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Cayetana Álvarez de Toledo se rebela ante la sanción del PP y defiende que sus ideas son coherentes con su partido

La exportavoz popular en el Congreso ha enviado una carta a su grupo parlamentario en la que rechaza el expediente abierto por saltarse la disciplina de voto en la renovación del Tribunal Constitucional.

17/11/2021 Cayetana Álvarez de Toledo, en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Congreso de los Diputados
Cayetana Álvarez de Toledo, en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Congreso de los Diputados. Marta Fernández / Europa Press

La exportavoz del PP en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo ha enviado una carta a su grupo parlamentario en la que rechaza una sanción por saltarse la disciplina de voto en la renovación del Tribunal Constitucional y, entre otras cosas, argumenta que es su posición, y no el voto a favor, la que es coherente con las ideas del PP.

"Exigir la despolitización del Consejo General del Poder Judicial mientras se politiza el Tribunal Constitucional es caer en una incongruencia debilitante. No fue, por tanto, mi voto en blanco el que contradijo la línea política del partido. Lo que contradijo la línea política del partido fue el voto a favor", sostiene Álvarez de Toledo.

La exportavoz parlamentaria del PP ha enviado este viernes una extensa misiva dirigida al secretario general del Grupo Parlamentario Popular, Guillermo Mariscal, en la que discute tanto el procedimiento de la sanción por saltarse la disciplina de voto, como el fondo de la renovación del Tribunal Constitucional.

Así, para sostener que con su voto no contraviene, sino que cumple, la línea política del PP, cita varios fragmentos del programa electoral y argumenta que era "esencial rehuir nombramientos con vinculaciones partidistas flagrantes; evitar una operación de reparto de cromos".

Cita incluso al secretario general del PP, Teodoro García Egea, cuando este defendió que dar una sensación de parcialidad supondría debilitar institucionalmente a España, para sostener que de este razonamiento se desprende el sentido de su voto.

"Es un voto contra el debilitamiento institucional de España. Y un voto contra el debilitamiento político del Partido Popular" porque, argumenta, el contrario era autoimpugnar las posiciones del PP.

Discute además la validez de una sanción y un expediente que tienen como raíz unos estatutos "secretos", lo que a su juicio provoca que no se den las garantías exigibles en Derecho y se vulnere el principio de publicidad de las normas y el de transparencia. Por eso, al considerar nulo el procedimiento en vez de alegaciones envía una carta.

Afea además que el grupo parlamentario considere importante esta votación a la hora de proponer una sanción en su contra, pero no para debatir el sentido del voto. Y hace un alegato en contra de la "grupocracia", donde también es crítica con la posición del PSOE.

Citando la Constitución, recuerda que el voto es propiedad exclusiva del parlamentario, que no hay "mandato imperativo" y sostiene además que la votación secreta, como la usada en la renovación del TC, "tiene por objeto blindar al parlamentario de cualquier consecuencia que pueda acarrearle su posición".

Y tras cargar contra la disciplina de voto sin contrapesos y contra la falta de deliberación, sostiene que una sanción "sería tanto como malograr la esperanza de una regeneración democrática y de un Parlamento de calidad".

El PP abrió expediente contra Álvarez de Toledo el pasado 30 de noviembre como reacción a su desobediencia a la disciplina de voto, tipificada como falta grave, en un proceso que instruye Carlos Rojas y que finaliza este viernes el plazo de diez días en los que la exportavoz podía presentar alegaciones.

La apertura de este expediente se produjo pocos días después de la presentación de un polémico libro firmado por Álvarez de Toledo, Políticamente indeseable. Tanto su contenido como las entrevistas promocionales desataron un nuevo frente de batalla interno por las fuertes críticas a García Egea y al presidente del partido, Pablo Casado. Desde el partido se le invitó a marcharse si había perdido la ilusión por los populares y algunos dirigentes la criticaron duramente en público. Ella, desde el primer momento, anunció que no renunciaría a la militancia ni a su acta de diputada. 

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