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Elecciones generales 10-N El viraje de Casado: de un PP "ideológico y sin complejos" a un PP "centrado y moderado"

Pablo Casado llegó a la presidencia del Partido Popular con la defensa de un discurso "sin complejos", apeló entonces al PP de las "esencias", "de los principios". Ahora, tras la debacle del 28-A, quiere un PP "reconocido por moderado".

Pablo Casado

marta monforte jaén

Pablo Casado llegó a la presidencia del Partido Popular con la defensa de un discurso "sin complejos", tras unas primarias contra la que había sido vicepresidenta del Gobierno hasta la fecha, Soraya Sáenz de Santamaría. Casado apeló entonces al PP de las "esencias", "de los principios", mucho más cercano al expresidente José María Aznar que a su predecesor, Mariano Rajoy. Voces de la nueva dirección criticaban la deriva de Rajoy, por impulsar ese perfil "gestor" y al que acusaban de ser "tibio" en algunas materias.

Casado decidió, entonces, reivindicar el alma más derechista de su partido. Un giro nunca reconocido por Génova, pero que se evidenció en la campaña de las elecciones en Andalucía. "Aquí no hay ablación de clítoris, aquí no se matan los carneros en casa y aquí no hay problema de seguridad ciudadana" señaló el líder del PP en el mitin central de Granada. Un tono duro que supuso toda una declaración de intenciones, con la amenaza de Vox presente.

Tras conseguir arrebatarle el Gobierno a los socialistas en Andalucía, Casado ratificó esa estrategia en una Convención Nacional celebrada en enero de 2019. El conservador desveló, entonces, los que serían sus ejes - o, al menos, los aspectos más destacados- de su campaña: Catalunya, aborto, violencia de género, migración y prisión permanente revisable. Cuestiones que se debatieron en el mismo cónclave durante el fin de semana y cuyo fin era intentar frenar a Vox, en auge en las encuestas tras su irrupción en el Parlamento andaluz.

En febrero, Casado señaló que apostaba por un PP "más ideológico", una decisión que otros líderes territoriales como Nuñez Feijóo no compartían

Unas semanas después, al poco de anunciarse la convocatoria electoral del 28 de abril, el PP celebró una junta Directiva Nacional, su máximo órgano entre Congresos, en la que Casado señaló que apostaba por un PP "más ideológico", con agenda propia. Una decisión que otros líderes territoriales no compartían: ese mismo día el gallego Alberto Núñez Feijóo, el barón con más galones del PP, reivindicaba a las puertas de Génova 13 que "cada vez" que se presentaban a las elecciones como un partido de "centro" sacaban "un excelente resultado electoral". 

A Casado se le atragantó, además, la precampaña. Tanto él como su equipo se vieron obligados a apagar fuegos que ellos mismos habían provocado: la iniciativa de las mujeres migrantes y su "blindaje temporal", sus desafortunadas palabras sobre el aborto y "lo que llevan dentro las mujeres", que su número dos en Madrid, Adolfo Suárez Illana, compase este derecho con las prácticas neardentales, las políticas para niños "concebidos no nacidos" que propuso su candidata en Madrid, Isabel Díaz Ayuso... Un cúmulo de polémicas que minaron su imagen pública.

Cuando apenas quedaba una semana para la cita electoral, desde su equipo aseguraban que el líder del PP iba a recuperar el tono "moderado y presidenciable". Lo intentó, pero en los debates esa estrategia no le sirvió de mucho, ante los ataques de un Albert Rivera a la alza. Un actor político, Ciudadanos, al que Casado prácticamente obvió en campaña y que finalmente se quedó a 9 escaños de ‘sorpassar’ a los 'populares' que perdieron más de la mitad de sus escaños (de 137 a 66). Un batacazo electoral en toda regla.

El estudio sobre su imagen que lo cambió todo

La pasada semana, El Periódico de Catalunya desveló que el líder del PP recibió,en plena campaña, un informe de un instituto de encuestas sobre su imagen. El estudio, según el citado medio, señalaba que Casado provocaba un fuerte rechazo en algunos ciudadanos. Expertos en el campos de la sociología comprobaron que Casado despertaba comentarios negativos entre los usuarios del estudio. Solo con verle, con el 'mute' puesto en la pantalla. 

Precisamente, el cambio de tono al que Casado se refería en campaña obedecía a dicho estudio. Pero el 'popular' arrastraba meses de una intensa presencia en los medios con un tono duro, ya no solo en materias como Catalunya, la migración o la violencia machista, también contra sus adversario político, el presidente del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, al que descalificó hasta en 19 ocasiones en una misma intervención pública: "felón", "mediocre", "ridículo", "ególatra", "okupa"... fueron algunas de ellas.

Del socialista, además, llegó a decir que intentaba "ensuciar a las instituciones" ya que prefería "manos manchadas de sangre, a manos pintadas de blanco" -en referencia al asesinato del concejal del PP, Miguel Ángel Blanco, a manos de ETA. "Prefiere manos pintadas de amarillo a manos abiertas a todos los españoles”, dijo. Palabras que no fueron bien recibidas por su partido y de las que Casado, eventualmente, se arrepintió. 

Casado quiere un PP "reconocido por moderado"

Tras tomar nota de los errores y las advertencias del pasado, el líder del PP afronta su campaña de manera más pausada. Aparecerá menos en público, también limitará sus declaraciones a la prensa. Intentará no realizar declaraciones peliagudas. Sin ir más lejos, este martes, tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo que avala la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, no ha habido ninguna reacción oficial desde Génova. "Solo respeto a las decisiones judiciales".

Tras el Comité Ejecutivo Nacional celebrado a principios de semana, Casado decidió verbalizar su estrategia a los dirigentes territoriales de su partido, que llevaban desde hace meses pidiendo una vuelta "al centro".  El conservador aseguró que apostaba por "un PP más ampliado, más popular, integrador, reconocible por moderado, responsable de la defensa de sus propias posiciones y del sistema que todos compartimos".

Uno de los dirigentes más críticos, Alfonso Alonso, mostró su aprobación a este nuevo discurso de Casado: al líder del PP en el País Vasco le parece que  él está "centrado" y tiene "capacidad de unir" el voto del"centro derecha", que es el proyecto que "siempre" ha perseguido su formación.

Un cambio que incluso se ha plasmado en su apariencia. El líder del PP se ha dejado barba. Fuentes 'populares' señalan a este diario que lo ha hecho aconsejado por sus asesores, tras comprobar mediante estudios de imagen que "había votantes que no lo diferenciaban de Albert Rivera". Desde su entorno, sin embargo, lo niegan. Aseguran que se trata de una decisión espontanea, que Casado puede revertir en cualquier momento.

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