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Las Cloacas de Interior Villarejo, sobre Corinna: "Para ganarme su confianza podía decirle de todo, hasta que podía ser reina de China. Cualquier cosa"

La declaración del comisario encarcelado ante el magistrado de 'Tándem' justo después de publicarse las grabaciones de las conversaciones que él y Villalonga mantuvieron con Corinna Larsen es un relato rocambolesco, plagado de piropos a sí mismo, con detalles que el CNI desmiente y una traición a la examante del rey emérito que, sin embargo, sigue apoyando al policía. Público ha accedido a su contenido íntegro.

Corinna Larsen quiere comparecer por videoconferencia ante el juez desde la Embajada Española en Londres. /Europa Press
Corinna Larsen en una imagen de archivo. /Europa Press

C. del CAMPO / p. López / PILAR L. GONZÁLEZ DE LARA

Pepe Villarejo en estado puro. La declaración del excomisario encarcelado ante el entonces primer magistrado de la macrocausa Tándem, Diego de Egea, hace ahora dos años —apenas dos semanas después de publicarse las ya famosas cintas de Corinna Larsen en dos periódicos amigos de Villarejo—, ofrece un poco más de luz sobre el modus operandi del policía investigado por corrupción. El 26 de julio de 2018 Villarejo era un hombre que pisaba aún más fuerte que ahora: las palabras grabadas a Corinna junto a Juan Villalonga acababan de provocar entonces un terremoto en la Corona que aún no ha terminado.

El magistrado disponía de dos grabaciones localizadas en el domicilio de la mano derecha de Villarejo, Rafael Redondo, "Rafaelito", en el municipio madrileño de Galapagar. Una, prácticamente ininteligible de 2 horas y 15 minutos y otra, de 1 hora y 15 minutos, que se escucha muy bien y sobre la que versará toda la declaración. Se trata de una conversación entre la examante del rey emérito Corinna Larsen, el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, que forma equipo con Villarejo en varios negocios, y el propio comisario.

"Le podía decir que era la Reina de China. Cualquier Cosa"

Ese 26 de julio que declara ante el juez durante menos de media hora, el policía se adentra en un universo de mentiras aderezado de piropos a sí mismo —se autodenomina "espabilado"— y de referencias a su amor por España y a su caballerosidad, que le impide, además de por su condición de abogado, decirle al juez lo que sabe de todo aquello que menciona Corinna: la compra de unos terrenos en Marrakech, los contratos a Álvaro de Orleans y las comisiones del AVE.

Se trata de una rocambolesca historia en la que el aspirante a James Bond cordobés afirma que fue enviado por el CNI a captar a Corinna. "Mi obligación era ganarme su confianza. Podía decirle de todo, hasta que podía ser reina de China. Cualquier cosa", afirma Villarejo cuando el juez le pregunta qué significa "yo te ayudo a ti si tú me ayudas a mí". Y continúa: "Es mi obligación ganarme su confianza y tengo que demostrarle que puede contar conmigo para todo. Tenga en cuenta que esta señora se siente muy amenazada nada menos que por el director del CNI, con todo lo que supone un país tan poderoso como es España. Ella está muy asustada. Entonces tengo que exagerarle la categoría y convencerla de que soy lo más importante del mundo. Nada más lejos de la realidad, ojalá".

"Los encuentros los hago a petición del 'CNI' para recuperar el 'Archivo Jano'"

Durante el encuentro a tres en el piso de Corinna de la exclusiva calle londinense Eaton Square, Villarejo hace varias menciones a los teléfonos de todos ellos, que están apagados y encima de la mesa. Por ello el juez le pregunta cómo realiza la grabación. Y es entonces cuando Villarejo ofrece su sorprendente explicación: "No sabría decirle cómo. Lo que sí sé es que yo antes de esa conversación mantuve un contacto con miembros del CNI, me acompañaron, porque vuelvo a repetir, esos encuentros que tengo con esa señora lo hago a petición del CNI, no porque me aburro por las tardes, no sé qué hacer, voy a ver a la princesa Corinna. Obviamente lo hago... lo hago... porque me lo solicitan".

Público se ha puesto en contacto con el Centro Nacional de Inteligencia que, de manera oficial, transmite que se trata de una estrategia de defensa de Villarejo sobre la que no van a hacer comentarios y que se encuentran a disposición permanente del magistrado dentro de los límites de los deberes de reserva a los que el CNI está obligado por ley.  

A continuación, Villarejo ahonda en la historia y se explaya con el llamado Archivo Jano, el botín último que, según el autoungido como agente encubierto, persigue el servicio secreto español: "Mi primera función era recuperar o poder sonsacarle ganando su confianza [...] porque tenía una especial obsesión el exdirector del CNI [Félix Sanz Roldán] en recuperar el 'Archivo Jano' y bien, esta señora pues tenía una copia. Ese archivo parece ser era muy importante, porque se trataba de contenido de todas las personalidades importantes de este país con un apartado que se llamaba 'control de togas', con información de jueces, fiscales... en posesión del CNI, que había facilitado una copia a alguien que se lo había hecho llegar a esta señora". Según Villarejo, el director del CNI había contactado "previamente" con Corinna "y le había pedido que se lo entregara, incluso la había amenazado, según me comentó esta señora y después yo pude verificar que había un porcentaje importante de verosimilitud en lo que me decía. Incluso que había registrado su casa de Mónaco, en fin, buscando".

Es entonces, siempre según la versión de Villarejo, cuando el CNI claudica y le busca a él como salvavidas: "Como ya no encontraban la forma, dijeron 'vamos a usar a Villarejo, que es muy espabilado y tal, y que él la sonsaque y se gane la confianza de esta señora y le diga dónde está'".

Curiosamente, el periodista Manuel Cerdán, que ha revelado en Okdiario las dos conversaciones grabadas que hasta la fecha se conocen de Villarejo con Corinna, publicó hace diez años una novela titulada El informe Jano, en cuya trama un periodista de sucesos, Juan Montalbán, indaga junto a su amigo el comisario Herrera en un complot orquestado desde el CESID (nombre anterior del CNI) en lo que en el libro se califica de "escalofriante viaje de las cloacas del Estado".

"La furgonetita": ¿Del CNI o de los fondos reservados?

Ante la insistencia del juez De Egea, que quiere saber si a Villarejo esos supuestos agentes del CNI le pusieron un micrófono, la explicación de Villarejo, que se refiere a un "método expeditivo", es aún más sorprendente: "Normalmente yo no presto mucha atención; te dicen 'déjame la chaqueta', se meten en una furgonetita y al cabo del rato salen. Entonces, yo no sé qué me han sembrado [colocación de micrófonos en el argot policial] o qué me han puesto".

Según fuentes no oficiales de los servicios secretos consultadas por Público, el episodio de la "furgoneta" con la que Villarejo adorna su historia es falso. Curiosamente, otra furgoneta ha salido a relucir colateralmente en otro tejemaneje del comisario. El Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía, Eugenio Pino, en el marco de la Pieza Kitchen —donde está imputado—.afirmó que para prestar "servicios a España" se habían comprado muchas cosas, como una "furgoneta".

Villarejo y Villalonga, dos caballeros andantes 

Tampoco es eficaz la insistencia del magistrado para obtener información acerca del contenido supuestamente delictivo de la conversación: los testaferros y las comisiones. Según Villarejo, él no puede romper "el derecho a la confidencialidad" que tiene Corinna porque acude a él como abogado: "Con todos los respetos, esas conversaciones donde yo, digamos, vulneré la confianza de esa señora en mí porque nunca pensó ni que yo la grababa, ni que iba por quien iba y, por supuesto, imagino, que el señor Villalonga tampoco, no habría grabado tan espontáneamente. Lo hizo porque necesitaba un abogado, por tanto me habló a mí [...]". Villarejo invita a escuchar la grabación para que se compruebe ese punto de relación cliente-abogado y se oiga a Corinna diciéndole, según él refiere: "Como abogado quiero darte un poder porque quiero que denuncies a este señor que tal, quiero que dejen de perseguirme, yo quiero una vida tranquila pá pá". 

El comisario prosigue relatando al juez que pone a Corinna en contacto con su empleado Rafael Redondo, con quien mantiene otra conversación, pero previniendo al primero sobre formalizar dicho poder: "No se te ocurra cogerle un poder por escrito porque ya como abogado no podemos seguir en esta dualidad". Concluye su exposición explicando que está sujeto al deber de confidencialidad abogado-cliente. "Entonces, señoría, no me haga decirle todo lo que me contó, porque lo hizo pensando que estaba hablando con su abogado y me parece una indefensión total para esta señora y para personas que menciona en esta conversación".

Dos años después de esta declaración, aumentan las dudas sobre la naturaleza aparentemente subrepticia de la grabación. Fuentes cercanas a la investigación expresan su convencimiento de que las grabaciones fueron guionizadas para mayor provecho de sus protagonistas. ¿Por qué continúa apoyando Corinna a un hombre que la ha traicionado, como describe Villarejo en su declaración ante el juez?

¿Verdad o mentira? Del “agregado militar” al “no te metas en líos”

Este no es el único interrogante que aún rodea el caso. Villarejo declara ante el juez en 2018 que el CNI le encarga ir a "sonsacar" a Corinna. Sin embargo, un año antes, el 15 de febrero de 2017, en una conversación con otro de sus periodistas de cabecera, Daniel Montero, Villarejo se contradice y le cuenta que su jefe policial le ha abroncado por ir a ver a Corinna y que lo sabe porque se lo han contado agentes del CNI. En palabras de Villarejo, según la conversación con el periodista Montero:

"Los cecilios [apodo de los agentes del CNI] fueron a ver a Pino [Eugenio, el DAO] y me crucé con ellos. Me crucé con el numero dos del CNI, que al final me lo he hecho de los míos y lo han echado, lo han mandado a Londres. ¡¡Era el número dos!! Un tío muy normal, que decía: 'Si yo estoy alucinado, le estoy diciendo todos los días al jefe: 'oye, que Villarejo nos interesa, que tiene unas puertas que nosotros no tenemos, que él nos lo ha ofrecido mil veces, que nunca ha puesto pegas cuando le hemos pedido, vamos a dejar de tocarle los cojones y vamos a currar con él, que nos hace mucha falta'".

"Me crucé con él [el supuesto número dos del CNI] que iba con otro, Juan P. [...]. Cuando entro, me dice Pino: 'Se acaban de ir estos. Esto es muy serio. ¿Cómo se te ocurre hablar con Corinna? ¿A ti quién te ha autorizado?'. Le dije: '¿A mí, autorizarme a qué? ¿Cuándo he ido? Un viernes, yo hago con mi fin de semana lo que me sale de la polla'. '¿Por qué no me lo has contado?' 'Yo no tengo que contarte a ti nada'. Y no le conté nada".

"Lo que sí hice a la vuelta fue llamar a este Juan P. y le dije: 'Tronco, ¿cómo se le ocurre al loco de tu jefe amenazar de muerte a esta tía? ¿Estáis locos o qué?'. Me dice: 'No te metas en líos'. La suerte vuestra es que [Corinna] me haya nombrado a mí como su hombre de confianza y no a Javierito Saavedra o... ¿Tú te imaginas que nombra a un abogado que le recomiendan en vez de recomendarme a mí, la que se podría liar en este país? Tontos, si lo que estoy es calmándola, diciéndole que no denuncie".

¿Cuál es la verdad: la que ofrece al juez en 2018 o la que cuenta a su amigo Montero en 2017? Lo que sí es cierto es que Villarejo podría haber cometido un delito de revelación de secretos al revelarle a Montero la identidad del supuesto espía que le "acompaña" hasta la puerta de Corinna en Londres y acciona la misteriosa furgoneta. Se trata de RS-P, al que califica ante el juez de "agregado militar", del CNI. Un error de bulto cuando cualquier persona medianamente informada sabe que el representante del CNI en una embajada nunca es el agregado militar. Un sorprendente desliz en boca de un comisario principal que equivaldría en la profesión militar a un general de tres estrellas. ¿Verdad o mentira? Pepe Villarejo en estado puro.

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