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Chaves aplaza su relevo al frente del PSOE andaluz

Hoy comunicará a la Ejecutiva regional su decisión de optar a un quinto mandato

G. LÓPEZ ALBA /A. AVENDAÑO

El relevo se aplaza sine die.

Manuel Chaves ha decidido zanjar ya la incertidumbre sobre su continuidad al frente del PSOE de Andalucía para evitar que cunda la inquietud y dé pie a disensiones internas.

Aprovechando la reunión convocada para hoy de la Ejecutiva regional, comunicará oficialmente su decisión de optar a un quinto mandato como secretario regional en el congreso que se celebrará los días 11, 12 y 13 de julio en Granada.

El presidente de la Junta de Andalucía y secretario regional del PSOE llevaba tiempo 'reflexionando seriamente' sobre la posibilidad de abrir el proceso de renovación en el principal feudo socialista, como informó Público.

Su propósito era dejar ahora la secretaría general del partido, cargo que ostenta desde 1994, en manos del secretario de Organización, Luis Pizarro, y continuar al frente de la Junta de Andalucía, que preside desde 1990, hasta 2012.

Zapatero no quería

Una vez que trascendió públicamente su intención y ante los fuertes temores internos que planteaba esta operación, Chaves ha decidido zanjar el asunto cuanto antes, a sabiendas de que José Luis Rodríguez Zapatero quería su continuidad.

A última hora del miércoles, aprovechando un viaje a Madrid, adelantó su decisión al secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y también lo hizo telefónicamente a Zapatero.

En la decisión final, según personas conocedoras del proceso, han pesado dos razones principales. La primera es 'la situación de interinidad' en que habría quedado el partido, ya que Luis Pizarro, ni por su perfil político ni por su edad -sólo dos años más joven que el propio Chaves, que cumplirá 63 años el próximo mes- es visto como una alternativa de relevo definitivo.

'Estaríamos ante una sucesión intestada, y nada menos que a tres años de las próximas elecciones', señalan las fuentes consultadas, que conceden mucha importancia al hecho de que esa situación habría supuesto un fuerte desgaste para el partido, tanto internamente como ante la opinión pública.

La pauta es que el secretario general y el candidato presidencial sean la misma persona. Cuando no ha sido así, como ocurrió en los años ochenta con Rafael Escudero en la presidencia de la Junta y José Rodríguez de la Borbolla en la secretaría general del partido, la bicefalia acabó en el conflicto interno.

El hándicap de Pizarro

La segunda razón de peso que se apunta es que su sustitución por Luis Pizarro habría proyectado una imagen excesivamente endogámica del partido, pues el dirigente de Alcalá de los Gazules forma parte, junto con Gaspar Zarrías, del núcleo de confianza de Chaves desde que regresó a Andalucía a comienzos de los años noventa.

El ascenso de Pizarro, actual número dos del partido en Andalucía, habría sido muy difícil de explicar en términos de renovación política e imposible en términos de renovación generacional.

Esta lectura preocupa especialmente a Chaves por ser uno de los argumentos que con más insistencia utiliza la oposición contra él. De hecho, la decisión de Javier Arenas de continuar al frente del PP de Andalucía también ha influido en su ánimo.

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