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Las cloacas de Interior La cúpula de Información del PP da explicaciones diferentes sobre las operaciones 'Kitchen' y 'Cataluña'

El ex comisario general de Información, Enrique Barón, y su subalterno Enrique García Castaño, exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), muestran en el Congreso dos maneras diferentes de entender la labor policial: al primero le dejaron fuera de las operaciones 'Kitchen' y 'Cataluña', y le ocultaron información y el uso de sus recursos; el segundo ha reconocido que fue él quien puso el dispositivo que grabó al exministro Jorge Fernández Díaz en su despacho.

El comisario del Cuerpo Nacional de Policía y exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño, y el excomisario del Cuerpo Nacional de Policía Enrique Barón, en su comparecencia en la Comisión Kitchen, en el Congreso de los D
El comisario del Cuerpo Nacional de Policía y exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño (izda.), y el excomisario del Cuerpo Nacional de Policía Enrique Barón, en su comparecencia en la Comisión Kitchen, en el Congreso de los Diputados. PÚBLICO

Enrique García Castaño entró en 1975 en la Policía Armada (como se llamaba en el franquismo lo que ahora es el Cuerpo Nacional de Policía). Su primer destino fue la lucha antiterrorista dentro del grupo de Información creado por Roberto Conesa, famoso por sus torturas, en el que también se encontraba el comisario José Manuel Villarejo. Después fue reclamado para el "Grupo Antigolpe del 23F", que recayó en los policías que mejor relación tenían con Fuerza Nueva, y ahí se ganó el alias de Blasillo: "Por mi cercanía con Blas Piñar [el líder del partido de extrema derecha Fuerza Nueva]; claro, que infiltrarse era muy fácil", comenta a quien le pregunte por el sobrenombre. En la Comisaría General de Información se quedó 40 años, viendo cómo cambiaban la denominación de su puesto, hasta que en 1998 el PP le otorgó mando de grupos operativos como jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO).

Enrique Barón ingresó en la Policía Nacional 1980. Su primer destino fue en Vitoria. Después de un periplo por España le mandaron a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, y tres años después entró en la Brigada de Información. Fue jefe superior de Policía del País Vasco y también de Madrid, cuando el conocido como el asesino de la baraja fue dejando cadáveres por la capital. Tenía a Alfredo Pérez Rubalcaba de ministro del Interior hasta que recibió una oferta de la presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre (cuando se hacía notar el hedor de los charcos llenos de ranas que la enfrentaron a la cúpula del PP). Luego, tras la victoria de Mariano Rajoy en 2011, le nombraron comisario General de Información. 

García Castaño, Big, El Gordo o Blasillo (tantos eran sus apelativos que utilizaban "los troncos" de la policía para llamarlo) era el hombre de confianza del exsecretario de Estado de Interior, Francisco Martínez; del ex Director Adjunto Operativo (DAO), Eugenio Pino, y de los comisarios Carlos Salamanca, José Luis Olivera y José Manuel Villarejo. Todos ellos (menos el exjefe de la DAO Olivera) están imputados en alguna de las 31 piezas de la causa Tándem, y en concreto en la pieza Kitchen, que investiga el robo de documentación al extesorero del Partido Popular Luis Bárcenas. "Si el señor Rubalcaba viviera, yo no estaría aquí sentado. El mejor ministro del Interior que ha habido", ha sentenciado este jueves a preguntas del diputado del PP Luis Santamaría, en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados. 

Mientras, Barón, al que insultaban sin pudor esta "camarilla de Interior" (como les ha denominado en la comisión de investigación el diputado socialista y también policía Alberto Sicilia) es testigo del procedimiento. Y, también, posiblemente víctima, si el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska investigara una anotación sobre la instalación de un posible micrófono en su despacho.

Sobre ello le ha preguntado el diputado de Bildu Jon Iñarritu, a lo que el exjefe de la lucha antiterrorista no ha dudado en contestar: "Eso ha aparecido en la agenda de Villarejo, pero desconozco que se haya abierto una investigación; no sé si habrán llamado a uno por decirlo, a otro por oírlo y a otro por escribirlo, pero eso es delictivo".

La 'Operación Cataluña', las mentiras y los micrófonos

Porque la sesión de la comisión de investigación de este jueves ha ido de micrófonos: en el despacho del comisario General de Información, y también en el del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz.

Éste acusó a Público de mil atrocidades después de que este medio desvelara las grabaciones de su reunión con el responsable de la oficina antifraude de Catalunya, Daniel de Alfonso Laso, en las que quedaba en evidencia que buscaban pruebas para incriminar a ERC y CDC en casos de corrupción. Y gastó fondos públicos en simular un registro del Ministerio del Interior.

Luego, su sucesor, el juez Juan Ignacio Zoido, envió a la comisión de investigación que se celebró en 2017 sobre la denominada Operación Cataluña (las maniobras para tratar de incriminar por casos de corrupción a líderes independentistas) documentación falsa en la que simulaban una investigación que nunca existió y en la que se cargaba sobre Público la imposibilidad de analizar la grabación y solo poder servirse de los cortes publicados, cuando este medio había hecho entrega de los audios a la Fiscalía General del Estado

Pero como la mentira no puede durar toda la vida, ha sido por las preguntas del diputado de ERC, Gabriel Rufián, cuando se ha cantado 'el gordo'. El diputado catalán ha aludido a que en una de las declaraciones de García Castaño en la Audiencia Nacional (desvelada por Público en la serie previa a esta comisión), el policía aseguró a los fiscales tener la Operación Cataluña entera guardada en su casa. No se ha retractado: "Cuando los fiscales me preguntan, les dije que si no la vieron. Soy yo quien en sede judicial he hablado de la Operación Cataluña, tres veces veces y no me dejaron hablar. La Operación Cataluña que se monta... Sobre algunos políticos vinculados a la corrupción: Félix Millet, los Pujol...".

Rufián ha seguido indagando: "Le han acusado de ser quien graba al ministro del Interior" (en referencia a las grabaciones con De Alfonso ya mencionadas). Y, como en un suspiro, intuyéndose tras su mascarilla la sonrisa traviesa de quien sabe que va a tener un minuto de gloria, García Castaño ha confirmado: "El DAO dice que va a venir un señor y que, por seguridad del ministro, hay que grabarlo; y yo con un técnico le pusimos una minigrabadora debajo de la mesa del despacho". 

Queda la duda de qué pensaría sobre esto "el mejor ministro del Interior" que ha tenido España, según su criterio, porque Alfredo Pérez Rubalcaba dejó claro cuando Público desveló la información y Fernández Díaz culpó a este medio como si hubieran sido sus redactores quienes hubieran puesto el micrófono, que "a mí no me grababan nada".

García Castaño ha intentado arreglarlo, asegurando que lo hacían para "proteger al ministro; de hecho le cambiamos el router de la casa porque no ponía mucha seguridad". Sin embargo, en su intervención posterior, Enrique Barón ha vuelto a echarle la excusa abajo. "Yo no he conocido que se pongan micrófonos en despachos de los ministros para protegerlos", ha respondido tajante el excomisario General de Información. "La primera vez que he escuchado lo del micrófono al ministro es esta tarde", ha añadido. Luego, Barón ha reconocido que había "oído" que una de las posibilidades de que le excluyeran de estar detrás de tales grabaciones era porque le situaban en otra facción del PP.

También ha dicho García Castaño que hubo una reunión con dos representantes políticos y todas las personas que formaban parte de esa Operación Cataluña "para proteger a los constitucionalistas", pero en la que se investigó a "Félix Millet o los Pujol". 

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