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Elecciones Cataluña La debacle en Cataluña cuestiona a una Arrimadas que trata de mantener a flote a Cs

 La formación naranja ha pasado de ser primera fuerza en las autonómicas de 2017 a perder 30 escaños y 20 puntos en apenas tres años. Este fracaso sin paliativos confirma los peores augurios de un partido que trata de sobrevivir.

El candidato a la presidencia de la Generalitat por Ciudadanos Carlos Carrizosa (i) y la presidenta del partido Inés Arrimadas comparecen para valorar los resultados electorales, hoy domingo en Barcelona.
El candidato de Cs a presidir la Generalitat, Carlos Carrizosa, junto a la presidenta de la formación, Inés Arrimadas (2i), en el Parlament de Cataluna. Toni Albir / EFE

Ciudadanos acumula debacles y crisis a sus espaldas. Este 14 de febrero aquellos electores que auparon a Inés Arrimadas en la primera posición en los anteriores comicios autonómicos han decidido dar la espalda a Carlos Carrizosa. La formación ha perdido 30 escaños y 20 puntos en apenas tres años y es inevitable retrotraerse a la estrepitosa caída de las generales de 2019, tras las cuales su presidente, Albert Rivera, tuvo que dimitir.

Ahora los naranjas sufren una nueva derrota en el territorio en el que nacieron en el año 2006, Cataluña, y se sitúan en penúltimo lugar, sorpassados por Vox y únicamente por encima del Partido Popular de Cataluña (PPC). El partido pasa de primea a séptima posición con un total de 141.964 votos, perdiendo casi un millón de votantes en apenas tres años.

A la debacle se le suma una fuerte tensión a nivel interna. Según las fuentes consultadas recientemente por Público en Ciudadanos, hay quien da por sentado que, con este resultado, deberían depurarse responsabilidades —mediante ceses o dimisiones— o, en un caso más extremo, celebrar un nuevo Congreso Extraordinario para volver definir el rumbo del partido. No ha pasado ni si quiera un año desde el anterior. Todas las miradas apuntan al director de campaña, y hombre fuerte de Arrimadas, Carlos Cuadrado, aunque la propia líder de la formación también está muy cuestionada.

Desde que obtuvo 36 escaños y un 25,35% de los votos en los comicios de 2017, Cs ha ido de mal en peor en los últimos años en la región: en las elecciones municipales de 2019 los naranjas obtuvieron 178.330 votos, el 5,11 % del total. En la ciudad de Barcelona la candidatura de Manuel Valls fue un fracaso: perdió fuelle en la zona del cinturón metropolitano, donde Arrimadas se impuso en 2017, y los electores optaron en su lugar por el candidato socialista, Jaume Collboni. En las generales del 10-N, los naranjas fueron la octava —y última— fuerza con representación en Cataluña, por detrás del PP y de Vox.

Cs solo conserva 5 de los 24 escaños que obtuvo Arrimadas en la provincia de Barcelona

Los resultados de estos comicios autonómicos han sido devastadores: de los 24 escaños que consiguieron en 2017 en la provincia de Barcelona, Cs solo ha logrado cinco, entre ellos el Carrizosa, el de la periodista Anna Grau, 'fichaje' estrella de estos comicios, el de la secretaria general, Marina Bravo, el acta del secretario de Comunicación, Nacho Martín Blanco y la del diputado Joan García. Los naranjas solo han conseguido un escaño más por la provincia de Tarragona, el de Matías Alonso.

Ciudadanos no hace autocrítica tras la debacle

Pese a la debacle, Ciudadanos no ha hecho apenas autocritica. "No hemos sabido movilizar al electorado constitucionalista como nos hubiera gustado", ha lamentado Carlos Carrizosa en su comparecencia ante la prensa, sin hacer referencia alguna a su estrepitosa caída. Por su parte, lnés Arrimadas, tampoco ha reconocido el mal resultado. "Se avecinan años duros con el resultado de estas elecciones, porque el separatismo ha visto reforzada su mayoría en escaños" ha señalado, aunque ha evitado desgranar la situación de su partido. "Hace 10 años Cs solo tenía 3 escaños en el Parlament de Catañuña. Vamos a seguir siendo esa voz de esperanza, de libertad, de valentía, por nuestra tierra".

Arrimadas apuesta por que Cs ejerza de partido bisagra —apoyando, eventualmente, gobiernos tanto del PP como al PSOE— después de que Rivera impulsara un veto hacia los socialistas en el año 2019. El expresidente de Cs lo apostó todo a ser el primer partido del bloque de la derecha —en abril de 2019 se quedó a apenas 9 escaños de sorpassar a los populares de Pablo Casado—, una estrategia que algunas voces siguen reivindicando actualmente.

Los naranjas no han admitido preguntas tras su breve intervención, que no ha llegado a los 10 minutos de duración. Tras conocerse los primeros resultados, la dirección partido ha convocado una reunión urgente del Comité Ejecutivo en la sede del partido en Madrid. A nivel interno el partido se desmorona y hay quien ya apunta a una fuga masiva de cargos de segundo y tercer nivel —y, en algunos casos, incluso de rostros más conocidos— si la formación no cambia de rumbo.

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