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Catalunya Junqueras y Puigdemont se reencuentran este miércoles con la tensión personal y la divergencia de estrategias como telón de fondo

El líder de ERC visitará al jefe de filas de Junts en Waterloo en el primer encuentro después de la Declaración de independencia del 27 de octubre de 2017. Se buscará una imagen de cordialidad pese que los dos dirigentes se han distanciado personalmente en los casi cuatro años que el exvicepresident ha pasado en la cárcel. 

Puigdemont. Foto de archivo.
Puigdemont. Foto de archivo. Marta Fernández / Europa Press

La política catalana vive otra intensa semana que tendrá en el Parlament un foco destacado con la explicación que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, expondrá sobre su reunión en la Moncloa con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Pero la imagen más esperada, no solo de esta semana sino de los últimos años, no se dará en tierras catalanas. Será a unos miles de quilómetros, en territorio belga y en un municipio residencial de toponimia bélica de raigambre. Hablamos del reencuentro cara a cara entre Carles Puigdemont y Oriol Junqueras que se producirá este miércoles en Waterloo.

Tres años y un poco más de ocho meses después de la Declaración de Independencia del 27 de octubre de 2017, día después del cuál no se han vuelto a ver en persona una vez que sus destinos tomaron caminos diferentes, el exilio en el caso del entonces president de la Generalitat, y la cárcel por orden del Tribunal Supremo en el caso del exvicepresident. Ahora los indultos han propiciado el reencuentro, eso sí fuera del Estado español, ya que Puigdemont tiene inmunidad en toda la Unión Europea como europarlamentario pero no parece que la justicia española esté dispuesta a respetarla.

Junqueras viajará a Waterloo encabezando una delegación de expresos y expresas de Esquerra: el exconseller Raül Romeva y la exconsellera Dolors Bassa, juntamente a la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell. Y se sumará a ellos la exconsellera Meritxell Serret que ha pasado los últimos años compartiendo el exilio belga con Puigdemont hasta su reciente regreso a Catalunya donde ahora ejerce de diputada en el Parlament a espera de juicio. Puigdemont recibirá la delegación republicana sobre las dos y media de la tarde acompañado de otros miembros del exilio catalán en Bélgica, los exconsellers Lluís Puig, Toni Comín y Clara Ponsatí.

Atención a los gestos entre Puigdemont y Junqueras

Pero entre todos los asistentes al encuentro las cámaras estarán pendientes de un solo objetivo: escudriñar hasta el último gesto y detalle del saludo entre Puigdemont y Junqueras. El líder de ERC ha intentado esquivar este martes la polémica sobre la relación con el jefe de filas de Junts con sus declaraciones en Estrasburgo: "Siempre he tenido voluntad de entendimiento con Puigdemont", ha asegurado. Pero a nadie se le escapa que el reencuentro viene marcado por la tensión personal entre los dos máximos líderes políticos del independentismo catalán y por la divergencia en las estrategias y los consecuentes enfrentamientos que mantienen Junts y ERC a pesar de gobernar juntos desde hace años.

En estos casi cuatro años los dos dirigentes se han cruzado unos pocos mensajes interpuestos a través de mensajeros

El aspecto personal se ha expresado con las duras críticas y reproches contra Junqueras que incluyen los dos últimos libros de Puigdemont, publicados mientras su exvicepresident aún estaba en la cárcel. El conflicto estratégico viene dado por los duros ataques de Junts a la apuesta de Esquerra por la mesa del diálogo a la cuál Puigdemont confronta una inconcreta vía unilateral. En estos casi cuatro años los dos dirigentes se han cruzado unos pocos mensajes interpuestos a través de mensajeros. No todos ellos han llegado a destino. Otros lo han hecho con lentitud con lo que el contenido quedaba caducado. A pesar de algún permiso y el efímero tercer grado de Junqueras los encuentros eran inviables por la imposibilidad de cruzar la frontera a ninguno de los dos. Y solo se les conoce una única videoconferencia en que hayan hablado a solas, conversación el contenido de la cual no ha trascendido.

La puesta en escena de este miércoles en Waterloo se prevé de guante blanco. Sonrisas, cordialidad e incluso algún abrazo. La discusión política se dejará para otro momento. Desde las filas de los dos partidos se recuerda que más allá de las fricciones y discrepancias políticas "se encontrarán dos personas que han sufrido y sufren en sus carnes la represión del Estado después de haber compartido la dirección de un Govern que tuvo que tomar decisiones muy difíciles y complejas en unos momentos históricos". Por tanto, estas mismas fuentes descartan que este miércoles haya orden del día político en el reencuentro. Aunque no es nada descartable que probablemente también traten temas políticos, señalan fuentes de ERC, porque "son dos animales políticos".

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha asegurado que este miércoles se producirá "un abrazo que mucha gente en nuestro país está esperando". "Habrá un componente personal y emotivo muy grande", ha apuntado. Sin embargo, pidió "no normalizar la situación", ya que el hecho de que lo hagan en el extranjero es un recordatorio de que "la represión continúa". En este mismo sentido se ha expresado la portavoz de Junts, Elsa Artadi.

Tensión en los detalles del encuentro

Ello no quiere decir que la tensión no haya sobrevolado la organización del encuentro incluso en los detalles más pequeños. Empezando por el escenario que ERC hubiera querido más neutral y finalmente será la autodenominada Casa de la República donde reside Puigdemont en Waterloo. Este tema ha provocado sus más y sus menos en la organización del encuentro, que Esquerra había previsto en la visita de este martes de Junqueras a Estrasburgo coincidiendo con el pleno del Parlamento europeo. Pero Puigdemont se ha quedado en Bruselas alegando que no tiene prevista ninguna intervención y está habilitado el seguimiento telemático.

Finalmente, los republicanos han claudicado sobre la Casa de la República pero incluyendo en el viaje a Bruselas la delegación del Govern frente a la UE. Y a nadie se le escapa el tratamiento dado a Puigdemont, al cual se le visita como "presidente de Junts" y en ningún momento se le otorga el trato de "president legítim de la Generalitat" que utilizan habitualmente los juntistas.

Polémico 'escudo' contra el Tribunal de Cuentas

Por otra parte, la intensa semana política catalana también ha sido sacudida por la iniciativa del Govern aprobada en el Consell Executiu de este martes con la polémica creación de un fondo de riesgo de 10 millones que permitirá activar avales bancarios a los cargos de la Generalitat encausados por el Tribunal de Cuentas. Ello supondrá una protección momentánea al patrimonio de los afectados hasta la resolución del caso en sede judicial si es que no aparecen nuevas trabas a la iniciativa de la Generalitat por parte del organismo fiscalizador. Pero también comportará las primeras querellas contra el Govern de Pere Aragonès por malversación.

Avances en la comisión bilateral Generalitat-Estado

Y aunque sin una agenda tan visible también la actividad política se mueve entre bambalinas con los preparativos para la reunión del plenario de la comisión bilateral Generalitat-Estado. Según el acuerdo establecido entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez en la reunión de la Moncloa el objetivo es realizar la primera reunión de este ente antes de acabar julio. Por parte del Govern se quiere distanciar esta negociación de la que se iniciará la tercera semana de septiembre con la reanudación de la mesa de diálogo sobre el conflicto político. Por parte del Gobierno español se pretende llegar a septiembre con temas en marcha de calado competencial autonómico que puedan condicionar la futura negociación con el Govern para suavizar la demanda de los aspectos más peliagudos como la autodeterminación y la amnistía.

El objetivo de la Moncloa seria reactivar todos los órganos de relación bilateral entre gobiernos después de la primera reunión del plenario general, según publicó La Vanguardia. Una verdadera ofensiva de negociación y diálogo sectorial que incluiría temas como las inversiones en infraestructuras de los próximos presupuestos generales, la gestión de los fondos europeos para la reconstrucción, inversiones en la red de trenes de cercanías, la ampliación del aeropuerto del Prat en Barcelona o la interconexión del resto de aeropuertos catalanes de Girona y Reus con la capital catalana. Temas que en el Palau de la Generalitat consideran estratégicos pero que no quieren mezclar de ninguna manera con la mesa de diálogo. Y que Aragonès quiere abordar desde la bilateralidad, subrayando esta relación. Por lo cual no tiene de momento pensado participar en la próxima Conferencia de Presidentes Autonómicos convocada por Pedro Sánchez.

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