Público
Público

Las cloacas de Interior La mujer de Villarejo advirtió en julio de que tenían información sobre jueces y políticos

Gemma Alcalá, imputada junto a su marido en la Operación Tándem por formar parte de la red de blanqueo de capitales y también por grabar al CNI y Asuntos Internos, dio una entrevista en julio donde aseguraba que el comisario había dejado preparada información sensible para que se publicara si no salía en seis meses de prisión. La amenaza se ha cumplido. 

Los comisarios Salamanca y Villarejo, con sus respectivas esposas, cuando el ministro Fernández Díaz les impuso la medalla roja, en 2012.

Desde que en 2014 comenzara su cruzada contra los agentes de Asuntos Internos que le investigaban en el caso del pequeño Nicolás, el comisario José Manuel Villarejo ha ido lanzando avisos y amenazas en el medio de comunicación que controlaba a través de su mujer, Gemma Alcalá, Información Sensible.

Hace dos meses, el 15 de julio, ella volvía a hacer de correa de transmisión de su encarcelado marido y lanzaba una advertencia sobre el plan que había preparado Villarejo si a los seis meses no había salido de prisión. Este mensaje, transmitido a través de uno de sus periodistas de cabecera, Javier Negre, en el diario El Mundo fue entendido por los investigadores, fiscales de la causa y la acusación popular que representa Podemos como una amenaza al juez que instruye el sumario de Tándem, Diego de Egea.  

Villarejo advirtió de que si no estaba fuera en seis meses él ya no podría evitar la publicación del material

El relato de Gemma Alcalá comenzaba antes de la detención, cuando Villarejo "trabajaba en volver a poner en marcha el medio Información Sensible y buscaba «periodistas con un par de huevos» para empezar a verter bombas informativas. Se había cansado de «dar de comer» a otros periodistas que, según él, se habían hecho grandes gracias a él", escribió el redactor.

Los digitales que sacaron primero las grabaciones de la reunión entre Corinna zu Sayn-Wittgenstein, el comisario Villarejo y el ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga –dirigidos por Eduardo Inda y Pedro J. Ramírez– y el que ahora está sacando las que intentan poner en la picota a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, alegan que Villarejo no puede ser su fuente porque está en la cárcel. Pero Gemma Alcalá se lo dejó claro en julio al periodista, que escribió: "La mujer empieza a usar los vis a vis con su marido para intercambiar información sobre su proceso judicial". 

Además, es ella la que, según El Mundo, "también mantiene reuniones con periodistas. Les traslada que en una de sus conversaciones con Villarejo éste le había dicho que había dejado el material a buen recaudo a personas de su confianza. Con un planning y órdenes precisas. Y un plazo: seis meses. «Les ha dicho ya que sólo puede evitar que se publique esa información estando fuera. Que después de ese plazo no podrá hacer nada». Les cuenta que sus últimos viajes antes del arresto han sido a los Emiratos Árabes y a Arabia Saudí". Aunque, el mismo diario puntualiza: "La mujer asegura desconocer quiénes son las personas que le guardan la información bomba".

La mujer de Villarejo dijo que "el Informe Jano, con fichas de jueces, empresarios y políticos, había caído en manos extranjeras"

En julio, su mujer ya aseguraba que "a Pepe le han abandonado los suyos. Ahora nadie parece conocerle pero yo he dado de comer a secretarios de Estado, a altos mandos policiales, a empresarios... Te puedo decir hasta cuáles son sus platos favoritos".

Como hemos explicado en Público, Villarejo ha confirmado este verano que sus compañeros y clientes de Baltasar Garzón, los comisarios Enrique García Castaño y Carlos Salmanca, están maniobrando para colaborar con la Justicia y que sea sólo él quien sea condenado con prisión. De hecho, el excomisario es al único a quien el juez De Egea mantiene en prisión mientras va sobreseyendo las causas en las que están involucrados El Gordo –también conocido como Blasillo por su relación con Fuerza Nueva– y el excomisario de Barajas. Por eso Villarejo ha cambiado de estrategia y se ha lanzado a una venganza contra los que le han 'traicionado', que se puede cobrar el cargo de la ministra de Justicia. 

Además, sigue el relato de El Mundo, "en esos encuentros, Gemma habla del llamado informe Jano, que tiene cientos de miles de datos personales y debilidades de personalidades. Fichas de personas relevantes y carpetas con títulos como control de togas. Porque hubo seguimientos a jueces, empresarios, políticos...». La mujer deja caer que ha caído en «manos extranjeras» y que su marido siempre trató de recuperarlo. «Como salga eso, no te imaginas lo que puede pasar. Son los hilos de seda que si los tocas todo se desemorona», contaba la mujer. Villarejo escribió una carta de advertencia al entonces presidente Rajoy".

Intermediarios con el Gobierno de Rajoy, una dirigente del PP desagradecida y mensajes al Ejecutivo de Sánchez

Acerca del Informe Jano y la información sensible de personalidades de la Justicia, Gemma Alcalá dejó entrever que Villarejo también la tenía en su poder y puso sobre aviso al juez De Egea de que podría ver la luz:

"El pasado abril, Gemma traslada su preocupación a su entorno de que el juez ha pedido a dos agentes de Asuntos Internos que vuelquen todo el material sensible incautado en la casa de Villarejo. «Ahora cualquiera puede filtrar la información y si sale van a acusar a Pepe de haber sido él. Él le pidió al juez que no hiciese eso», comentó. El plazo de seis meses que había lanzado Villarejo para salir de prisión y poder controlar la situación había vencido".

En esta entrevista, la mujer de Villarejo decía confiar en que el Gobierno de Pedro Sánchez fuera más benevolente que el anterior de Mariano Rajoy y acusaba a una dirigente del PP de dejarle en la estacada:

"Paralelamente, un interlocutor de Villarejo insiste al Gobierno del PP en la necesidad de dejarle ya en libertad para evitar que «todo salte por los aires». Están varias semanas repitiendo el aviso. No obtienen respuesta. Llega mayo y la moción que desaloja al PP del Gobierno. Hay un hilo de esperanza en Villarejo, que se siente decepcionado por una dirigente del PP a la que ayudó a solucionar unos problemas personales. Esperan que el nuevo Gobierno mueva sus hilos para lograr su libertad y poder controlar esa información. Varios de sus interlocutores envían varios mensajes al Ejecutivo, que prefiere hacer caso omiso".

Ahora, las amenazas se cumplen.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias