Este artículo se publicó hace 4 años.
CoronavirusAndorra afronta el bloqueo por el coronavirus: "La pandemia económica ha llegado antes de que la sanitaria"
En el Principado hay actualmente 39 casos de coronavirus. Aunque esta cifra pueda parecer menor, la dependencia de Andorra de los países de su alrededor ha acelerado la toma de medidas y también ha adelantado el impacto económico de la crisis. El país tiene las fronteras cerradas ‘de facto’ y toda la actividad comercial y turística parada.
Emma Pons Valls
Madrid-
Andorra afronta una situación sin precedentes por la crisis del coronavirus. Actualmente hay 39 casos positivos en el Principado, pero aunque esta cifra pueda parecer menor en comparación con la de los países de su alrededor, la dependencia exterior ha acelerado la toma de medidas y el impacto económico del virus.
"La pandemia económica ha llegado antes de que la sanitaria", explica a Público Iago Andreu, director-gerente de la Confederación Empresarial Andorrana (CEA). La situación de los contagios es muy inferior que en España y en Francia, pero cuando estos países comenzaron a detener la actividad económica, ya se notó el impacto en el Principado. "Las consecuencias económicas del coronavirus nos han llegado antes que el propio coronavirus", enfatiza el empresario.
Los contagios son muy inferiores que en España y Francia, pero se ha notado el impacto en el Principado
Andorra, que cuenta con 76.000 habitantes, recibe anualmente unos 8 millones de visitantes. La economía está fuertemente centrada en el sector servicios, especialmente el turismo. "Antes de que el Gobierno tomara ninguna medida ya había sectores, como el hotelero o el del comercio, con bajadas de facturación de alrededor del 30%", apunta Andreu.
Con una economía de este tipo, el impacto actual de la crisis del coronavirus "es del 100%". Aunque Andorra no ha cerrado las fronteras, sí lo han hecho los países vecinos. "No han decretado el cierre porque cuando cierras la frontera española y la francesa, y además paras toda la actividad comercial y turística, ya no viene nadie", señala Andreu.
El pasado viernes el Gobierno andorrano decretó el cierre de todos los establecimientos, excepto los comercios que vendan productos de primera necesidad, gasolineras y farmacias, al igual que Cataluña, cuando la cifra de contagios era de tan sólo dos personas.
Medidas preventivas
"Aquí comenzaron a tomar medidas mucho antes que en Cataluña. No se ha esperado a una cifra significativa de casos para empezar a tomar precauciones", apunta Anna Ribas, periodista del Diari d’Andorra. Viendo la aceleración de los acontecimientos en los países de alrededor, se tomaron medidas de forma preventiva.
"No estamos al borde del colapso sanitario, pero es lo que quieren evitar a toda costa y por ello las medidas se han tomado así de rápido. Al ser un país tan pequeño, puedes tener más control, pero los recursos médicos también son inferiores", añade Ribas.
Al cierre de establecimientos se sumó la aprobación de un decreto que obligaba a partir de este martes al cese de la actividad de los sectores de la construcción, industrial y de determinadas profesiones liberales.
El objetivo es que no se lleven a cabo actividades de riesgo para evitar "un uso excesivo de los recursos sanitarios", en palabras del jefe de Gobierno, Xavier Espot. También se anunció la reducción al mínimo de la actividad de las administraciones públicas.
"Andorra sólo nos tiene a nosotros"
El Gobierno andorrano ha apelado de forma reiterada a la responsabilidad de la ciudadanía, y las autoridades instan al autoconfinamiento desde hace días. "Andorra sólo nos tiene a nosotros", afirmó Espot este lunes, y destacó que el coste de esta crisis económica se deberá repartir entre trabajadores, empresarios y administración pública, según recoge Europa Press.
El Gobierno recogerá en una Ley Ómnibus las principales medidas para hacer frente a la crisis, entre las que se incluyen la modificación de la ley de presupuesto y del marco presupuestario para aumentar la capacidad de endeudamiento del Estado.
Andorra no pertenece a la UE a y no tiene acceso a los mecanismos de liquidez del Banco Central Europeo ni del FMI
Ribas lo ve claro: "Esta crisis nos impactará de forma muy fuerte, teniendo en cuenta que no somos ni de la Unión Europea (UE) ni del Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo tendremos que asumir entre nosotros, y todos los actores acabarán perdiendo".
Andreu apunta que no tener acceso a los mecanismos de liquidez del Banco Central Europeo o el FMI dificulta la adopción de planes similares a los que han promovido España y Francia.
"Andorra tiene un músculo fiscal y financiero reducido, pero a la vez, hay menos presión tributaria y un menor deuda pública", apunta el empresario. Estos factores mitigarán las consecuencias de no pertenecer a estos organismos, defiende.
"El Gobierno tendrá que rascarse el bolsillo. Pero también las empresas públicas de suministros básicos. Las empresas ya lo estamos haciendo. Y deberá trasladar el esfuerzo a los trabajadores, la banca ... No es una cuestión que se tenga que afrontar desde los intereses de cada parte", explica Andreu.
Para la CEA, el objetivo es que se pongan todas las medidas sobre la mesa "para que el tejido productivo quede el menos afectado posible". Esto permitiría, una vez superada la crisis, el reinicio económico. "La prioridad es mantener el tejido productivo y los puestos de trabajo", destaca Andreu.
La presidenta de la Asociación de Comerciantes y Propietarios de la avenida Meritxell, Sonia Yebra, lamenta que "la previsión no es buena", y añade que cuando se reinicie la actividad, "no será la normal". "Las empresas que puedan reabrir estarán en una situación crítica y complicada", apunta.
Los comerciantes dan por perdida no sólo el final de la temporada de esquí, sino también la Semana Santa. "Habrá muchas empresas que quizás financieramente no podrán soportar la situación. Pedimos también medidas para estos negocios que tengan que cerrar", añade Yebra.
Desde la Agrupación de Comerciantes del Eje Central, a la que pertenece Yebra, piden al Gobierno que tome medidas para facilitar la suspensión de alquileres e hipotecas de los locales, el aplazamiento del pago de impuestos y, sobre todo, ayuda para garantizar el pago de los salarios a los trabajadores, un hecho que consideran "el más importante y prioritario".
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