Tres horas después de que Pedro Sánchez abandonara el hemiciclo tras la derrota parlamentaria y la devolución al Gobierno de los Presupuestos Generales del Estado, desde La Moncloa se informó escuetamente de que "el viernes se celebrará Consejo de Ministros" y, tras la reunión, "se dará a conocer la decisión del presidente del Gobierno".

Tan escueta fue la información que ni siquiera se precisó si la decisión era sobre el adelanto de las elecciones generales, aunque previamente ya se había informado que la postura sobre este aspecto se tomará en una reunión en el Consejo de Ministros.

Hasta entonces,no está previsto que el presidente del Gobierno comparezca públicamente, y las 48 horas que falta las ocupará, según fuente de La Moncloa, en conversar con personas de su más estricta confianza para tomar la decisión.

Sánchez estuvo más de diez horas sentado en el martes y el miércoles en su escaño, donde asistió mundo y casi impertérrito al debate a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado. Una vez concluida la votación, con la derrota del Gobierno, Sánchez avanzó por el pasillo del Congreso sin hacer la más mínima valoración de lo ocurrido, para coger su coche oficial y dirigirse a La Moncloa.

A nivel oficial, la única información que se ofreció es que el presidente estaría en La Moncloa durante todo el día, "donde continuará con su agenda de trabajo", y ni sus más cercanos colaboradores conocían sus planes.

En cuanto a la fecha electoral siguen los cábalas, aunque el día que prácticamente se maneja ya en todo el entorno del Gobierno es que las elecciones se convocarán el 28 de abril. Eso sí, oficialmente, la respuesta es que el presidente todavía está meditando cuándo fijar la fecha electoral y que siguen abiertas otras posibilidades.

En el Grupo Socialista, no obstante, se empezó el mismo miércoles a plantear un cambio de parlamentarios en la Diputación Permanente, por lo que dan casi por hecho las elecciones para el 28 de abril, aunque todavía no se ha formulado dicha petición a la Mesa.

Con esta modificación, que debe ser hecha antes de la disolución de las Cortes, Sánchez quiere tener en la Diputación Permanente un grupo más fiel y de diputados con mayor peso político, de cara a las cuestiones que puedan plantearse en el periodo transitorio.