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Así debate el PP: 400 dirigentes en la Junta Directiva y ninguna intervención

Los conservadores cierran filas a un mes del inicio de la campaña electoral para el 24-M. El silencio se interpreta como una tregua, pero no pone fin a las tensiones internas.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el centro, durante la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP el martes 7 de abril. EFE/Javier Lizón

MADRID.- "Este partido tiene 800.000 militantes. ¿Cuántos han hablado? Aquí hoy tenían ustedes a 400 y no ha habido ni una crítica. Ahí tienen la respuesta". Así se despidió ayer la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, de los periodistas que aguardaban en la puerta de la sede nacional del partido a que saliesen sus dirigentes, tras concluir la reunión de la Junta Directiva Nacional.

Otros responsables, como el diputado castellano-manchego, Agustín Conde, hombre muy próximo a Dolores de Cospedal, sostenían a los medios que "nunca" ha habido tensión interna. Conde fue uno de los integrantes del núcleo duro de la secretaria general que esta Semana Santa arremetía contra quienes critican y cuestionan la unidad del PP y a sus líderes, Mariano Rajoy y Cospedal. Y este martes, Conde hizo, en definitiva, lo que 24 horas antes dijo que había que hacer: "Callar y obedecer".

Agustín Conde, diputado muy próximo a Cospedal, aseguró hace unos días que lo que tienen que hacer los miembros del PP es "callar y obedecer"

"Callar y obedecer" fue lo que hicieron, de hecho, los 400 dirigentes que asistieron únicamente a escuchar, por este orden, al director de campaña y número tres del PP, Carlos Floriano; a Cospedal, y al presidente del Gobierno. Y aunque se abrieron dos turnos de réplica (después de los discursos de la secretaria general y de Rajoy), según las fuentes consultadas, nadie los usó; nadie pidió la palabra. Ni Esperanza Aguirre, presidenta del PP de Madrid y candidata al Ayuntamiento; ni Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso; ni Luisa Fernanda Rudi, presidenta de Aragón,... Por citar a las más habituales usuarias del turno de réplica. Nadie. 

Bárcenas, Ciudadanos o las encuestas

Sin embargo, y a pesar de este aparente cierre de filas en torno a Rajoy y su estrategia electoral basada en vender los logros económicos del Gobierno, la sensación que cunde entre los conservadores es que el silencio sólo es producto de una tregua en medio de la batalla interna que hunde sus raíces en los casos de corrupción que acogotan a los dirigentes del PP.

Las responsabilidades por el caso Bárcenas o por la gestión del escándalo, el impacto que está teniendo este asunto en las encuestas electorales y la incertidumbre sobre cómo abordar la irrupción de Podemos y Ciudadanos se mezclan con las malas expectativas demoscópicas en un cóctel que, de momento, el presidente del Gobierno parece haber conseguido arrinconar hasta el 24 de mayo. Pero en el PP creen que si la debacle se confirma, los movimientos en el partido contra la cúpula serán un hecho.

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