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Elecciones generales El adelanto electoral beneficiará a la derecha salvo que haya una gran movilización de la izquierda

Sin presupuestos a la vista, la convocatoria de elecciones para el 28 de abril es el siguiente paso del Gobierno. La incógnita respecto a estos comicios es qué bloque se verá fortalecido tras las generales.

El presidente de VOX, Santiago Abascal (2i), el líder del PP, Pablo Casado (4i), y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera (d), han posado junto a otras personalidades asistentes a la concentración convocada por su partido, Ciudadanos y el PP este domingo en la plaza de Colón de Madrid, en protesta por el diálogo de Pedro Sánchez con los independentistas catalanes y en demanda de elecciones generales. EFE/Fernando Villar

marta monforte jaén/ manuel sánchez/ beatriz asuar gallego

Sin presupuestos a la vista, la convocatoria de elecciones para el 28 de abril es el siguiente paso del Gobierno; una cuestión resuelta este viernes tras el Consejo de Ministros. La incógnita respecto a estos comicios no era exclusivamente cuándo se realizarán -se barajaban tres posibilidades: abril, mayo y otoño-, sino también qué partidos serán los principales beneficiados de este adelanto electoral. 

El escenario político se prevé complicado. Según las últimas encuestas electorales, la suma PP+Cs+Vox alcanzaría los 174 diputados –aumentando en 5 los que obtuvo la derecha en 2016 y creciendo en casi 1,2 millones de votos–, mientras que PSOE+UP+PDCat+ERC+PNV se quedarían en 173, exactamente 5 menos de los que sumaron estos cinco partidos en las últimas generales, que caerían en 1,7 millones de sufragios. Ningún bloque alcanzaría la mayoría absoluta necesaria (176) para formar Gobierno.

Para Marina Pla, politóloga por la Universidad Complutense de Madrid, el escenario de fragmentación parlamentaria y las dificultades para llegar a acuerdos con las fuerzas que hicieron posible la moción de censura bloquean, de facto, la acción del Gobierno, “propiciando la pérdida de la iniciativa política por parte del ejecutivo y, por ello, sus posibilidades de utilizar el Gobierno como trampolín electoral”, señala a Público.

La politóloga cree que a raíz del reciente ejemplo andaluz y de los pronósticos que sitúan a Vox en una posición similar en el resto de parlamentos, autonómicos y nacional, el PP y C's pueden acabar sacando la conclusión de que su derrota a medio plazo "puede acabar teniendo la forma de una victoria coyuntural en el corto" y que la abstención de la izquierda -más propensa a ello- facilitaría esta alianza.

El PSOE se ve como la primera fuerza

En el PSOE creen que pueden sacar rédito electoral a lo ocurrido con la devolución de los Presupuestos Generales del Estado, y éste convencimiento es una de las razones que se manejan para justificar una convocatoria electoral con tanta premura.

La dirección federal cree que están en condiciones de ser el partido más votado por la división del voto en la derecha y porque en el electorado progresista va a primar el voto útil, una baza que piensan explotar toda la campaña.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante su intervención en la segunda jornada del debate de las enmiendas a la totalidad del proyecto de Presupuestos Generales del Estado, en el que intervienen los grupos parlamentarios previamente a la vota

Además, en Ferraz se cree que juega a su favor dos factores: la manifestación del pasado domingo en la que se visualizó que las "tres derechas" quieren ir de la mano; y que el discurso de que el Gobierno estaba sumiso ante los independentistas se ha caído por su propio peso tras lo ocurrido con los Presupuestos.

Otros factores que maneja el PSOE y que les hace pensar que acuden en buenas condiciones a unas elecciones es que Pablo Casado le falta tiempo para consolidar su liderazgo y que tiene una importante fuga de votos hacia Vox; que Ciudadanos ha perdido su imagen centrista y que se ya le identifica claramente como un partido de derechas; y que Unidos Podemos está muy dividido internamente. Con este panorama, una dirigente de la Ejecutiva Federal afirmó a Público que, "viendo a los demás, somos el partido que en mejores condiciones estamos para afrontar unas elecciones".

La mayor preocupación del PSOE es la movilización de su electorado, por lo que planean una campaña muy activa, de múltiples actos por todo el territorio y con una presencia constante de Pedro Sánchez desde el primer minuto en el que se conozca la fecha electoral.

La estrategia del PP: un "frente común" con Cs y Vox

Los 'populares' son conscientes de que no están atravesando su mejor época; a la fuga de votos hacia Ciudadanos se le ha sumado Vox, un partido con un discurso machista y racista -que nace de entre sus propias filas- y con el que no se sienten cómodos en según qué temas. "No nos conviene que empiecen con las tonterías de hace unos meses", apuntan fuentes del entorno de Pablo Casado.

Pero desde la formación confían en que las derechas sumen más que PSOE, Podemos y los partidos catalanes y llaman a hacer un "frente común" para desbancar a Sánchez. Casado, con la bendición de José María Aznar, pretende ser quien coordine el entendimiento entre estas tres formaciones. De momento, en Andalucía, les ha funcionado.

De izquierda a derecha: Juan Marín (Cs), Juanma Moreno Bonilla (PP) y Francisco Serrano (Vox).

El fantasma de la corrupción sigue acechando sobre el PP, a pesar de la marcha de Mariano Rajoy y la sentencia de la gürtel que incentivó su caída. El desgaste interno provocado por las primarias y el breve tiempo que Casado ha ostentado la presidencia de la formación son argumentos que pesan en el Partido Popular de cara a los nuevos comicios.

Fuentes 'populares' admiten a Público que Rajoy transmitía "experiencia, tranquilidad y estabilidad" y que Casado lo tiene más complicado "al ser más joven y no haber podido demostrar su capacidad de gestión todavía". Lo cierto es que el giro discursivo de los 'populares' -con un partido mucho más derechizado e ideológico- recuerda más a la época Aznar que a la Era Rajoy.

Ciudadanos se compromete a no pactar con Sánchez

Ciudadanos ha visto como su formación pegaba el salto en Andalucía (de 9 a 21 escaños) y confía en que se ese resultado se repetirá en las elecciones generales. Rivera ha asegurado que únicamente llegará a acuerdos con el bipartidismo; priorizará a PP o PSOE dependiendo de las aritméticas y de los proyectos que planteen a nivel autonómico y local, pero veta a Pedro Sánchez en las generales.

Desde la dirección de Ciudadanos no concretan si repetirán la fórmula de Andalucía, en la que gracias a los votos de los de Abascal, Juan Marín, su candidato en Andalucía, llegó a la vicepresidencia, simplemente repiten que no llegarán a "acuerdos programáticos" con la formación ultra. 

En la formación naranja ven más posible el acuerdo con algunos presidentes socialistas autonómicos, como Férnandez Vara en Extremadura o García Page en Castila La-Mancha, que con "el sanchismo"; critican al presidente del Gobierno por su "acercamiento" con Podemos y los partidos independentistas.

"Hay que matizar esas aparentes ganas de elecciones que transmiten Casado y Rivera"

Tanto PP como Ciudadanos han exigido a Sánchez a convocar "elecciones ya" y tienen activado el "modo campaña" desde hace semanas, incluso meses. Pero como apunta Pla -y viendo que todas las encuestas vaticinan un severo retroceso del PP (menos de 100 escaños) al que se suma la incapacidad de C's para constituirse como primera fuerza de la derecha- "hay que matizar esas aparentes ganas de elecciones que transmiten Casado y Rivera".

Cientos de personas participan en la concentración convocada por el PP, Ciudadanos y Vox en la plaza de Colón de Madrid. EFE/Fernando Villar

Para la politóloga, las continuas apelaciones por parte de PP y C's a una legislatura acabada y a un presidente ilegítimo no deben ser confundidas necesariamente con el deseo por parte de estas formaciones de que se produzca un adelanto electoral sino que "forman parte de la estrategia seguida para desgastar al ejecutivo de Sánchez y de la disputa de las derechas para erigirse como actor principal de la oposición, en un ambiente de campaña electoral continua".

La crisis de Podemos les lastra de cara a elecciones

Podemos decidió el pasado noviembre convocar primarias para tener listo el equipo para las generales si llegaba un adelanto electoral. “Estamos preparados y vamos a salir a ganar”, ha indicado durante estos días la portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero. Sin embargo, el grupo confederal pasa por uno de sus momentos más complicados desde que comenzó la legislatura y hay diputados que reconocen que no son las mejores fechas para ir a las urnas.

Las encuestas electorales vaticinan una caída que está en torno al 15%, pasando a ser el último de los cuatro grandes partidos. Según estos cálculos, perderían unos 20 diputados desde las pasadas elecciones de 2016. Las formaciones del grupo siempre han sido reticentes a las encuestas, que ni se acercaron a predecir los resultados de las elecciones andaluzas. Pero justo estos números que sorprendieron a todo el Estado son también un indicio de la caída de la marca electoral, que en estos comicios pasó de tener 20 escaños en 2015 a 17 en la actualidad. El gobierno de los “trillizos reaccionarios” — como llaman desde Podemos a PP, Ciudadanos y Vox — es el mayor temor que ronda sobre los diputados del grupo.

Fotografía facilitada por Podemos de la reunión del Consejo Ciudadano Estatal del partido. /EFE

Pero los problemas para Podemos no se acaban en las encuestas. "Se necesitaba un revulsivo", explica Iñigo Errejón para defender su alianza con Manuela Carmena en Madrid. La mayor crisis interna del partido de la que todavía no ha salido y que ha tenido sus consecuencias más allá de la frontera madrileña. Varios miembros del Consejo Ciudadano Estatal consultados por Público cuestionan el futuro del partido morado y reclaman la necesidad de un cambio que todavía no ha llegado. Afrontar la desmovilización del electorado de izquierdas es uno de los mayores retos de los próximos meses.

El último temor que crece entre los diputados de Podemos es que el bloque de la mayoría de la moción de censura no sume para gobernar en las próximas elecciones

El último temor que crece entre los diputados es que el bloque de la mayoría de la moción de censura no sume para gobernar en las próximas elecciones o, aunque sume, que el PSOE opte por aliarse con Ciudadanos, tal y como pasó en 2016. En este caso, se perderían todas las opciones de conseguir el ansiado gobierno progresista que llevan reclamando cinco años.

Los partidos independentistas, PNV y la entrada de Vox

Raúl Soriano, graduado en Ciencias Políticas en la Universidad de Valencia. Co-fundador y coordinador de Condición sine qua non, un medio de análisis político, destaca a Público que en lo que a los partidos independentistas se refiere, el desarrollo del juicio del Procés en el Tribunal Supremo es clave y marcará a buen seguro el curso de la campaña electoral y la política de pactos. "Esto y el horizonte de futuro en lo que al encaje territorial de Catalunya se refiere, dado que un referéndum pactado con el Estado no parece algo plausible a corto o medio plazo".

Soriano incide en que, a día de hoy, la unidad de acción entre las dos principales fuerzas del independentismo no es la misma que en años anteriores. "La lucha interna por la hegemonía en Catalunya sigue vigente. Prueba de ello es la negativa de ERC a una candidatura independentista conjunta para la alcaldía de Barcelona".

El politólogo considera que el PNV es otro actor fundamental. "Los vascos se han comportado históricamente como un partido ambivalente. Capaz de pactar tanto con PP como con PSOE. Pero ahora, la cosa ha cambiado". Para ejemplarizarlo, esgrime la postura mantenida por Aitor Esteban este miércoles en el Congreso, manteniendo su apoyo a la tramitación de los PGE pese a saber que no iban a prosperar y haciendo llamadas al pragmatismo a los partidos nacionalistas catalanes. "Y ha cambiado precisamente por la beligerante postura mantenida por C’s contra todo partido que muestre una visión distinta con respecto a la nación española", subraya.

El diputado de PNV, Aitor Esteban, con el de PDECat, Carles Campuzano, en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados. EFE

El diputado de PNV, Aitor Esteban, con el de PDECat, Carles Campuzano, en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados. EFE

En cuanto a los tres partidos de derecha, están en una batalla por ver quién encarna mejor ese discurso nacional, de negación de los nacionalismos periféricos, de defensa de la unidad territorial, etc. PP y C’s, buscan tener un perfil propio ante la agenda mediática que lleva marcando Vox desde hace unos meses, lo cual está escorándoles a la derecha más que estar centrando a Vox. Prueba de ello es la incomodidad de Rivera en la foto de Colón, en la que saludó de refilón a Abascal.

El sistema electoral es "bastante restrictivo"

Soriano recuerda que las elecciones de 2015 y las que se celebraron en junio de 2016 marcaron un antes y un después en el sistema de partidos español; de dos grandes partidos estatales se pasó a un sistema en el que cuatro fuerzas estaban por encima del 10% de voto. La falta de un acuerdo para alcanzar una mayoría de investidura tras el 20D llevó a la repetición electoral del 26J. "En este caso, el PP con el voto favorable de C’s y la abstención del PSOE conseguía de nuevo establecer a Mariano Rajoy como presidente".

Escaños por partido en las elecciones generales circunscripciones 1 a 5.

Este mapa tan polarizado choca de frente con nuestro sistema electoral, bastante restrictivo. "Casi un 30% de los escaños se reparten en circunscripciones de tamaño reducido (1-5 escaños); Así, con 5 candidaturas de ámbito estatal, en muchas de ellas habrá una o dos candidaturas que no obtendrán representación. Esto es lo que le ocurrió a C’s en 2016. Con un 11,88% de los votos en estas circunscripciones, únicamente obtuvo 3 de los 103 escaños que en ellas se ponían en juego".

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