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Centella: "IU no tiene la exclusividad de la izquierda"

JUAN ANTONIO BLAY

José Luis Centella (Córdoba, 1958) ha regresado esta legislatura al Congreso de los Diputados, donde ya vivió los agitados años noventa. Es, por lo tanto, un parlamentario veterano, que se las sabe casi todas, condición a la que une la de secretario general del Partido Comunista de España (PCE) desde 2009. Está convencido de que la renovación de la izquierda es posible desde la plataforma que conforma IU y defiende que esta opción es el camino para canalizar la protesta e indignación que almacena la sociedad española. Incluso para lograr la III República. Serio, de fuertes convicciones comunistas, sostiene sin embargo que también 'hay otras izquierdas'. Su trabajo consiste en atraerlas a IU. Del PSOE dice, sencillamente, que no se fía.

¿Sigue madrugando todos los fines de semana en Benalmádena  para leer novelas de aventuras?

Sí (sonríe). Pero, vamos, no es que madrugue para eso, es que yo me levanto temprano todos los días, a las siete, durante todo el año, sea invierno, verano o fines de semana. Para mí madrugar es levantarme a las cinco para coger el AVE y venir a Madrid.

A finales de 1996 usted le envió al entonces presidente Aznar un giro de 1.373 pesetas en protesta por las inversiones en los presupuestos del Estado del año siguiente en Málaga. ¿A Rajoy ya le ha enviado otro o en euros no le alcanza?

Fue un gesto de rebeldía por las ridículas inversiones, sí ... Lo que ocurre ahora es que a Rajoy no hace falta que le mandemos un giro porque nos está robando la cartera; ya se queda directamente el giro de la cartera de todos los españoles y españolas.

Usted fue elegido secretario general del PCE la víspera de cumplirse 20 años de la caída del muro de Berlín. ¿Fue una casualidad o fue premonitorio?

(Vuelve la sonrisa) Fue una casualidad... aunque luego esta circunstancia sirviese para que mucha gente se diese cuenta de que el Partido Comunista existía. Hoy, más de cuatro años después  ya nadie duda eso pero sí es verdad que esa coincidencia hizo que el congreso tuviese más repercusión.

¿Con los 20.000 militantes que el PCE tenía entonces es posible en estos momentos refundar la izquierda?

Con aquella militancia iniciamos una etapa en la que hemos demostrado que hemos sido capaces de recuperar Izquierda Unida, de recuperar alianzas sociales y políticas y hoy el PCE e IU están bastante mejor de cómo lo estaban en aquel momento. Esos 20.000 militantes han sido capaces de multiplicarse por cuatro o por cinco y están dando una respuesta muy interesante a la calidad democrática en este país.

¿Usted lleva bien personalmente ser devoto de la Semana Santa y de Curro Romero con ser secretario general del PCE?

No, no soy devoto de la Semana Santa; me gusta la Semana Santa andaluza, no soy capillita como se dice en mi tierra, pero, sí, me gusta porque la verdad es que serviría para hacer una tesis. Y luego la verdad es que mi hija me ha hecho ver los toros de otra manera y hoy en día, y eso que Curro Romero ya se retiró, en una votación sobre los toros yo me abstendría...

Usted pasa por ser oficialista, tanto en el PCE como en IU. ¿Es un ortodoxo o son habladurías de quien le quiere mal?

No,  yo lo que sí soy es de la mayoría del PCE y de IU. No soy ortodoxo y se ha demostrado en estos cinco años de trabajo en las dos organizaciones. El PCE es uno de los elementos que hace propuestas más avanzadas en la izquierda española. Ahora, yo lo que sí creo es en la organicidad. Pienso que cualquier fuerza política, y fundamentalmente una de izquierdas, tiene que ser orgánica y por lo tanto yo respeto a la mayoría que hay en estos momentos en IU.

Usted sustituyó a Antonio Romero aquí en el Congreso, a Felipe Alcaraz en el Partido Comunista de Andalucía y a Francisco Frutos en el PCE. ¿Lo suyo es recoger herencias envenenadas?

No, lo mío es hacer una renovación que toca en cada tiempo. Bueno, de las tres la que más vértigo me dio fue sustituir a Antonio Romero, a quien no solo le tengo una gran cariño sino una admiración política y llegar al escaño que el ocupó sí, me dio cierto vértigo. Igual que llegar a la secretaría general de Dolores en el PCE también me lo daba, claro. Pero, bueno, como soy una persona dada al trabajo y poco a competir con nadie pues he llevado bien estas herencias que no han sido, en ningún caso envenenadas, han sido herencias que han permitido seguir trabajando hacia adelante.

¿Cómo son las relaciones del PCE con IU, y luego IU en el grupo parlamentario de La Izquierda Plural? Da la impresión de que hay que conocer muy bien la teoría matemática de los conjuntos...

Sí (otra sonrisa),... o las matrioskas. Las relaciones no son tales por la sencilla razón de que el PCE forma parte IU, nos consideramos los mismos, el PCE está completamente a gusto en IU y plenamente identificado con los postulados políticos y con lo que es la estrategia de dirección. No nos relacionamos de tú a tú, simplemente somos parte. Y luego, el grupo de La Izquierda Plural es una experiencia muy interesante e importante, de la que puedo hablar desde mi papel de coordinador y portavoz. El grupo ha demostrado que la izquierda puede funcionar desde la diversidad, con fuerzas políticas diferentes que hasta hace poco estábamos confrontadas electoralmente. Hemos demostrado que se puede trabajar bien e incluso se pueden administra bien las diferencias, alcanzar acuerdos por encima de cualquier otro elemento. Pienso que es un ejemplo, ahora que se habla de la unidad de la izquierda, para analizar cómo funciona un grupo en el que el protagonismo es de las ideas y no de las personas y en el que personas diferentes hemos logrado construir un proyecto con discurso. Hoy por hoy es un referente en el parlamento al que la gente puede dirigir sus miradas.

Usted vivió los tiempos de la denominada pinza en la que la IU de Julio Anguita tuvo gran protagonismo. ¿Qué queda de aquello, hay añoranza?

Como lo viví personalmente puedo desmentir la existencia de la pinza, más allá de una campaña mediática muy potente que consiguió que ese tema calase en la mente de los votantes e incluso en parte de nuestros dirigentes que se acomplejaron. Fue una etapa dura y constituyó la persecución política y personal más grande que he conocido en toda la democracia hacia Julio Anguita. Fue una campaña premeditada porque en aquellos tiempos IU despuntaba y en la que participaron compañeros nuestros que, como se demostró luego, ya estaban en otro lugar. Yo no tengo añoranza de ninguna época pasada, intento siempre construir el presente con la experiencia pasada. Niego la mayor, no hubo pinza, pero he de reconocer que la campaña mediática nos ganó la batalla.

Usted ha estado en cuatro legislaturas.¿Qué diferencias hay entre el parlamentarismo de hace 20 años y el de ahora?

En esta legislatura hay un mayor desprecio hacia las formas por parte de la mayoría absoluta del PP. Yo viví la mayoría absoluta de Aznar, que no era ningún blando, sin embargo he de reconocer que ahora hay mucho menos margen de actividad política que en aquel momento. Se ha dado un paso atrás en la centralidad política del parlamento. Rajoy es más autoritario respecto al debate parlamentario tal vez porque esté convencido de que la salida antisocial de la crisis debe tener aparejada también una salida autoritaria de la crisis.

Hay quien piensa que en IU se quejan de vicio del sistema electoral en lugar de romper con la distancia que les separa del electorado. ¿Qué hay de cierto en ello?

No nos quejamos de vicio, nos quejamos con las matemáticas en la mano. En todas las legislaturas la aritmética electoral nos ha quitado escaños y por eso reclamamos un sistema electoral más justo, independientemente de quien se lleve luego los votos. Ahora el sistema prima a las mayorías y castiga a las fuerzas de carácter nacional como IU; también ahora a UPyD.

El PSOE está en su peor momento electoral. ¿A partir de ahora IU va a reducir por fin distancias o el electorado va a seguir recelando de ustedes?

Yo sostengo que no tenemos que estar con el metro para medir la distancia con el PSOE. Tenemos que tener otro perfil y que sea el PSOE el que se preocupe de la distancia hacia nuestras propuestas.  Las relaciones de IU con el PSOE deben ser políticas y programáticas; eso sí, desde una cierta desconfianza porque la historia nos muestra que el PSOE dice unas cosas en la oposición y otras cuando está en el Gobierno.

¿En esa relación, usted contempla más amor o más odio?, en términos políticos, claro

Por descontado que no hay ningún componente personal. Lo que hay es una gran desconfianza porque el PSOE nos acostumbró a decir no a la OTAN y meternos en la OTAN, a no levantarse al paso de la bandera de Estados Unidos y luego ofrecer a la base de Rota sin justificación...

Pese a ese planteamiento, ¿la experiencia en la Junta de Andalucía está siendo positiva?

Está siendo enriquecedora. Es una experiencia difícil que nos está enseñando mucho, sobre todo en relación con el concepto del poder. Porque una cosa es estar en el Gobierno y otra cosa es quien tiene poder: tú puedes hacer un decreto sobre viviendas sociales e hipotecas y luego viene el poder con mayúsculas, que es la banca, y te lo quita. Nos está enseñando cómo trabaja. Si es positivo o no nos lo dirá el paso de los días. Hicimos lo que teníamos que hacer en aquel momento.

¿Usted se siente aludido cuando la gente grita `no nos representan´ en cualquier manifestación?

Yo aprendí mucho de esa frase del 15-M. Hoy hay mucha gente que no se siente representada en instituciones como este parlamento o en ayuntamientos. Creo que hay que poner en funcionamiento el principio de revocabilidad de los cargos electos, darle la vuelta a ese grito en positivo para que quienes somos elegidos demos cuenta de nuestra actuación de forma constante.

¿Sugiere una especia de asamblea permanente?

No, no, porque estar en asamblea permanente es, además de aburrido, un poco inútil. Lo que sí que hay que crear son canales para que las asambleas, la plaza y el ciudadano en general puedan participaPor ejemplo, cuando se discute una ley de educación aquí solo hay unas comparecencias tasadas... ¿por qué no hay otras de colectivos sociales, sindicales o ciudadanos?, ¿por qué una iniciativa legislativa popular no la defiende uno de los proponentes y ha de ser un diputado? El parlamento no debe circunscribirse solo a los 350 diputados, ha de abrirse a la ciudadanía.  Nosotros proponemos una reforma del reglamento para que, por ejemplo, sea obligado debatir una propuesta que hagan los ciudadanos, involucrar a colectivos sociales a la hora de legislar, que los diputados estemos obligados a responder preguntas de los ciudadanos. Pero no hay voluntad política en el PP para hacerlo.

¿Qué es lo mejor y lo peor del parlamentarismo español hoy en día?

Lo mejor, que existe el grupo La Izquierda Plural dispuesto a romper las formas y a no respaldar un pacto de Estado que no combata la corrupción o que respalde una mayoría que no está en la calle; y lo peor que el parlamento está más amordazado que nunca, incluso dominado por la troika como cuando se impusieron condiciones en la comparecencia de Mario Draghi, que fue una vergüenza.

¿Quién representa la izquierda en estos momentos, ustedes de forma exclusiva?

No, nosotros no tenemos la exclusividad de la izquierda, por eso intentamos alcanzar el mayor número de alianzas posibles. La izquierda es muy plural, nosotros representamos a una parte, una izquierda anticapitalista, republicana, federal... pero sabemos que hay otras izquierdas con las que queremos confluir. Lo importante es un programa común y querer cambiar la realidad.

El PP está teniendo fugas con propuestas a su derecha. ¿Usted teme que propuestas como Podemos u otras en ese entorno resten votos a IU en próximos comicios?

La izquierda siempre ha tenido opciones que han restado votos, tampoco estamos hablando de una novedad en el ámbito de la izquierda. Una circunstancia que siempre se ha demostrado que ha sido un error; nunca se avanza dividiendo. A partir de ahí le digo que en IU tenemos una opción política para intentar agrupar a la mayor parte de la izquierda, pensamos que en ella cabe todo el mundo. Estoy convencido de que el proceso de la unidad de la izquierda sigue avanzando y el ejemplo es el grupo parlamentario de La Izquierda Plural. Lo que más me preocupa es que cuando más dividida esté la izquierda menos fuerte es.

La solución para la cuestión de Cataluña es un Estado federal pleno o la situación ya no tiene remedio?

Nosotros seguimos pensando que el Estado federal es la fórmula, para Cataluña y para el resto del Estado español, para Galicia, Andalucía... Creemos que un Estado federal es lo que puede asegurar la permanencia del mismo Estado. Cada vez que Rosa Díez con UPyD y el PP hacen planteamientos centralistas lo que consiguen es hacer más independentistas en Catalunya.

En una reciente conferencia política del PCE se aprobó una ponencia que abogaba corromper el pacto constitucional y abrir un proceso contribuyente hacia la III República. ¿Es una utopía o tiene visos de realidad?

Matizo: no es que aboguemos por la ruptura del pacto constitucional, es que constatamos que ese pacto se ha roto por la propia derecha cuando ha cambiado derechos sociales como el acceso a la vivienda o a la educación o por el PSOE cuando ha modificado  con nocturnidad y alevosía el artículo 135 de la Constitución. En consecuencia, lo que planteamos es un proceso constituyente en el que no se cambie la Constitución por la puerta falsa y se de la palabra al pueblo soberano para una nueva propuesta constitucional y ahí nosotros defendemos la república con la certeza de que hoy no es una cuestión nostálgica, es una opción real con gran apoyo social y electoral.

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