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Una década de la mayoría absoluta de Rajoy: cuando el PP no dependía de la ultraderecha

Se cumplen 10 años de la última gran victoria electoral de los populares, en una época donde el bipartidismo seguía muy fuerte. A partir de las siguientes elecciones todo fue distinto. Varios protagonistas de los conservadores en aquellos tiempos analizan los cambios que se han producido desde entonces a diferentes niveles.

El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda a los simpatizantes del PP desde el balcón de Génova tras lograr la victoria electoral el 20 de noviembre de 2011.
El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saludando desde el balcón de Génova tras ganar las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011. - Diego Crespo /EFE

Echar la vista atrás diez años, tal y como está la política en este país, genera cierto vértigo. En estos tiempos cambiantes, una década es un abismo. Un ejemplo claro es lo que pasó la noche del domingo 20 de noviembre de 2011. España celebraba elecciones generales inmersa en una crisis económica que había desgastado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Ocurrió entonces lo esperado, la vuelta del Partido Popular (PP). Mariano Rajoy, que ya era un veterano y experimentado cargo político, obtuvo aquel día más de 10,8 millones de votos y una amplísima mayoría absoluta con 186 escaños. Eran otros tiempos, los del bipartidismo y la no dependencia de la extrema derecha. 

Fue la mayor victoria del PP en la historia, superando los registros de José María Aznar del año 2000. El PSOE, cuyo candidato fue Alfredo Pérez Rubalcaba, perdió mucha fuerza y se quedó en 7 millones de votos y 110 diputados. La tercera fuerza fue la IU de Cayo Lara, que subió en votos y escaños hasta llegar a los 11. La otra fuerza que se presentó a nivel estatal era por entonces UPyD, con Rosa Díez y únicamente 5 diputados. El resto de escaños, 38, se repartía entre las fuerzas nacionalistas y periféricas. 

Un mapa político completamente diferente al actual. Meses antes se había producido el 15-M, que puso el tablero patas arriba pero tres años después. Algunos en el PP lo vieron venir. Es el caso del actual eurodiputado José Manuel García Margallo. Por entonces era el vicepresidente de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo y tras los comicios de 2011 fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores.

"Yo estuve en Sol. El sistema se cayó. Había un germen de descontento que presagiaba todo lo que iba a pasar. Recuerdo que el no nos representan indicaba que había un vacío de poder. Sale Cs y luego Vox. Se ha dinamitado todo el mapa de la Transición. En las elecciones europeas de 2014 se producen unas circunstancias que indican que las cosas ya no iban a ser nunca como fueron", comenta en conversación con Público. Desde su punto de vista, aquel fue el momento en el que se "deberían haber actualizado las instituciones" y recuerda que él mismo lo intentó. 

Margallo era muy cercano a Rajoy aquellas fechas. "Le mandé 500 folios de informes económicos", recuerda. La repercusión de la crisis financiera, el cambio de la Constitución Española (artículo 135), que supuso un "giro radical a la política que había seguido Zapatero" y su propia renuncia a presentarse como candidato eran, para el exministro, "acontecimientos que indicaban que el triunfo del PP iba a ser de una magnitud como luego fue". 

"Rajoy nos dijo que todos nuestros familiares se iban a acordar de nosotros porque las medidas que íbamos a tomar no podían ser menos simpáticas"

"Las dificultades del Gobierno del PP iban a ser de una magnitud grande. No había nada que cuadrase, estábamos en una situación de desempleo de magnitudes históricas, con desequilibrio de cuentas públicas como no habíamos conocido desde la Transición. Sabíamos que la tarea con la que nos íbamos a encontrar iba a ser urgente. El presidente, en la cena de Navidad, nos dijo que todos nuestros familiares se iban a acordar de nosotros al día siguiente porque las medidas que íbamos a tomar de forma inmediata no podían ser menos simpáticas", recuerda Margallo sobre aquellos días. 

Muy cercano al expresidente del Gobierno era también José María Lasalle. El profesor universitario, diputado las legislaturas anteriores y miembro de la dirección del PP, fue nombrado secretario de Estado de Cultura tras la victoria de Rajoy, con el que mantenía una estrecha relación de confianza. En 2018 se dio de baja del partido. "Políticamente lo recuerdo en la lejanía más absoluta, me parece increíble que en este país se pudiera lograr una mayoría absoluta. Por tanto, la impresión política te lleva casi a un abismo referencial donde es muy difícil reconocer lo que vivimos en la situación actual", explica a este medio.

Dice Lasalle que "en lo personal fue un momento muy importante, la consecuencia de haber estado acompañando a Rajoy desde 2004 en la construcción de su liderazgo". Para el exdiputado popular, había una "sensación abrumadora" de que el reto que tenían por delante era "complicadísimo" por la crisis financiera que "avanzaba como un tsunami". "No sabíamos si las herramientas que te daba una mayoría absoluta iban a ser suficientes para poder contener el impacto de la situación que se nos venía encima", apunta. 

Otro miembro relevante del equipo cercano a Rajoy fue José Luis Ayllón. Hasta 2011 había sido diputado y desempeñó varios cargos dentro del PP. En 2011 fue nombrado secretario de Estado de Relaciones con las Cortes en el Ministerio de la Presidencia. Alejado de la política de partido, en la actualidad es consultor político. "El panorama político era muy diferente. Había dos grandes partidos y no se esperaba la presencia fuerte de otras formaciones. El país estaba en una crisis absoluta, el último año y medio de Zapatero fue muy difícil para el Gobierno y el país. La situación era que se necesitaba un cambio", afirma. 

Desde su punto de vista, no se puede hacer una similitud de la situación de crisis de 2009 a 2011 con lo que está pasando ahora y cómo puede afectar a las elecciones de 2023. "No está claro que en 2023 vayamos a estar en un escenario parecido. Lo más normal es que estemos en un periodo de recuperación, que también hay que gestionarla adecuadamente, pero no es igual", afirma. 

¿La última mayoría absoluta de la historia?

En 2015, la irrupción de Podemos y Ciudadanos cambió la composición parlamentaria. Luego en 2019 entraría también Vox. Todos los protagonistas consultados coinciden en destacar la dificultad que supone vislumbrar una próxima mayoría absoluta en las elecciones generales como la que obtuvo Rajoy.

Ayllón: "Se ha sustituido el bipartidismo por el bibloquismo"

"Todo parece indicar que no va a haber mayorías absolutas, que el bipartidismo no va a retornar y que las únicas fórmulas posibles pasan por Gobiernos de coalición. Y eso hace el tema todavía más preocupante porque solo hay dos posibles. Una es Sánchez con Unidas Podemos o como se llame la fórmula, más todos los partidos regionalistas y secesionistas, en una situación en la que Sánchez va a estar más débil que ahora. Y la otra fórmula sería PP junto a Vox", afirma Margallo. 

Para Ayllón, "es difícil que desaparezcan los partidos a izquierda y derecha del PSOE y PP o que tengan un resultado tan pequeño" como para que vuelvan las mayorías absolutas. "Se ha sustituido el bipartidismo por el bibloquismo, Hemos pasado a dos grandes bloques y prácticamente cuando haces una encuesta directamente ya no te dicen quién gana las elecciones sino quién suma para gobernar", añade. 

Lasalle también coincide en señalar que "es difícil identificar un escenario parecido al de 2011". Destaca que entonces "no había polarización en sentido estricto" sino que "había una competencia muy agresiva en términos políticos".  "La polarización es la consecuencia natural de esa competencia agresiva del bipartidismo y que ahora dentro de esa política de bloques se retroalimenta y estimula aún más porque se desinhibe", apunta el exintegrante del PP. 

Relaciones con Vox

En el bloque de la derecha, el PP mira a Vox, especialmente tras neutralizar la amenaza de Cs. Las relaciones con el partido ultraderechista liderado por Santiago Abascal es uno de los temas espinosos para los populares. El propio Rajoy o dirigentes cercanos a él como Alberto Nuñez Feijóo han alertado, en genérico sin nombrarlos, a Pablo Casado sobre el peligro de los "populismos". Y hay más voces que mantienen sus reticencias con un posible acercamiento de los populares a esta fuerza política. 

Para el exministro, una coalición de su partido con Vox "tampoco es buena para España" porque "partiría el país en dos", "resucitaría las dos Españas, que es precisamente lo que queremos evitar los hombres de la Transición como yo y nos colocaría en una situación descolocada en la UE". Esto, según su visión, provocaría no abordar "los problemas reales del país". Y en este punto opina que la solución ideal "es una Gran Coalición, con un programa concreto y un determinado tiempo" junto al PSOE.

Lasalle: "El PP está volcado en tratar de salvaguardar un electorado más conservador y ha renunciado a proyectarse como un espacio de centralidad política"

Reconoce, no obstante, que no es posible en la actualidad. "Se necesitan unos nuevos Pactos de la Moncloa, un nuevo pacto institucional. Dos años para poner encima de la mesa las reformas necesarias, y después de esos dos años disolver y que cada partido se presente con sus siglas. Y a quien Dios se lo dé, San Pedro se lo bendiga. Pero vamos a dejar la casa arreglada antes", afirma. 

"El PP hace 10 años era un partido de centroderecha, un partido de masas que trataba de aglutinar un espacio electoral muy amplio. Con un espectro de mucho alcance desde lo que ahora se ha destapado claramente como una extrema derecha a unas posiciones colindantes con la socialdemocracia. Esa realidad se ha roto, y el aglutinante que permitía centrar las posiciones se han roto y no van a volver a recomponerse", considera Lasalle.

Destaca que "el PP está volcado en tratar de salvaguardar un electorado más conservador y ha renunciado claramente a proyectarse como un espacio de centralidad política y de confrontarse con la extrema derecha". Eso, para el ex alto cargo de Rajoy "es un horror de estrategia política". En este sentido, pone de ejemplo el cordón sanitario de otros partidos socios del PP en Francia y Alemania. "Veremos a Vox gobernando", añade alertando sobre lo que ha pasado en Italia, donde los partidos de extrema derecha cuentan con una hegemonía en el bloque derechista. "Normalizar a la extrema derecha significa que los más cafeteros eligen al café solo y no al café con leche", concluye. 

Cambios en el PP

Es obvio que en las filas del PP han cambiado muchas cosas. Lo primero, sus dirigentes de relevancia. Rajoy salió abruptamente tras la moción de censura de 2018, provocada por los casos de corrupción que venían conociéndose desde años atrás, especialmente desde 2013 con los papeles de Bárcenas. "Es una generación radicalmente distinta en el PP. El parecido entre aquel PP y este es muy débil. No solo en el PP, Pedro Sánchez tampoco tiene mucho que ver con Rubalcaba", afirma Margallo, quien presentó su candidatura en las primarias que encumbraron a Casado como líder del PP. 

Muy claro se explica Ayllón en este sentido. Y tira de símil futbolístico. "Puedes tener una plantilla distinta pero si mantienes el estilo de juego, no pasa nada. El problema es que aquí has cambiado a las figuras pero también el estilo de juego. Habrá que ver cómo se interpreta por parte de los votantes. Compites por el voto y por la hegemonía. Nosotros en 2011 competíamos con el PSOE solo, pero ahora también con el otro trozo del tablero de la derecha. Eso tiene su táctica distinta", destaca.

Destaca Ayllón que Rajoy en 2011 había sido vicepresidente o ministro. "Era una persona que tenías la sensación de que en el momento en que se sentara en Moncloa sabía exactamente lo que había que hacer, pudiendo estar más o menos de acuerdo con él. Eso ahora no es tan evidente", afirma. "Tenía un equipo, Rajoy se supo rodear de las personas más idóneas independientemente de su simpatía o relación personal en el partido. No miraba la situación interna. Y eso tampoco lo estoy viendo", añade. Para el exasesor y ex alto cargo de Rajoy, "la crisis de Madrid desgasta mucho a un partido como el nuestro".  

Las semanas previas a este aniversario especial no han sido muy tranquilas para el PP. Desde el estallido del conflicto de Casado y Génova con Isabel Díaz Ayuso a la situación en Andalucía, donde sobrevuela un posible adelanto electoral, pasando por las duras críticas vertidas por la exportavoz Cayetana Álvarez de Toledo en su nuevo libro. Las encuestas siguen siendo favorables a los populares pero con poco margen y unos datos que demuestran una inevitable alianza con Vox, sea dentro o fuera del Gobierno. Una década que parece una vida entera. 

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