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Curiosidades de la declaración de Correa: del Atleti, fue a un mitin de La Pasionaria, y no sabía qué es cohecho

El líder de la trama Gürtel dice que desconocía el nombre de algunas de las compañías del caso y que nunca comprobaba los estractos de sus cuentas en Suiza.

Imagen del monitor de la sala de prensa de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares durante la declaración del presunto cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa. EFE/Fernando Villar

EUROPA PRESS

MADRID.- La extensa declaración prestada por el cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, ha estado plagada este jueves de anécdotas curiosas. A medida que transcurrían las horas, el empresario ha mostrado una actitud más relajada y ofrecido varias 'perlas' durante su testimonio. Por ejemplo, ha desvelado que es seguidor del Atlético de Madrid y que sus afinidades políticas van orientadas "más hacia el otro bando" que hacia el PP.

Pocos minutos después de iniciar su declaración, Correa se ha referido a su falta de experiencia en la organización de mítines. Ha recordado que cuando los 'populares' le encargaron su primer acto político, su experiencia era nula. "Sólo había acompañado a mi padre en una ocasión en el 75 o 76 a un acto con La Pasionaria. Mi padre lloraba, el hombre", ha afirmado.

Correa ha quitado hierro, en distintas ocasiones, a las irregularidades que se le imputan a la trama. No le preocupó conocer que podía estar sometido a escuchas porque no se dedicaba a actividades terroristas y nunca ha matado a nadie. "No soy el socio de Bin Laden ni nada de eso", ha dicho emulando a Belén Esteban.

NO SABÍA QUÉ ERA EL COHECHO

También ha transmitido la sorpresa que le produjo el inicio de la investigación judicial en el año 2009, dirigida por el entonces juez Baltasar Garzón. Entonces no sabía -ha recordado- ni lo que era el delito de cohecho.

Aún a día de hoy se muestra dolido porque el exmagistrado no le llamara para avisarle. "No tengo nada contra Baltasar Garzón, nada en absoluto, pero me podía haber llamado", ha dicho.

En su opinión, sólo el componente político provocó la apertura de la instrucción. Sí, le habían "pillado con el carrito del helado", pero sin ese factor que le vinculaba al PP la cosa hubiera quedado en "un tirón de orejas" o "una multa importante y nada más".

También ha mostrado su extrañeza por el hecho de que la compra de regalos para distintos cargos públicos se considere delictiva. Ha defendido que es "práctica habitual" y destacado que "una conocida empresa del sector cerámico" incluso llegó a agasajar a sus mejores clientes con un crucero. "Alquilaron el 'Queen Mary' y se fueron a Nueva York", ha dicho.

"Es que ya no se pueden hacer regalos ni en Navidad", se ha quejado en otra ocasión, a la par que ha negado ser el 'Don Vito' de El Padrino, como apuntaron varios de sus empleados en sus declaraciones judiciales. En este punto ha reconocido que fue en estas fechas señaladas cuando envió en alguna ocasión, corbatas al expresidente valenciano Francisco Camps.

En distintos momentos del interrogatorio, ha criticado la traducción al alemán de su apellido para bautizar la trama. En su opinión, debería llamarse 'caso Correa'. "Yo soy español y prefiero la palabra en castellano".

El trabajo que efectuaban sus empresas, y que él no conocía en detalle, era perfectamente legal y similar al de los lobbys, ha defendido. De hecho, incluso desconocía el nombre de algunas de las compañías de la trama y nunca comprobaba los estractos de sus cuentas en Suiza.

"No soy un tío al que le haya preocupado saber exhaustivamente lo que tiene y lo que no tiene", ha sentenciado.

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