SAN FERNANDO DE HENARES (MADRID).- Álvaro Pérez, ‘El Bigotes’ de la trama Gürtel, era “un artista” innovador, que introdujo para el Partido Popular la fórmula del mitin con un escenario central y gente delante y detrás del orador. Pero es “un desastre en el ámbito económico, sería capaz de arruinar una mina de oro en explotación”.

Así ha exculpado el ‘número dos’ de la trama, Pablo Crespo, al responsable en Valencia de la empresa Orange Market, sentado en el banquillo con él y que ha definido como “el mejor escenógrafo que conozco”.

El primer mitin en el que Álvaro Perez introdujo esta fórmula de escenario circular rodeado de gente fue para José María Aznar como presidente del Gobierno. Pero 'El Bigotes' era un desastre, tanto en el trabajo como en lo personal: no entendía de logística, ni tenía límite para gastar, ha añadido. "Estoy seguro que el señor Pérez no sabe lo que es un balance"

Crespo responde en su tercera jornada de interrogatorio a las preguntas de las defensas de los 36 acusados restantes. La mano derecha del líder de la trama, Francisco Correa, ha revelado que el grupo de empresas de Gürtel no firmaba préstamos con bancos, ni tenía tarjetas de créditos para sus directivos. Crespo se define como un “maniático en los costes”.

Exculpa a los administrativos

Otros de los exculpados por Crespo han sido José Luis Izquierdo, el contable, y la administrativa Alicia Mínguez, a quienes sitúa en el escalón más bajo de las empresas. De Izquierdo ha asegurado que sólo tenía estudios de bachillerato; era un mandado que no tenía “personalidad ni carácter” para actuar de forma autónoma a Correa.

También ha eximido de responsabilidad a la exmujer de Correa, Carmen Rodríguez Quijano: "No ha tenido jamás ninguna capacidad de decisión ni ningún papel específico dentro de las compañías" de su marido.

A preguntas del defensor de Luis de Miguel, acusado de ser el cerebro financiero de Gürtel, Crespo ha reconocido que no participó en el reparto de beneficios de los trabajos electorales realizados para el PP a través de la empresa Spinnaker 2000.

En cambio, de Isabel Jordán ha asegurado que tenía “poder de decisión sobre cuatro empresas”. Tanto Correa como Crespo intentan demostrar en el juicio que Jordán no es la administrativa que aparenta ante el tribunal, sino una pieza clave de la red. La acusada aparece siempre cabizbaja durante el juicio, con el cabello cubriéndole el rostro.

Jordán tenía el poder de decisión en cuatro empresas de eventos. “Supervisaba y dirigía, era la persona de más nivel en esas empresas”. A preguntas de su defensor, ha aclaro que no se dedicaba a contestar llamadas, coger el correo, o montar un evento, sino que iba a supervisarlo", afirma el número dos y gerente de la trama.