La secretaria general del PP recuperó ayer las reuniones con el Comité de Dirección de su partido y la comparecencia posterior ante los medios tras siete semanas sin aparecer por la sala de prensa de la sede nacional del partido. El lunes pasado ya hubo un tímido adelanto de que estas ruedas de prensa semanales podían ser retomadas con la convocatoria del vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons (número cuatro del organigrama), cuya comparecencia coincidió prácticamente con la que iba a ser otra conjunta de Mariano Rajoy y el primer ministro británico, David Cameron, y que se quedó sólo en tres preguntas al presidente del Gobierno por la muerte de Margaret Thatcher, que obligó al mandatario inglés a regresar precipitadamente a Londres. También el domingo, María Dolores de Cospedal partició en un acto del PP en una cafetería madrileña, al que acudieron algunos periodistas invitados por el partido y se trataron temas de actualidad, como los escraches, que la número dos del PP comparó con el nazismo.

Hoy, la secretaria general del PP preside en la calle Génova la reunión constitutiva de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Instituciones y Regeneración Democrática y, dos horas más tarde, acude al Congreso de los Diputados a presidir también la reunión Plenaria del Grupo Parlamentario Popular, escoltada por el portavoz, Alfonso Alonso, y el Consejo de Dirección de los conservadores en la Cámara Baja. Cospedal ha dejado pasar el suficiente tiempo para que la figura de Bárcenas sea sustituida en las portadas de los periódicos por la crisis de la Corona en sus distintas vertientes (la actualidad sobre Iñaki Urdangarin, la imputación de la Infanta o las encuestas sobre la Monarquía), pero que convergen todas en un declive abrumador de la valoración de la Jefatura del Estado por parte de los españoles.

A la también presidenta de Castilla-La Mancha -ninguno de los consultados lo puede negar-, le ha venido bien la crisis de la Corona para que la rueda de prensa de ayer, por ejemplo, no volviese a ser un monográfico sobre el PP y los casos Gürtel, Bárcenas o las fotos de Alberto Núñez Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado. Además, la secretaria general del PP ha blindado el mensaje del partido sobre los controvertidos papeles del ex tesorero: el caso está judicializado y serán los jueces quienes tengan la palabra sobre él. Por otro lado -y siempre sin salirse del guión judicial-, el gabinete de asuntos jurídicos del PP está estudiando poner una denuncia al abogado y ex diputado del partido, Jorge Trías, por filtrar unas fotocopias de unos papeles que son 'falsos' para la número dos del PP.

El PP está convencido de que el caso de los llamados papeles de Bárcenas va a terminar mejor de lo que preveían al principio. El enfrentamiento que ha surgido entre el presunto filtrador de los papeles, Jorge Trías, y el propio Bárcenas, debilita la posición del ex tesorero nacional del PP, cuyos argumentos se tambalean aun más -siempre según el entorno de la calle Génova- al descubrirse un juego de intereses mutuos entre el dueño de los papeles y el filtrador de las fotocopias de éstos, con un fin común: 'vengarse del PP', aseguran en el partido; particularmente, de Cospedal.

El debate sobre la conveniencia o no de reformar a fondo la institución monárquica ha sido bien acogido por Cospedal por la oportunidad para sus propios movimientos en Madrid, aunque no tanto por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Fuentes cercanas al ex alcalde de Madrid lo señalaban ayer como el autor de la filtración al diario El Mundo sobre una ley de la Corona en la que estaría trabajando el Gobierno de Rajoy. Sin embargo, el ministro ha negado, en primer lugar, ser el autor de esta noticia, pero también ha descartado que La Moncloa esté trabajando en ninguna ley sobre la Corona. Un portavoz de Gallardón ha señalado a Público que el ministro se quedó 'muy sorprendido' con la noticia; máxime al conocer que se le atribuía el contenido. En este sentido, y en un acto celebrado a última hora de la tarde de ayer en la sede del diario La Razón, Ruiz-Gallardón negó categóricamente que el Ejecutivo estuviese trabajando en ninguna ley sobre la Corona.