Público
Público

Elecciones generales 10-N El PP dirige su campaña contra Vox para que no 'sorpasse' a Ciudadanos en escaños

En Génova quieren seguir manteniendo a Cs como "socio preferente", pero son conscientes de que si la formación ultraderechista supera a los de Rivera en votos y escaños, el papel de Vox en la negociación primaría si los números les dan.

El presidente de la formación utraderechista Vox, Santiago Abascal. Foto: Álex Cámara (Europa Press)

marta monforte jaén

El Partido Popular afronta esta campaña con un optimismo latente. Las encuestas y trackings internos sitúan a los conservadores cerca de los cien escaños, augurando un crecimiento exponencial -en más de treinta escaños- en detrimento de Ciudadanos, que caería a la última posición rozando la veintena de escaños. Este escenario, a priori positivo para los de Pablo Casado, supone también un problema para Génova, ya que si la suma de PP, Cs y Vox alcanza la mayoría absoluta y la formación de ultraderecha supera a los de Rivera, Vox se convertiría en el “socio preferente” del PP. Un socio incómodo para gran parte de los diputados y barones ‘populares’.

Los acuerdos conseguidos gracias al partido de extrema derecha en Madrid, Murcia y Andalucía -también en ayuntamientos como la capital- han salido adelante con la misma fórmula: PP y Cs en coalición con apoyo de Vox desde fuera. No obstante, y a pesar de que desde la dirección 'popular' no paran de repetir que los ‘naranjas’ son, a día de hoy, su aliado prioritario, si Abascal supera a Rivera en votos y escaños, éste se convertiría automáticamente en el sujeto principal de sus atenciones.

"Si Vox adelanta a Ciudadanos, es evidente que en la negociación Vox primaría y tendría un papel más importante"

"Si Vox adelanta a Ciudadanos, es evidente que en la negociación Vox primaría y tendría un papel más importante. Tantos votos tienes, tanto vales. Si Vox tiene más escaños y da la suma da para intentar conformar un Gobierno, entonces tenemos que negociar con Vox como 'socio preferente' aunque no nos guste", defienden fuentes de la dirección en conversación con Público.

Sin embargo, las negociaciones con Vox ocasionaron críticas en el seno del partido a Casado, principalmente por parte de los barones con más peso en el actual PP, que no les necesitaron para conformar sus mayorías -como el gallego Alberto Nuñez Feijóo o el castellanoleonés Fernández Mañueco- y de dirigentes donde la formación de ultraderecha es residual en escaños. Es el caso del líder del PP en Euskadi, Alfonso Alonso, que ha cargado con dureza contra los de Abascal en el pasado. "A Vox le falta un hervor, les cuesta mucho pasar de la demagogia a la política", afirmó a principios de este año.

“Despierta incomodidad, sobre todo en aquellos territorios donde Vox no tiene importancia alguna”, reconocen las fuentes consultadas. "Pero a nivel nacional eso lo determina el número de escaños en el Congreso, por eso la campaña PP procura evitar el voto a Vox en primer lugar", señalan.

El principal objetivo del PP: concentrar el voto

Uno de los cambios más sustanciales en la precampaña del PP es el cambio de estrategia de Casado, que ha pasado del tono bronco y las declaraciones polémicas, a un perfil más 'estadista', apareciendo menos en los medios y evitando temas que puedan crear más controversia en sus propias filas, como el aborto, la migración, la eutanasia o la reciente exhumación del dictador Francisco Franco.

Por ello, desde que se anunció la repetición electoral y hasta el 10 de noviembre, el PP apela constantemente a concentrar el voto en su partido. Lo hace con más convicción y argumentos que en la pasada campaña; citando como ejemplo el resultado del 28 abril, en el que el voto de derecha se dividió tanto que hundió a los ‘populares’, que conservaron la segunda posición pero con solo 9 escaños de diferencia con Ciudadanos, y les alejó de ser la alternativa de Gobierno a Pedro Sánchez, ya que éste les dobló prácticamente en escaños.

Ante este precedente, desde Génova consideran más sencillo convencer a los indecisos para que voten al PP y también para atraer a los votantes de Cs que dieron una oportunidad a Rivera tras los escándalos de corrupción que acecharon a Mariano Rajoy y que acabaron con una moción de censura que le apartó de la presidencia del Gobierno tras la sentencia de la Gürtel. No ven tan fácil atraer al votante de Vox, que consideran que se ha reafirmado -e incluso gana votos- tras los sucesos en Catalunya y la salida del dictador del Valle de los Caídos.

Tras el 28-A, el argumento del PP gana peso

Con el bloqueo, el argumento del PP ha ganado peso. Los de Casado defienden que con su partido como primera fuerza -o con mayoría sólida para formar gobierno- se formaría un Gobierno, ya que los conservadores no tienen problema en llegar a acuerdos y formar coalición con otras formaciones. No obstante, que Vox esté más fuerte que Ciudadanos tampoco les beneficia, ya que tendrían que ceder ante los postulados más homófobos, machistas y, en definitiva, reaccionarios de la formación de Santiago Abascal.

Por ello el PP no cesa de repetir que el voto a Vox es "irrelevante e inútil": "Decimos que va a la basura", señalan voces del partido a este diario. "Solo con un PP fuerte, capaz de plantarle cara a Sánchez, habrá una alternativa de Gobierno. Hasta en nuestras horas más bajas, Ciudadanos no ha sido capaz de 'sorpassarnos', eso nos da la razón", esgrimen.

Los 'populares' se ven fuertes en las encuestas, pero admiten que ante un escenario de multipartidismo y sin tener ningún partido la capacidad de llegar a la mayoría absoluta, los acuerdos son necesarios. "Esperamos que Ciudadanos remonte y le gane terreno a Vox"- zanja una voz experimentada en el partido- "de lo contrario, nos hará daño en el futuro".

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias