideran que puede debilitar la posición del movimiento independentista, especialmente en el ámbito internacional porque la salida de los presos y las presas puede maquillar "la cara represora del Estado español", en palabras de los dirigentes de la Assemblea. Pero en términos generales hay coincidencia que tres años y medio después de ingresar en prisión, la opción de los indultos es un beneficio importante para los nueve encarcelados y para sus familias.
Aunque la demanda unánime en el independentismo catalán sigue pasando por la amnistía que resuelva también la situación de los dirigentes que optaron por marcharse fuera del Estado español y de los miles de encausados en procesos judiciales. El último, el exconseller de Interior, Miquel Buch, que hoy mismo ha visto como la fiscalía le pide seis años de cárcel por designar un agente de los Mossos d’Esquadra a la seguridad del expresident Carles Puigdemont en Bélgica.
Pero lo que sí comportará la excarcelación de los dirigentes independentistas es una reestructuración de diversas organizaciones. Especialmente en los dos principales partidos del independentismo, ERC y Junts per-Catalunya. Porque la salida del presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, y del secretario general de Junts, Jordi Sànchez, hará que los dos presos puedan hacerse con las riendas de su partido a tiempo completo y sin las obvias dificultades que comporta la cárcel. También Jordi Cuixart podrá hacerse cargo directamente de Òmnium, entidad que preside y que es en la actualidad una de las de mayor dimensión de Catalunya.
En este último caso el retorno de Cuixart no debería comportar ningún problema, ya que la entidad ha mantenido intacta la estructura y su funcionamiento. Por lo que se refiere a Junqueras y Sànchez la reincorporación al día a día de sus respectivos partidos comportará reajustes organizativos en el caso de Esquerra y posibles tensiones internas en el de Junts.
Queda por ver si el indulto mantiene o no la inhabilitación de la sentencia, pero en caso de mantenerse, ello afectaría a cualquier cargo público que quisieran ocupar los dos dirigentes, pero no a los cargos y actividad del partido, ya que la actividad política es un derecho fundamental que no se puede anular.
ERC opta por el modelo PNV
En el caso de Esquerra, los republicanos se preparan para una bicefalia entre Oriol Junqueras y Pere Aragonès. Y han comenzado a adaptar sus estructuras a las dos nuevas realidades que supone tener la presidencia de la Generalitat en la persona de Aragonès y el hecho de la inminente salida de la cárcel de Junqueras. La idea sería funcionar con un esquema parecido al que utiliza el PNV separando la figura del lehendakari i la presidencia del partido que ostentan Urkullu y Ortuzar respectivamente. Sistema que vivió su máxima expresión en la época de Arzalluz. A diferencia del partido vasco, Esquerra no tiene perfilado en sus estatutos este sistema de funcionamiento, por lo que tendrá que ir adaptando el partido con diversos cambios en la ejecutiva que muy probablemente se concretarán este próximo sábado.
Aunque habrá que esperar a ver el funcionamiento de esta bicefalia, fuentes del partido indican que hay total acuerdo para ejercer este doble liderazgo, en que Junqueras dirigirá y se concentrará en el partido y Aragonès se dedicará de lleno al Govern, aunque mantendrá su cargo en el partido como coordinador nacional.
La idea es que no haya duplicidades y que quien ostente un cargo en el Ejecutivo catalán no lo haga en la dirección de Esquerra. Uno de los casos más sustantivos es la salida de la ejecutiva del Vicesecretari general de Comunicació i Estratègia, Sergi Sabrià, que será sustituido por el hasta hace pocos días concejal en el ayuntamiento de Badalona, Oriol Lladó. Sabrià se ha hecho cargo de la dirección de la oficina del president de la Generalitat. También dejaran la ejecutiva otros pesos pesados de la dirección de Esquerra como el Vicesecretari general de Vertebració Territorial, Isaac Peraire, que se incorporará a un cargo de Govern o la nueva consellera de Cultura Natàlia Garriga.
Apuntalar Govern y partido
A la espera de saber nuevas incorporaciones a la dirección de los republicanos, tres mujeres se perfilan con poder al lado de Junqueras. La Secretària general adjunta, Marta Vilalta, la Secretària d'Organització, Sus Martí y la Vicesecretària general de Dones, Raquel Sans. Habrá que ver cómo se engrasan los mecanismos de relación entre el partido y el Govern, entre Junqueras y Aragonès.
Pero las fuentes internas de Esquerra consultadas indican que la salida de Junqueras de la cárcel es una oportunidad. Los republicanos dan una gran importancia a la acción del Govern, y especialmente a la figura de Aragonès, para que la primera presidencia de la Generalitat de ERC después del franquismo no sea flor de un día. Hay que recordar que ERC superó a Junts por un solo diputado. Por eso el desembarco de cargos políticos y técnicos del partido en el Palau de la Generalitat ha sido substancial.
Pero estas "migraciones" generan temor por el hecho que el partido se pueda resentir por la falta de cuadros políticos. Aún más con la secretaria general, Marta Rovira, en Ginebra y el presidente del partido en la cárcel. La salida de Junqueras daría pues un extraordinario vigor a la actividad del partido. También está llamado a tener un papel destacado junto a Junqueras otro de los presos, Raül Romeva, aunque más desde el punto de vista estratégico que organizativo. Las que no prevén una reincorporación a la primera línea de la vida política son las presas de Esquerra, la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell i la exconsellera Dolors Bassa.
Junqueras y Aragonès compatibilizarían intensas agendas por todo el territorio catalán, el primero construyendo y fortaleciendo el partido en contacto permanente con las bases, y el segundo con la acción de Govern. Fuentes próximas a Aragonès reconocen que el president ahora mismo difícilmente podría compatibilizar las dos funciones. Faltaría por concretar un tema no menor, que sería la participación de Junqueras en la estrategia para afrontar el conflicto político, entre otras cosas en la interlocución con los poderes del Estado como por ejemplo el Gobierno español y la futura mesa de diálogo o negociación.
La bicefalia Sànchez-Puigdemont
El caso de Jordi Sànchez y de Junts es diferente. Su reincorporación a la vida política cuotidiana como secretario general del partido, si se produce la excarcelación con los indultos, no necesita complementarse con la figura de un liderazgo gubernamental. La vicepresidencia del Govern reside en Jordi Puigneró, que no tiene un papel relevante en la estructura directiva del partido de Carles Puigdemont, aunque sí la confianza de este último. Así las cosas, la lógica indica que con Sànchez en la calle este se haga cargo del partido de forma férrea.
El gran reto en este caso será la relación entre la dirección del partido en el interior de Catalunya con Sànchez al frente y la presidencia que ejerce Carles Puigdemont desde el exterior. En los últimos tiempos la relación entre los dos dirigentes ha sufrido tensiones importantes que se podrían acrecentar con Sànchez liberado y al mando del partido. La primera y no menor de las discrepancias se ha fraguado entorno al acuerdo de Govern entre ERC y Junts y la composición del Ejecutivo que Sànchez ha liderado de forma muy individual.
La segunda discrepancia ha surgido con un artículo de Sànchez que, aunque pretendía ser una respuesta a Junqueras por su descarte de la unilateralidad ha sentado mal en sectores de Junts porque el secretario general cuestionaba la validez del referéndum del 1-O. Algunos sectores se han organizado para provocar la dimisión de Sànchez del cargo del partido. Y aunque Carles Puigdemont no ha querido echar sal a la herida y ha cerrado filas con su secretario general, solo hay que ver las críticas del Consell per la República al artículo para intuir la distancia existente. Sin olvidar declaraciones también corrigiendo a Sànchez por parte de la propia portavoz de Junts, Elsa Artadi.
La consolidación territorial de Junts
Fuentes del partido admiten la existencia de estas tensiones pero que circunscriben a sectores minoritarios y a la pluralidad de sensibilidades que coexisten en Junts. Y ponen el acento en los retos que tiene Junts como partido de nuevo cuño para acrecentar su implantación territorial especialmente pensando en las próximas elecciones municipales.
Aunque nunca se puede descartar una recomposición con el PDeCAT en el ámbito local, la fractura que supuso la creación de Junts requiere que los juntistas reorganicen sus bases en cada municipio de Catalunya. Tarea que sería el gran reto para el liderazgo de Jordi Sànchez al frente del partido una vez fuera excarcelado por los indultos. Y habría que ver el papel de los otros presos de Junts.
Mientras Quim Forn no tiene previsto continuar en la política activa, Jordi Turull y Josep Rull aglutinan uno de los sectores encabezados por el exconseller Damià Calvet y que ha quedado descabalgado del Govern. Con lo cual habrá que ver cómo encajan todas las piezas del puzzle.
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